La carrera de Cristiano Ronaldo ha tenido pocos pero recordados cruces con el fútbol uruguayo y su Selección, elevando su figura y jerarquía los duelos ante un pueblo tan competitivo como futbolero y que disfrutó aún más la última victoria de la Celeste en un Mundial con el Maestro Tabárez como DT porque CR7 se encontraba enfrente.
Los sábados por la mañana de Premier League comenzó a traer al Batipibe que entusiasmaba por su vértigo y bicicletas en carrera. De Manchester United pasó a Real Madrid y en agosto de 2010 enfrentó a Peñarol por el Trofeo Santiago Bernabéu.
El equipo español venció 2 a 0, aunque en Uruguay aún se recuerda cuando el Pato Marcelo Sosa irritó al portugués a los seis minutos de comenzado el partido.
“A veces hay que bajarlo enseguida. Se fastidió más y esa era la idea. Venía de una discusión por una patada malintencionada (contra Emiliano Albín) y fui a reclamarle. Y ahí fue cuando lo despeiné. Me tiró un manotazo, pero nada más”, contó Sosa en Canal 10.
Ese soberbio porte generó casi que desde un principio una gran distancia en el pueblo uruguayo, quien celebra con orgullo que la humildad es una de sus máximas virtudes.
E incluso entendiendo el valor de su propia cultura e historia futbolero ha mirado de reojo la discusión de quién es mejor, si Lionel Messi o CR7; y en caso de tener que elegir, se ha inclinado por el primero no sólo por aspectos futbolísticos, sino porque además Messi se ha mostrado generalmente callado y de bajo perfil, careciendo lo que el uruguayo rechaza principalmente de algunos vecinos del otro lado del Río de la Plata, siendo esto justamente lo que casi siempre ha exteriorizado el portugués.
Diego Godín lo ha enfrentado en derbis madrileños, Luis Suárez en clásicos de España entre Barcelona y Real Madrid, pero La Liga se centraba en el duelo entre CR7 y Messi, por lo que el gran enfrentamiento llegó en el Mundial de Rusia 2018, cuando Uruguay y Portugal se enfrentaron por los Octavos de final.
Ahí en la foto aparece Lucas Torreira, quien en realidad debió haber salido en casi todas las imágenes del encuentro, mostrando una maravillosa movilidad para defender y no dejar a Cristiano tranquilo.
El pibe nacido en Fray Bentos que había debutado con la Celeste en marzo de 2018, apenas algunos meses después (el 30 de junio) lograba incomodar y controlar al poderoso portugués. La historia de David y Goliat se volvía a repetir, y Uruguay lo festejaba a nivel individual con Torreira y a nivel colectivo con el triunfo por 2 a 1 con doblete de Edinson Cavani en Sochi.
En 2022, otra vez un Uruguay ante Portugal en Mundiales, pero en esta oportunidad por la segunda fecha de la fase de grupos y con victoria europea por 2 a 0 en Lusail con dos goles de Bruno Fernandes.
Antes, Cristiano había regresado a Manchester United y Edinson Cavani le cedió la camiseta número 7, aunque el uruguayo admitió tiempo después en ESPN: “Cuando llegó Ronaldo, lo primero que hice fue llamar a mi hermano y le dije: 'Fernando, si esto hubiera pasado hace una semana, te hubiera pedido que buscáramos otro club’”.
“Le dije eso pero no porque no quisiera jugar con Cristiano Ronaldo. No. Porque tuve la oportunidad de conocerlo y es un gran profesional, con sus objetivos, y eso es perfecto para sus compañeros. Pero como yo sé, después de años en el fútbol, cómo son las cosas actualmente…”, expresó en su momento Cavani.
El cómo fue relegado el Matador en su segunda temporada en Manchester luego de un gran primer año tampoco ayudó para conectar con el portugués o tener una mayor simpatía hacia él.
Igualmente, Cristiano tal vez sea un espejo en el que un uruguayo no quiere reconocerse, aún entendiendo que el orgullo por su fútbol no es arrogante si se repasa su historia y sus triunfos épicos, que también son parte de su refugio para seguir creyendo en momentos donde el resultado no es favorable porque alguna vez otras personas, también de carne y hueso y con una camiseta celeste, pudieron darlo vuelta.
Ronaldo bien podría argumentar de igual manera su altanería y excesiva confianza; y en su caso tiene la certeza además de que su cuerpo y su propia mente, junto con otros diez compañeros, han podido alcanzar metas extraordinarias en un campo de juego.
Tabárez había asumido la direccción técnica de Uruguay por segunda vez en marzo de 2006, y Cristiano se preparaba para jugar su primera Copa del Mundo con Portugal (Alemania 2006). El Maestro ya había dejado de ser el entrenador del combinado oriental, y Cristiano se preparaba para jugar su quinto Mundial (Qatar 2022).
CR7 ha corrido en paralelo con el proceso más exitoso de la Selección Uruguaya y en el único cruce (en 2022 ya no estaba Tabárez al frente y fue en fase de grupos) el pueblo sudamericano resultó vencedor, mostrando su propio orgullo, competitividad y resistencia, aspectos de los que el portugués también puede hacer alarde, y con razón.
La presencia de Cristiano en Sochi no hizo más que enaltecer aquella victoria, porque los triunfos serán aún más notables en tanto el rival tenga el máximo espíritu competitivo posible. Y con Ronaldo de seguro estuvo a tope, como en toda su carrera.