BARCELONA -- Dani Alves ingresó este viernes en el Centro Penitenciario de Brians una vez que la magistrada del Juzgado Nº 15 de Barcelona ordenó prisión sin fianza tras tomarle declaración en las dependencias judiciales a continuación de que lo hiciera la presunta víctima, en un asunto que se ha complicado para el futbolista brasileño, pasando el caso de un inicial presunto abuso a otro de violación, como expresó la denunciante y ya había realizado en el momento de presentar la denuncia el dos de enero.
Acusado de agresión sexual, Alves permanecerá encarcelado "hasta que se fije una fecha para el juicio", de acuerdo a lo expresado a ESPN Deportes por fuentes judiciales.
En "casos extremos" la prisión provisional puede prolongarse "hasta un máximo de cuatro años" aunque no es la norma habitual. El futbolista, sin embargo, se enfrenta a una permanencia en prisión que puede ser de varios meses, a la espera de que su equipo de abogados pueda solicitar nuevamente su puesta en libertad hasta que se celebre el juicio.
Alves no recibió el beneficio de libertad bajo fianza debido a que por su capacidad económica hay un riesgo de fuga, y a que no existe tratado de extradición entre España y Brasil y el futbolista podría refugiarse en su país.
Las contradicciones en que incurrió el jugador de los Pumas durante su declaración, en contraposición a la investigación de los Mossos d'Esquadra (la policía catalana), los testimonios recibidos y los indicios recabados en la discoteca la misma noche de los hechos fueron determinantes en la decisión de la jueza, quien decretó esa prisión sin fianza atendiendo a un posible riesgo de fuga.
Las medidas decretadas por la jueza devuelven al escenario el caso del expresidente del Barcelona Sandro Rosell, quien en mayo de 2017 fue sentenciado a prisión provisional sin fianza a la espera de un juicio por blanqueo de capitales que no se celebró hasta casi dos años después, tiempo en el que Rosell permaneció encarcelado para, finalmente, quedar en libertad.
Al exmandatario del Barça se le denegó en su momento la libertad solicitada por entender la jueza del caso que existía riesgo de fuga, algo que ocurre ahora con Alves.
La prisión decretada a Alves recuerda a lo sucedido con otro futbolista brasileño, Robinho, quien en enero de 2022 fue sentenciado a nueve años de prisión por una violación en grupo cometida en 2013, cuando era jugador del Milan. El jugador, que abandonó Italia en 2014, fue reclamado por la justicia italiana, que en octubre solicitó a Brasil su extradición, no siendo, hasta hoy, atendida por las autoridades del país sudamericano.