La reconstrucción de la Selección Uruguaya no fue sencilla. Después de mirar el Mundial de 2006 por televisión se decidió comenzar de cero. La tarea fue titánica. Para que tengan una idea, el día que Oscar Tabárez y su cuerpo técnico solicitaron la agenda de teléfonos para llamar a los jugadores, se sorprendieron con la respuesta: No había agenda. A los jugadores los llamaban desde la empresa privada que tiene los derechos de televisión, como se narra en el libro Maestro, el legado de Tabárez (Ediciones B).
En marzo de 2006 el técnico Oscar Tabárez inició el verdadero trabajo, con los jóvenes. El tema no fue meramente futbolístico. Hubo infinidad de detalles que se cuidaron. Desde la presencia del propio Maestro en los entrenamientos de los más chicos, pasando por la formación, el estudio, el trabajo con psicólogos, y el contacto con las grandes estrellas de la Celestes que pregonaban con el ejemplo.
El maestro partió de una premisa que trasladó a los más jóvenes a los que, cuando entraban al Complejo Celeste, les decía: “Acá hay dos cosas que no pueden faltar: saludar y agradecer”.
¿A qué viene el recuerdo? A que Uruguay pasó del pedido y la enseñanza de Tabárez a la denuncia de Luis Suárez de que el actual conductor, Marcelo Bielsa, ni siquiera les dice buen día.
Las diferencias de estilo son claras. Cada técnico tiene su forma y su personalidad. Y los momentos también son distintos.
Del Maestro a Bielsa
El Maestro Tabárez inició la tarea desde abajo como narró en el libro: “Cuando llegan los chiquilines de la Sub 15 les decimos que acá hay dos cosas que no pueden faltar: el saludar cuando se llega a un lugar y se cruzan con personas que puedan estar. No importa que no las conozcan, es un signo de convivencia y respeto”, dijo Tabárez.
El extécnico de la Celeste agregó: “Y después agradecer cuando alguien hace algo por ellos. Sea un entrenador, un utilero, alguna persona que les regala algo, o les haga un favor en la cocina. Agradecer siempre. Son cosas básicas de la convivencia que además les van a servir para la vida en sociedad. Eso tiene que ver con las características de los entrenadores que traemos acá para trabajar en juveniles que tienen que ser buenos en esos aspectos, y vaya si lo son. Eso no puede faltar y se trabaja en eso a través de los cuerpos técnicos”.
Luis Suárez denunció que el actual entrenador de Uruguay, Marcelo Bielsa, ni siquiera los saluda. Suárez detalló que en los días de convivencia durante la Copa América se vivieron muchas situaciones que generaron roces, una de ellas, un pedido del plantel hacia Bielsa para que “por lo menos les dijera buen día”.
Del trabajo de hormigas a comer en otro lado
Otra de las denuncias que realizó Suárez fue referida al trato que dispensa Bielsa a los funcionarios del Complejo a los que, a decir del exjugador de la Celeste, no se les permite tener contacto con los jugadores por fuera de lo que implica su tarea.
Suárez puso como ejemplo lo que le pasa a Edgardo Di Mayo, el utilero que es conocido en la Selección por el apodo de Minguta.
“Minguta lleva 30 años en la Selección y nunca dice nada, pero tiene que ir por detrás del Complejo a comer al parrillero, no puede pasar por la cocina. ¿Por qué Minguta no se puede cruzar con los jugadores en el comedor? ¿Por qué los entrenadores de juveniles tienen que comer en la barbacoa cuando antes compartíamos con ellos?”, expresó Suárez que también hizo referencia al choque de Bielsa con Agustín Canobbio.
La denuncia de Suárez contrasta con el estilo de conducción al que estaban acostumbrados jugadores y funcionarios y que reveló Tabárez en el libro diciendo: “El que no juega debe tener una bronca bárbara porque no juega, pero en la Selección siempre tuvimos preocupación por el respeto, por el respeto a los roles. En ese contexto puse como ejemplo algo que leí en una edición de National Geographic sobre la vida de las hormigas y las abejas que, en muchas empresas donde tienen mucho personal, para ser eficientes hacían referencia al ejemplo de los animales que vivían en colonias, como las hormigas o las abejas y decían que ahí cada uno cumplía su rol para un fin común. Donde más noté el cambio fue en la felicidad que tenían todos los colaboradores, los que estaban en la lavandería, en la cocina, en la utilería. Había que ver cómo disfrutaban ellos y cómo vivían como si fueran parte de los protagonistas, sin pretender ser los protagonistas. Todo eso lleva a la eficiencia”.
Está claro que en el fútbol cada técnico tiene su librito, su estilo de conducción y su personalidad. Y acá no se trata de poner en una hoguera a Bielsa porque sea argentino o no sea simpático, quien escribe no recorre ese camino. Simplemente se describe una realidad que, de acuerdo a la denuncia de Suárez, marca que la Selección pasó del buen día que transmitía el Maestro Oscar Tabárez, al pedido del plantel para que el actual conductor, Marcelo Bielsa, simplemente los salude.