El 29 de febrero del 2004 murió el portero guatemalteco Josué Danny Ortiz
Han pasado 17 años y pareciera que fue ayer. El legado del portero guatemalteco Josué Danny Ortiz se mantiene vivo en los aficionados al fútbol guatemalteco. Un 29 de febrero del 2004 perdió la vida en un trágico incidente durante la edición 211 del Clásico Nacional, entre Municipal y Comunicaciones.
Ortiz se consagró campeón centroamericano con la Selección Nacional de Guatemala en 2001. Jugó para Deportivo Coatepeque, Ayutla, Teculután, Suchitepéquez, Deportivo Carchá, Comunicaciones y Municipal. Ganó dos títulos de Liga y un trofeo de portero menos vencido, distinción que en la actualidad lleva su nombre.
Hablar de esa mañana en el estadio Nacional y de la tarde en el centro hospitalario no es nada fácil. La nostalgia se hace presente y los recuerdos tocan el corazón durante la charla con Josué Daniel Ortiz Pérez, hijo mayor de Danny Ortiz, quien ya con 23 años conversa sobre el legado de su padre y de ese día fatídico.
“Estaba viendo el partido con mi mamá, cuando fue lo del accidente nos fuimos en la ambulancia. Vi a mi papá en la camilla algo inconsciente. Ese momento quedó grabado en la mente. Estaba en observación y volví a hablar con él. Bromeamos y le pregunté por qué le habían metido dos goles y él me dijo ‘no, como vas a creer, eso no pasó’. Ahí me di cuenta que él no estaba bien”.
Desde ese día la vida cambió para la familia Ortiz Pérez. “Son momentos difíciles porque a veces hemos pasado por cosas económicas, cosas que toda familia vive. Son 17 años y pareciera que fue ayer, son 17 años en los que yo veo fotos de él y salen las lágrimas o hablamos de él y terminamos llorando”.
“Dios le ha dado la fuerza a mi mamá para sacarnos adelante. Ella ha salido adelante con ayuda de gente buena. Le agradezco a ella por sacarnos adelante. Es algo duro, a todos nos va a pasar, tarde o temprano uno va a llorar a un ser querido y debemos estar preparados. Gracias a Dios nos ha dado la fuerza para salir adelante”.
De los recuerdos, un legado importante. “Era una persona sencilla, humilde, regalaba sus guantes, camisolas, zapatos, sin importar nada. Es mi orgullo. Era una persona con carisma, gran corazón y yo admiraba eso de él”, concluye Danny Ortiz Jr.
Por estos días Danny se recupera de una complicada lesión de rodilla. Mientras se recupera, continúa con sus estudios de administración en la Universidad.