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Muy poco margen: Las posibilidades de Italia para evitar el temido repechaje al Mundial 2026

Italia, el segundo país con más Copas del Mundo, no juega un Mundial hace 11 años. De hecho, no puede superar la fase de grupos de uno hace 19, la última vez que gritó campeón.

Es un dato que se ha repetido hasta el hartazgo porque hasta el día de hoy es difícil creerlo. Todavía cuesta explicar un declive como el de una selección tan legendaria e influyente en el mundo del fútbol como la Azzurra, que ni siquiera la histórica obtención de la Euro 2020 pudo frenar. Y lo peor es que el calvario podría extenderse aún más ante un mínimo descuido.

De cara a las últimas dos fechas de las Eliminatorias UEFA rumbo a Estados Unidos, México y Canadá, la situación es más delicada de lo que parece. Los dirigidos por Gennaro Gattuso marchan segundos en el grupo I, con 6 puntos de ventaja sobre Israel, que ya no tiene posibilidades de superarlos, pero 3 unidades abajo de Noruega en la punta. El conjunto nórdico será el último rival al que se enfrentarán y el que les infligió su única derrota en el certamen, un duro 3-0 en junio.

Italia y sus chances de jugar el Mundial 2026

¿Existen razones para creer que Italia puede sobreponerse a su rival por la punta? La realidad es que son muy pocas. Superar el jueves a Moldavia, última del grupo con un punto, no parece un desafío difícil en absoluto, pero también lo es que Noruega se deje puntos ante Estonia. El primer criterio de desempate ante la igualdad de puntos es la diferencia de gol, un ítem en donde los escandinavos dominan ampliamente: +26 contra +10. A fines prácticos, si se da la lógica en la fecha 5, la suerte va a estar echada para los mediterráneos.

El margen de error es nulo, porque aunque el repechaje otorga una oportunidad más para decir presente en el máximo torneo internacional, y una relativamente accesible sobre el papel, a Italia le genera los peores recuerdos posibles.

El repechaje mundialista, la pesadilla recurrente para Italia

Fue por esta vía, y en dos formatos diferentes, que el tetracampeón se perdió las dos últimas citas mundialistas. Primero le ocurrió en una serie a doble partido contra Suecia en 2017, en donde quedó para la historia la imagen de un Daniele De Rossi enfurecido con su entrenador, Giampiero Ventura, por elegir ponerlo a él en lugar de su compañero, el delantero Lorenzo Insigne, cuando necesitaban revertir el global de 1-0. Y luego se repitió la historia en 2022, cuando en el minitorneo eliminatorio cayeron en la primera instancia ante Macedonia del Norte, por un gol en la última jugada de Aleksandar Trajkovski.

Aún con la expansión del torneo a 48 equipos, el modo de disputa del repechaje es idéntico al de la última Copa del Mundo: los segundos de cada grupo y los equipos de mejor rendimiento en la Nations League que no hayan clasificado se dividirán en 4 minitorneos definitorios de eliminación directa compuestos por 4 equipos cada uno, cuya composición será sorteada. Si Italia no consigue gobernar el grupo I tendrá que superar dos instancias para regresar al torneo que más anhela. Las consecuencias de fallar por tercera vez al hilo podrían ser catastróficas.

Todos los involucrados entienden lo que hay en juego en esta fecha. En octubre pasado, Gattuso hizo un chiste que bien puede tener algo de verdad: "Me atribuiré el mérito si logro alcanzar el objetivo; de lo contrario, me iré a vivir lejos de Italia. Ya estoy un poco lejos [con su residencia en Marbella, España], pero iré aún más lejos. En consecuencia, soy consciente de ello".

El legendario exvolante, parte del plantel campeón del mundo en 2006, no fue la elección que más entusiasmo generó a la hora de reemplazar a Luciano Spalletti en la conducción técnica, pero pudo obtener resultados justos para mantener competitivo a su equipo. Estuvo al borde de una humillación histórica ante Israel, en un partido que rescataron de manera dramática con una victoria por 5-4, pero desde entonces consiguieron sacar triunfos competentes, incluyendo otro más contundente ante Israel por 3-0 en la anterior fecha FIFA. El consenso es que, en un momento histórico donde los seleccionadores apenas tienen tiempo para entrenar a sus futbolistas, quizá sea más adecuado contar con uno que no intente aplicar un estilo de juego demasiado complejo, sino que sepa poner los mejores jugadores en sus mejores posiciones y no mucho más.

Y a Italia no le faltan jugadores talentosos. En el arco cuenta con posiblemente el mejor guardameta del mundo, Gianluigi Donnarumma. En el ataque, luego de tantos años de sequía, parece por fin haber encontrado en Mateo Retegui a un delantero competente que sepa aparecer donde más peligro pueda generar y convertir goles. Aunque estén algo lejos de sus mejores generales, sigue teniendo buenos valores en la defensa, como Riccardo Calafiori, Giovanni Di Lorenzo o Alessandro Bastoni. Nicolò Barella y Sandro Tonali también se han convertido en jugadores fundamentales en equipos del calibre de Inter y Newcastle.

En el evento de que Noruega tropiece ante Estonia y todo se defina en el San Siro el domingo, todos ellos deberán demostrar su más alto nivel ante una selección que puede jactarse de tener en Martin Odegaard y en especial Erling Haaland a dos de los mejores futbolistas de toda Europa. Y si no llega a ese punto, tendrán que ser suficientemente fuertes en lo mental para que las dolorosísimas caídas de ciclos anteriores no les pesen, y puedan devolver a Italia al lugar donde la ubica la historia: dentro del Mundial 2026.