Se dice, como un lugar común dotado de incuestionables argumentos, que las Eliminatorias sudamericanas son uno de los campeonatos más difíciles del planeta. La paridad, las dificultades geográficas y la extensión son algunas de las razones de esta sensación que se construyó desde la implementación de este sistema, en 1998. Hoy, a poco menos de tres años del comienzo de la Copa del Mundo 2026, el camino arranca en este continente.
El torneo más largo del planeta comezará el próximo jueves 7 de septiembre y finalizará el 14 de octubre de 2025. Serán más de dos años de emociones, tensión e intensidad competitiva. La extensión de la travesía es una especie de metáfora del certamen en sí mismo. Lo que más cuesta, más se disfruta.
Esta vez, habrá más selecciones premiadas. Es que, a diferencia de las últimas ediciones, se podría clasificar al Mundial el setenta por ciento de los participantes. Y lo hará al menos el sesenta. Seis o siete plazas para diez equipos no es exagerado ni mucho menos, porque en estas tierras se juega al fútbol mejor que en ningún otro lado.
Con la presencia del campeón del mundo reinante por primera vez desde 2002, la fase de clasificación sudamericana volverá a tener atractivos de todo tipo. Algunos de los mejores futbolistas del mundo, equipos repletos de virtudes, partidos inolvidables. Y algo muy valioso, que le da a este torneo un brillo superior: la íntima convicción de que todos pueden aspirar a un cupo.
Desde Brasil a Bolivia, cada uno de los diez seleccionados sabe que está en condiciones de competir. Con más o menos argumentos. Aquí no hay participaciones testimoniales. Aquí hay competencia y coraje más allá de las diferencias.
Este año, se jugarán seis jornadas, en tres fechas dobles en septiembre, octubre y noviembre. En 2024, el protagonismo será de la Copa América, ya que recién se reanudarán las Eliminatorias en septiembre, con competencia también en octubre y noviembre. En 2025, se jugará en marzo, septiembre y octubre.
El largo intervalo entre fechas fomenta la irregularidad. Así ha sido en los últimos procesos de clasificación. Con la excepción de Brasil y Argentina, amplios dominadores invictos de las Eliminatorias para Qatar 2022, el resto de los equipos han subido y bajado en la tabla varias veces, como consecuencia de pronunciados bajones en el rendimiento.
Entonces, es difícil predecir cómo será el camino al Mundial 2026. En más de dos años, jugadores empeorarán y mejorarán su nivel. Habrá lesiones y dificultades de todo tipo. La extensión del certamen es, sin duda, uno de los aspectos más importantes a considerar a a la hora de analizar la fase clasificatoria. Aprovechar los buenos momentos, esos tres meses positivos, puede marcar la diferencia entre llegar al Mundial o quedarse en el camino.
Otro punto importante es la diversidad geográfica del continente. Se juega en la altura, en el llano, con calor, con humedad, con frío, de noche, de día. La preparación física es más compleja que en Europa, donde casi no hay diferencias de este tipo. La paridad también encuentra motivos en esta cuestión.