Cuestionado, mirado de reojo, con el dedo acusador encima. Así vivió Lionel Scaloni sus primeros momentos como DT de la Selección Argentina. Su juventud, su inexperiencia y principalmente haber formado parte del cuerpo técnico saliente lo pusieron en el foco de la tormenta.
Antes de retirarse a los 37 años, el exmediocampista comenzó a prepararse y completó de curso de Entrenador UEFA Pro en la Federación Española. Arrancó dirigiendo a chicos de 14 años de Mallorca y Jorge Sampaoli, de gran relación con su padre, lo convocó en 2016 para formar parte de su equipo de trabajo en Sevilla. Una vez que el nacido en Casilda llegó a la Selección, tomó el rol de analizar a los rivales y brindar ayuda táctica-técnica.
Después de un Mundial de Rusia 2018 repleto de polémicas, que derivó en la salida de Sampaoli, Scaloni tuvo la posibilidad de continuar en las Juveniles en lo que muchos caratularon de traición. “En mi lugar, pienso que cualquiera hubiera hecho lo mismo", dijo alguna vez en una conferencia.
INTERINATO, RATIFICACIÓN Y CONTINUIDAD
Mientras dirigía el Torneo de L’Alcudia, le llegó un llamado inesperado: "Estábamos en Valencia con la sub 20, nos llamaron para avisarnos que nos ofrecían interinamente la Selección Mayor y Pablo Aimar me dijo que si estaba de acuerdo, me acompañaba. Había que decidirlo esa misma tarde. Las cosas se aceptan o no. No hay que darle muchas vueltas. Fue más difícil la decisión de pasar de interino a continuar. Esa fue más meditada”.
El resto de la historia es conocida. Después de seis amistosos (triunfos ante Guatemala, Irak y México x2, empate contra Colombia y derrota ante Brasil), su interinato se extendió hasta la Copa América del año siguiente. El tercer puesto conseguido en Brasil marcó el inicio de la renovación y de la construcción del grupo. Si bien quedaron algunas dudas respecto al juego, la Selección compitió y cayó en semifinales ante el dueño de casa, en la última derrota previa al arranque de un invicto histórico. A fines de julio de 2019, se ratificó su continuidad durante las Eliminatorias Sudamericanas.
Claudio Tapia siempre destacó la personalidad y la capacidad del entrenador. Para el presidente de la AFA, el hecho de haber vestido la celeste y blanca, y rodearse de compañeros con la misma experiencia, es un plus. Está claro que los históricos como Lionel Messi, Ángel Di María y Nicolás Otamendi también lo avalaron por el vínculo generado en los tormentosos días de Rusia.
LA ETAPA COMO FUTBOLISTA, CON ROCE EUROPEO
El nacido el 16 de mayo de 1978 en Pujato, provincia de Santa Fe, surgió de Newell’s Old Boys, pasó un par de temporadas por Estudiantes de La Plata y desde los 20 años completó una extensa carrera en el fútbol europeo.
Se transformó en figura, capitán e ídolo de Deportivo La Coruña, donde permaneció durante ocho años y ganó La Liga 1999/2000, la Copa del Rey 2000/01 nada menos que ante Real Madrid en el Bernabéu y dos Supercopas de España (2000 y 2002). En La Coruña vivió gran parte del tiempo con su hermano, tenía a Aldo Pedro Duscher como compañero y al brasileño Mauro Silva como referente. Pasó a préstamo a West Ham priorizando jugar en su posición antes del Mundial 2006 y luego estuvo en Racing de Santander, Lazio, Mallorca y Atalanta.
Su primer contacto con la Selección Argentina fue con la consagración en el Mundial sub 20 de Malasia 1997. Llevaba la camiseta 18 del equipo de José Pekerman y tenía de compañeros a Walter Samuel y Pablo Aimar, integrantes de su cuerpo técnico, y otras figuras como Juan Román Riquelme y Esteban Cambiasso. Sin ser su especialidad, anotó 2 goles en 7 partidos: a Hungría en el debut y a Brasil en cuartos.
Llegó a la Mayor de la mano de Marcelo Bielsa y debutó en el amistoso ante Libia en Trípoli. Ingresó a los 72 minutos en lugar de Javier Saviola y asistió con un centro a su actual ayudante Pablo Aimar, que metió de cabeza el 3-1 definitivo.
Nuevamente con Pekerman como DT, disputó el 2-1 de 8vos. del Mundial de Alemania 2006 ante México, que se definió con el golazo de Maxi Rodríguez en el suplementario. En total jugó 7 partidos con la Albiceleste.
ESTILO, TÍTULOS Y REIVINDICACIÓN
A la hora de describir cómo pretende que jueguen sus equipos, se inclina por la verticalidad, siempre priorizar el arco de enfrente. Tener posesión siempre que se pueda, pero buscar velocidad para hacer daño. Está convencido de que el sistema depende de los jugadores porque son ellos los que resuelven. No se ata a ningún dibujo.
La pandemia de coronavirus obligó a un parate y la pelota volvió a rodar recién en octubre de 2020. El año pasó con apenas cuatro partidos, de los cuales se ganó tres y se empató el restante.
El 2021 comenzó con un par de empates por Eliminatorias y la disputa de una nueva Copa América en Brasil, luego de que Argentina y Colombia declinaran la chance de ser anfitriones. Finalmente, después de 28 años de sequía, Argentina se consagró el 10 de julio gracias al gol de Di María, en el 1° título de Lionel Messi con la Mayor. Nada menos que contra Brasil y en el mismísimo Maracaná.
Con la gloria alcanzada, el equipo se soltó, las mochilas se vaciaron y el fútbol tomó vuelo. El grupo se consolidó y la unión, la química y el compañerismo quedaron expresados tanto adentro como afuera de la cancha.
El camino a Qatar fue un trámite. Faltaba confirmar el gran momento con un rival europeo y el resultado fue abrumador: 3-0 ante Italia, campeón de la Euro, para adueñarse de la Finalissima en Wembley.
Desaparecieron las dudas y las críticas. El joven inexperto aceptó una prueba exigente, hizo un máster sobre la marcha y se recibió con honores. Demostró personalidad, supo rodearse y lideró a una Selección que invita a soñar. La Scaloneta se dirige con confianza rumbo a Qatar y un país entero está subido a la ilusión.