En todo cambio, en toda crisis, existen varios momentos por los que pasan los afectados. Una de las primeras reacciones es la negación, en la que el individuo se rebela ante los hechos, no los acepta, los rechaza, se rehúsa a rendirse ante la evidencia. Esta etapa es desgastante, pero en cuanto antes se supere (un toque de madurez y una pisca de resignación son necesarias) se gana tiempo valioso para buscar oportunidades que el cambio ofrece. “Mientras unos lloran, otros aprovechan para vender pañuelos”.
Con los cambios propuestos por la Federación Mexicana de Futbol, la eliminación del ascenso y la famosa creación de la Liga de Desarrollo (que me parece no llevará ese nombre), muchos de los involucrados en el medio futbolístico mexicano de un par de semanas a hoy hemos intentado alzar la voz en contra de la medida tomada por los directivos. Después de un esfuerzo, al parecer improductivo, que quedó en una 'linda intención', creo que todos debemos dar el siguiente paso, aceptar la realidad, y buscar los beneficios.
Desde mi punto de vista, observando el asunto desde una perspectiva más amplia, a largo plazo, y confiando en el intelecto y creatividad de los 'dueños del balón', me queda claro que desarrollo habrá. Llega un punto, no se si demasiado forzado, pero en verdad existente, donde el #SinAscensoNoHayDesarrollo se encuentra con el #SinDescensoPuedeAumentarElDesarrollo. Uno no es consecuencia del otro, ni tampoco su contrario, son simplemente dos realidades paralelas que en nuestro fútbol decidieron encontrarse en este punto.
Me queda claro que en la Liga BBVA MX habrá una gran división en cuanto a las aspiraciones de los equipos. Por un lado, los equipos 'grandes' económicamente hablando, los cuales su presupuesto puede sustentar los ambiciosos planes y objetivos de directivos y aficionados, basados en los logros de sus éxitos recientes. Este grupo de equipos, no mayor a ocho escuadras, seguirán haciendo grandes inversiones en todos los frentes relacionados con el espectáculo y la obtención de trofeos. Sin nombrar los clubes, pero al menos en seis de estos ocho, el 80% de los aficionados coincidiríamos en quienes son.
El otro grupo de equipos, los 10 restantes, serán beneficiados/protegidos y acreedores a la valiosa oportunidad de apostar por el desarrollo de sus jóvenes y muy probablemente de los jóvenes que no entren en planes de los equipos en el grupo anterior. Al no haber descenso, en automático, se crea una delgadísima línea para que las Instituciones pertenecientes a este grupo opten por una de dos alternativas: caer en la mediocridad de disminuir presupuesto y 'mantener' al equipo o, segunda opción, apostar por un proyecto, un objetivo a mediano-largo plazo (5 años), que el descenso no permite, mejor dicho, dificulta ejecutar.
El tema económico esta claro. No habrá necesidad de pagar a jugadores para que te den rendimiento inmediato. El tiempo es un recurso que muchos equipos ahora podrán explotar siempre y cuando haya inversión, el ahorro esta asegurado. Las Fuerzas Básicas, los jóvenes siempre han sido el futuro, pero hoy más que nunca, por los cambios en el reglamento, los jóvenes tendrán que ser el presente.
No se trata de 'aventar' a los jóvenes simplemente por que son más económicos y el reglamento nos protege, sería desaprovechar una gran oportunidad. El secreto radicará en qué tan preparados estén para que en la medida que vayan sumando minutos de alta exigencia en la competencia, su desarrollo sea de forma natural. El FORMADOR, ese entrenador con real vocación de guiar y enseñar, tantas veces olvidado e infravalorado, hoy se vuelve pieza fundamental, protagonista, en el cual, espero, muchos Clubes quieran invertir. Les aseguro, no se arrepentirán.