El 0–0 de Colombia ante Canadá esta semana dejó una sensación conocida: Richard Ríos participó mucho, pero dañó poco. Jugó 78 minutos, tocó 50 veces la pelota y completó 21 de 27 pases (78%), cifras que parecen correctas… hasta que se miran con lupa. Apenas cuatro envíos llegaron al último tercio, cero remates, cero chances creadas y cinco pérdidas. Es la foto del momento: la pelota se queda un segundo de más en sus pies y el equipo pierde ritmo en la mitad.
No es solo una noche aislada. En Benfica viene acumulando minutos —846 oficiales en la temporada—, pero su huella ofensiva todavía es liviana: 0 goles, 0 asistencias y tres amarillas que hablan de ajustes pendientes en el “timing” defensivo. Es decir, confianza del entrenador la hay (juega siempre), pero el impacto aún no acompaña esa continuidad.
Ríos siempre fue útil por su control en corto y su ida y vuelta. Hoy ese sello se le volvió en contra: conduce más de lo que su jugada pide y se desconecta del pase vertical que le da vida al equipo. Cuando acelera a un toque —la pared con el 9, el cambio simple hacia el extremo— Colombia y Benfica respiran; cuando retiene mucho la pelota, el rival se ordena y la jugada se suele apagar.
También hay una lectura sin balón. Con tres acciones defensivas en 78’, su presencia en la recuperación fue discreta para un mediocentro. Nada grave, pero sí un recordatorio: su mejor versión recupera, entrega fácil y vuelve a quedar bien parado para la segunda jugada. Entre faltas y llegadas tarde, se le van segundos y metros que antes ganaba.
La buena noticia es que el arreglo no es complejo. Ríos necesita volver al libreto que lo hizo crecer: recibir perfilado, jugar a dos toques y soltar la pelota un paso antes. Con eso, sus números cambian solos —más pases hacia adelante, menos pérdidas— y el equipo lo siente de inmediato. Tiene minutos, tiene confianza del técnico (en club y Selección) y tiene herramientas. Le falta, apenas, recuperar el timing. Cuando lo haga, la conversación volverá a ser la de siempre: la del volante eléctrico que le acelera el pulso a sus equipos.
