En el programa 'Diarios de Bicicleta' de ESPN, Padilla también contó quién es su portero inspiración y cuál es el sueño que desea cumplir como mexicano.
El portero del Athletic de Bilbao, Álex Padilla, explicó en el programa 'Diarios de Bicicleta' de ESPN porque decidió representar a la Selección Mexicana y también reveló el arquero azteca que es su ídolo. Padilla, de 20 años, nació en Zarautz, España, pero cuenta con la nacionalidad mexicana y el pasado fin de semana debutó en LaLiga en el empate a un gol del Athletic ante el Getafe en San Mamés.
A continuación, te compartimos la entrevista completa de Martín Ainstein, conductor de 'Diarios de Bicileta', a Alex Padilla, quien sueña con disputar la próxima Copa del Mundo con el Tri.
Alex, ¿qué sangre corre por tus venas? ¿Cómo es esa mezcla tan particular que tienes?
Pues mi mamá es la parte mexicana que me inculca todo lo mexicano, y mi papa lo vasco. Es una mezcla que yo me siento muy orgulloso. Al final es lo que he mamado desde pequeño y me siento muy orgulloso de ello.
¿Cómo es tu vida? ¿Dónde naces? ¿Dónde te crías? ¿Dónde vives tu infancia? Cuéntanos un poquito cómo se desarrolla esa mezcla?
Yo nací en Zarautz, exactamente en San Sebastián. Con tres meses, toda mi familia, mis papás y yo nos vamos a México. En México estamos en Celaya, paso mis primeros ocho años de mi vida en México.
¿Qué recuerdas esos años?
Todos los recuerdos que tengo, la mayoría, son muy familiares, de estar mucho con mis tíos, con mis abuelos, con mi abuelita.
¿Qué te gustaba hacer?
Mi mamá siempre me llevaba a hacer deporte, siempre. Mi mamá es muy deportista y siempre me ha inculcado eso de hacer deporte. Y yo jugaba futbol en México, en el Andersen, en, pues, un instituto llamado Andersen, que, pues, tenía su equipito de futbol y ahí, pues, pues empezaba a jugar a futbol, me ponía de portero, me ponía de jugador. Un poquito lo que hace todo niño que quiere disfrutar y probar de todo.
¿Cómo te decantaste por la portería?
Pues, mira, es, a mí me parece muy gracioso el cómo termino decantándome por la portería, porque yo cuando llego a Zarautz, pues con mis amigos en el colegio, pues juego a futbol, a baloncesto, y siempre se me dieron bien los deportes con, pues, con la mano. El baloncesto me gusta mucho. Antes jugaba mucho más que a futbol, jugaba baloncesto. Pero llega un momento en el que mis amigos están, la mayoría en el futbol, y me dicen que tengo que ir a probar, que me tengo que poner los guantes y jugar con ellos. Y pues un día decido hacer las pruebas que se llaman así en Zarautz ponerme los guantes y pasar ahí una semanita probando a ver a ver dónde terminaba, en qué equipo, porque al final de esa semana se decantan un poco los equipos, pues deciden en quién va el primero, por así decirlo el bueno. De repente el último día llegó y, claro, yo me había ido a divertir, a ponerme los guantes y divertirme y veo que estoy en el primero en la lista de portero y todavía a mis padres ni les había dicho nada. A nosotros me toca ir a casa, explicarles a mis papás y me apuntaron al club, me apunté y la verdad nos tocó muy buena generación, entonces, disfrutaba mucho en la portería.
Pero el último año, yo me quería ir porque de la generación tan buena que teníamos, yo me aburría de jugar. Entonces, yo me quería ir al baloncesto porque era el deporte que anteriormente había practicado y me gustaba. Entonces, tengo un par de amigos que me intentaron convencer de que no me vaya al baloncesto y me quedé jugando futbol, pues, porque me decían que era bueno y que tenía que seguir jugando a futbol. Llega el momento en el que la Dirección Deportiva me dice que me ofrecen con quince años jugar con los juvenil último año, que serían diecisiete, dieciocho años. Me quedo, juego esa temporada todos los partidos, si no recuerdo mal, menos uno y de repente a final de temporada un día mis papás me dicen que tengo que conocer al que era mi representante y me presenta ofertas de clubes y uno de ellos era el Athletic. Entonces, yo lo primero que hice fue decir, que me voy, que no me lo pienso, yo quiero ir a Bilbao y jugar para el Athletic.
Álex, ¿cómo fue ese cambio de país y de cultura? Tú viviste hasta los ocho años en México ¿Luego a dónde vas?
Luego, con ocho años nos fuimos a Estados Unidos, a Detroit, exactamente en Michigan. Estuvimos ahí por tema del trabajo de mi papá. Estuvimos un año y ocho meses aproximadamente. Y yo recuerdo el cambio, pues, al final era muy joven, tampoco era muy consciente de todo lo que estaba pasando en esos momentos. La realidad es que dejé a mucha familia detrás, en México, llegas a un sitio nuevo, un idioma nuevo completamente, amigos nuevos. Como un niño, yo creo que, al ser tan niño, lo llevas con naturalidad y te adaptas muy rápido a eso. Sin embargo, el cambio después de estar un año y ocho meses en Estados Unidos, vuelvo al País Vasco, un cambio que me costó un poquito más.
Álex, ¿el futbol te sirvió de puente, de conector para adaptarte a esa nueva vida?
Claro que sí. Yo cuando no me ubicaba todavía empecé a entrenar con el equipo, al final, con los vínculos que haces con el equipo son de muchísima ayuda. Quieras o no, los vas a ver a la semana cuatro días y al final terminas haciendo planes, terminas durmiendo en casa de uno del equipo, pues con tus doce, trece años, disfrutas con todos los del equipo, se hacen planes juntos y poquito a poco, pues sí, es yo creo que el futbol me ayudó, me ayudó para adaptarme poco a poco.
Álex, ¿Qué tienes de tu mamá, de la cultura mexicana, y qué tienes de tu papá, de la cultura vasca?
Por mi mamá, lo mexicano, yo creo que tengo ese sentimiento de luchar, de siempre poner buena cara, de ser agradecido, sobre todo. También sentir cada cosa que hago, de hacerlo con buena fe. Si voy a hacer algo, pues que lo esté haciendo a gusto y si no quiero hacer algo, pues en buenas formas, decir que no. Y por mi parte de mi padre, te diría que tengo ese carácter competitivo, ese carácter ganador, que me propongo algo y por cabezón, como decimos aquí.
¿Y qué se pone sobre la mesa? ¿Comida mexicana o comida vasca?
Comida mexicana.
¿Cuál es tu platillo favorito?
Chilaquiles. Unas entomatadas, que me prepara mi mamá y siempre con las salsitas verdes o rojas o pico de gallo o guacamole, pero siempre tiene que haber algo. Ahora ya llevo bastantes años fuera de casa y lo echo de menos y mi mamá me prepara mis salsitas para que me lleve a mi casa.
¿Por qué México? ¿Por qué eliges jugar por la Selección Mexicana?
Para mí fue muy fácil. Al final, yo me siento mexicano, yo soy mexicano y me llena de orgullo, representar a mi país, Y ya eso lleva que mi mamá está muy orgullosa de mí, aunque haya elegido otra cosa, pero estando con México, mi mamá es la mamá más feliz del mundo, mi abuelita también, mis tíos, mis primos. Al final, yo me decido por México porque es lo que más me llena a mí como persona.
¿Cómo es ese ese primer viaje? ¿Ese zambullirse en una selección con mucha presión, con muchas expectativas, con mucha gente detrás?
Hasta que llegas y ves que es otra cultura a la que no estás familiarizado en en tu día a día. Es otro estilo de juego. Otra ideología. La presión de la gente exterior totalmente diferente. A mí me gusta porque me parece un reto, muy bonito encima ahora con lo que viene, que es el Mundial 2026, pero yo intento siempre llevarlo con la máxima naturalidad posible, aceptando mi profesión. Siempre intento quedarme al lado de las redes sociales y evitar un poco leer comentarios que al final no te van a aportar ni para bien ni para mal.
¿Tienes algún referente de portero mexicano?
Memo Ochoa, para mí, la trayectoria que ha tenido es de admirar. Yo siempre, para mí, desde que era pequeñito, Memo Ochoa ha sido una de esas personas que me ha inspirado y, cuando tenía la camiseta de la selección siempre quería que atrás llevara el nombre de Memo Ochoa.
¿Qué te gustaba de Memo?
De Memo me gusta ese atrevimiento, esa valentía en el campo, cómo gestiona y me acuerdo mucho del Mundial, el partido que hizo contra Brasil.
Llegas al Athletic y es un momento de la temporada muy especial, muy transformador para ti. ¿Cómo estás viviendo este año?
Pues este año, al final, es ese año que todo chaval espera, que todo chaval del Athletic está trabajando, porque no solo soy yo, somos todos los de la cantera que estamos trabajando para algún día llegar al primer equipo y poder jugar en San Mamés, que es lo máximo para nosotros.
¿Cómo se trabaja para para que la mentalidad y la cabeza esté donde tiene que estar en un partido?
Al final, yo creo que eso es el día a día. Trabajamos mucho lo técnico, lo táctico, lo visual también, los reflejos. Al final, tú te pones en una situación en San Mamés que tienes que decidir en cuestión de milisegundos y ahí no estás pensando, no te da para pensar. Entonces, esa buena decisión viene de todo el trabajo que llevas haciendo durante años para poder tomar buenas decisiones, porque la realidad del portero es que vamos a cometer errores, como todos los jugadores, pero nuestro error se paga muy caro. Entonces, también es muy importante la gestión del error, que yo, a día de hoy, estoy trabajando con ello.
¿Y cómo se trabaja eso?
Intentando naturalizar, intentando entender, normalizar que eres uno más y que puedes cometer el error y que si y sobre todo a mí me ayuda a pensar que si me quedo estancado en el error, me va a llevar a tomar malas decisiones de siguientes acciones. Entonces lo pones en una balanza.
Vamos a imaginar una situación. Tú estás mirando y tienes a cuatro metros a Lamine Yamal o Kylian Mbappé o Vinicius Jr, ¿Cómo haces para para cerrarle los caminos a jugadores con esa capacidad?
Esos momentos tan exactos que todavía no he vivido, pero me toca vivir en otras categorías con jugadores son muy buenos y en esos momentos, al final, voy a lo de antes, vuelves a no pensar y solo te centras en el balón. Estás centrado en el balón y cuando el balón sale del pie del jugador, tú lo que tienes que hacer o lo que estás preparado para hacer es tapar lo máximo posible y lo que está en tus manos, pararlo. Y luego hay balones que te las ponen en la cruceta y, no te queda nada más que aplaudirles o decirles que no lo vuelvan a hacer.
¿Cuáles son sus fortalezas? ¿Cuál es tu estilo?
Te diría que soy un portero líder, un portero que le gusta estar conectado con tanto con la defensa como con todos los jugadores del campo. Tengo que estar hablando porque sé que me ayuda a estar en el partido y la forma de vivir el partido es muy intenso.
Entonces, yo creo que soy muy intenso, me exijo mucho, ayudo, intento estar ayudando en todo momento al equipo.
¿Estás pensando en los sueños que se van a concretar este año? ¿Cuáles serían esos?
No me gusta demasiado hablar de lo que puede pasar, porque, para mí, la realidad es que mañana voy a entrenar, pasado voy a jugar. Obviamente, tengo mis sueños, y mi sueño ahora mismo sería jugar un Mundial con la Selección Mayor, ganar con el Athletic los máximos títulos posibles. Tengo sueños, pero no me gusta mucho pensar en ellos porque no quiero caer en centrarme en eso y olvidar lo que tengo que hacer cada día. Entonces, me intento centrar en entrenar día a día y dar lo máximo que tengo para cada día ser mejor.