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Brasil, Real Madrid, Tottenham, Ancelotti y Pochettino: el carrusel de entrenadores que parece una partida de póquer

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Carlo Ancelotti sería el candidato principal para dirigir a Brasil (0:47)

La CBF se encuentra a la búsqueda de un nuevo entrenador y el estratega del Real Madrid está en la mira. (0:47)

Dos acontecimientos sísmicos ocurridos durante el fin de semana hicieron que a aquellos que nos encanta tener a Carlo Ancelotti en La Liga nos estremezcamos ante un cambio inminente. Fueron los siguientes: Brasil cayó avergonzado por 2-1 ante Marruecos y luego declaró su intención de contratar a Ancelotti, y además, para el domingo, Tottenham Hotspur y Antonio Conte cortaban vínculos.

Brasil quiere que Ancelotti suceda a Tite desde su fracaso en el Mundial de Qatar 2022 y Pep Guardiola, de Manchester City, quien parecía dispuesto a aceptar el puesto, lo rechazó. Resulta un tanto humillante para los pentacampeones seguir dando vueltas, haciendo agua con el entrenador interino Ramón Menezes, resignados a parecer cada vez más necesitados, hasta que finalmente reciban un "Sí" o un "No" firme del entrenador de Real Madrid.

El fanatismo brasileño por el fútbol, su altiva y ambiciosa prensa futbolística y su a menudo pomposo organismo rector, la CBF, no consideran las derrotas como la sufrida en Tánger como gajes del oficio. Consideran que perder cualquier partido de fútbol es un fenómeno extraño: denigrante, ultrajante y, francamente, un concepto con el que sólo deberían lidiar países como Bolivia, San Marino o Luxemburgo.

En otras palabras, creen que perder está tan por debajo de ellos que debería inducirles vértigo. Por eso, quedar eliminados del Mundial en cuartos de final ante Croacia, que desde la perspectiva brasileña era casi un vacío de figuras de fútbol, y que estuvo a sólo tres minutos de ser eliminado... bueno, de Recife a Curitiba, pasando por San Pablo y Río de Janeiro, fue visto como una humillación absoluta.

Peor aún, ver cómo Argentina, su archienemigo, no sólo levantaba "su" trofeo, sino que se ganaba el cariño del mundo en lo que posiblemente haya sido la mejor final en la historia del Mundial, fue como restregar el contenido de toda una mina de sal en la herida abierta y supurante de Brasil. Herida inicialmente infligida, recordemos, cuando fueron derrotados por una Albiceleste inspirada por Lionel Messi en la final de la Copa América de 2021.

Ahora, después de todo eso, ser derrotados por Marruecos... pesadilla. Por favor, no salgan con que el equipo de Walid Regragui llegó más lejos (semifinales) que Brasil en Qatar. Es una aplicación ingenua de los hechos y de la dura verdad. No hay tiempo para eso en Brasil en este momento.

Este país, que instintivamente se siente dueño del fútbol internacional, sencillamente no puede soportar más esta humillación. Por lo tanto, los esfuerzos para convencer a Ancelotti de que asuma el cargo en junio se acelerarán y pronto alcanzarán una velocidad de embestida.

"Necesitamos un entrenador ganador, que practique un fútbol ofensivo que encaje con la idea de la selección brasileña, y que inicie con nosotros un ciclo que nos lleve, al menos, hasta el próximo Mundial", declaró ante la prensa el presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues. "Personalmente, admiro a Carlo Ancelotti. Es un entrenador que cuenta con el respeto unánime de los futbolistas. No sólo de Ronaldo Nazario o Vinicius Júnior, sino de todos los que han jugado con él.

"Y también es el preferido de los aficionados, porque en todos los estadios a los que voy me preguntan por él. Carlo es un técnico de primera, con una lista de grandes éxitos detrás... y esperamos que todavía tenga algunos por delante. Tenemos fe en Dios, esperaremos el momento oportuno y luego veremos si podemos concretarlo como fruto de nuestra búsqueda del próximo seleccionador de Brasil. Seremos absolutamente éticos en nuestro proceso y respetaremos cualquier contrato que aún esté vigente".

Si al final resulta que Ancelotti o su agente le habían dicho a Brasil: Es hora de que hagas pública una declaración de intenciones para ayudarme a negociar esto con el presidente de Real Madrid, Florentino Pérez... no me extrañaría".

Tottenham Hotspur, por supuesto, es otra historia.

Su urgencia no se debe a que hayan dejado temporalmente de ser los reyes de todo lo que estudian, sino a que temen convertirse en los bufones de la corte. También se debe, fundamentalmente, a que anhelan levantar un gran trofeo y a que su último entrenador destituido lanzó duras críticas contra sus jefes y el cuerpo técnico antes de ser costosamente despedido el domingo.

Y, en el único paralelo de Tottenham y Brasil teniendo que soportar la migraña futbolística del fervor por Argentina en casi todo el planeta, los Spurs tienen a Arsenal desesperado por burlarse aún más. Los Gunners, con una ventaja de ocho puntos en la cima de la tabla de posiciones con 10 partidos restantes, son los campeones electos de Inglaterra. Es una idea paralizante para todos con respecto a la persuasión de los Spurs – incluido el presidente, Daniel Levy.

Pero no nos engañemos: Los Spurs quieren a Mauricio Pochettino de regreso, no a Ancelotti. Tengan muy en claro que los Spurs, legítimamente teniendo en cuenta que en este momento no está empleado en ningún lado, han estado susurrando al oído de Pochettino y su staff desde hace algunos meses. "Regresa al finalizar la temporada" ha sido el canto de la sirena de Levy para el adorado argentino que llevó a Tottenham directo a la final de la Champions League en 2019.

Pienso que ha sido su tentación, de regresar a su antiguo club en el verano, la razón principal de que, cuando tuvo la chance de tener una entrevista para el puesto de Chelsea antes de Graham Potter, los representantes de Pochettino dieron tantas vueltas. Tanto, de hecho, que el propietario de Chelsea, Todd Boehly, abandonó su instinto original de priorizar al argentino y pagó la cláusula a Brighton & Hove Albion para sumar al DT.

Sin embargo, Pochettino estuvo a punto de quedarse sin su trabajo en Real Madrid en una oportunidad y no tiene intenciones de permitir que eso suceda nuevamente su llegase a surgir la oportunidad.

Fue en el verano de 2018, apenas unas semanas después de que él había extendido su contrato con los Spurs. Zinedine Zidane había dejado Madrid, inmediatamente después de ganar la Champions League en Kiev, y Pérez y el CEO José Ángel Sánchez, querían que Pochettino fuese su sucesor.

Descubrieron, para su disgusto, que ni él ni sus representantes habían presionado para incluir una cláusula de recisión en su nuevo contrato. Pochettino era "inaccesible". Los tres se encontraron, por casualidad, en una boda en Madrid ese verano y le dijeron a Pochettino que su hubiese tenido una cláusula de recisión, con un precio y un determinado club escrito en su nuevo contrato con los Spurs, ellos lo hubiesen liberado del mismo y en ese momento hubiese estado al mando de Los Blancos.

Por lo tanto, la cuestión es la siguiente…

Pérez jamás en sus casi cuarto de siglo al mando de Madrid ha visto a su equipo perder cuatro veces contra Barcelona en el lapso de ocho meses en una temporada – aunque uno de esos partidos haya sido un amistoso. Enormes dudas acerca de si Ancelotti debería continuar los 15 meses que quedan en su contrato deben estar carcomiendo la mente de Pérez.

Pochettino, a menos que los Spurs den el sorprendente golpe de persuadirlo para que se comprometa con ellos de inmediato, en este momento es libre de sumarse a Madrid sin tener que pagar ningún tipo de compensación – y eso para nada es un hecho intangible. El argentino estará esperando, impacientemente, para ver qué es lo que sucede con su contraparte italiana, equilibrando la necesidad de responder las suplicas urgentes de Levy para que regrese con los Spurs con su propio instinto de esperar hasta el último momento posible, para ver si se libera una vacante en el Bernabéu. Es un puesto en el que ganar trofeos es, a diferencia de los Spurs, una parte prácticamente garantizada dentro del paquete.

Mientras tanto, ahora se sabe a ciencia cierta que Brasil quiere que Ancelotti se libere de su contrato y se sume al mando de la selección.

Es una partida de póquer gigante.

Brasil, Madrid, Spurs, Pochettino y Ancelotti: todos tienen sus manos de cartas, hay algunos ases, reyes y reinas entre los jugadores, y el comodín fácilmente puede ser la repentina llegada de un hombre como el antiguo jefe de Bayern Munich, Julian Nagelsmann, a la mesa. Pero con la Confederación Brasileña de Fútbol aumentando la apuesta a Real Madrid al declarar abiertamente sus intenciones, las de sus jugadores y las de la afición de contratar a Ancelotti, no hay dudas de que el dealer ha hecho su trabajo, y los rivales se miran entre sí con cautela por encima de sus cartas, ya que saben que quién termine jugando mejor sus cartas se quedará con un cuantioso pozo.

Vamos a ver mucho faroleo y muchos engaños antes de saber quién o quiénes terminan siendo los ganadores, y por favor, nunca descarten la posibilidad de los comodines. Pero si para julio, Brasil tiene como entrenador a Ancelotti, Madrid a Pochettino y los Spurs a Luis Enrique, nadie debería sorprenderse demasiado.