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Felipe Avenatti habló de cómo es ser un 9 al que le gusta jugar, y de qué pudo hacer distinto Peñarol ante Botafogo

Felipe Avenatti jugando en Peñarol. 1950foto

Felipe Avenatti, delantero de Peñarol, contó que cumplió un sueño al llegar al Carbonero, dijo qué le sorprendió del club y planteó por qué consideró que se perdió la llave de la CONMEBOL Libertadores contra Botafogo.

En entrevista con el programa “Fuera de juego” (Carve Deportiva), Avenatti dijo que se siente feliz por estar en el equipo del que es hincha desde niño. “Siempre fui hincha, hice todas las inferiores en River y le tengo un amor y cariño enorme a ese club porque fue mi casa por ocho años y lo sigo sintiendo así, pero Peñarol es el cuadro del que soy hincha desde chiquito, el que iba a ver”, contó.

Desde su llegada en agosto, el atacante indicó que le sorprendió para bien el nivel de profesionalismo y organización que tiene el Manya. “Que haya cuatro profes en el gimnasio, que te armen rutinas, que te puedan estirar, hay muchos clubes en Bélgica que no tienen eso. También el tema de la alimentación, poder desayunar y almorzar ahí. Me sorprendió para bien”, indicó.

El atacante de 1.96 metros de altura habló de que no es un 9 típico que solo se queda en el área, y que esto le generó algún reto de entrenadores. “Siempre me gustó estar en contacto con la pelota y participar del juego. Varios DT me decían: ‘andá al área y dejate de salir para afuera’. En algunos momentos eso me causó algunos problemas porque con casi dos metros lo normal es que vaya al área, pero siempre me gustó participar en el juego. Si pasan varios minutos en los que no toco la pelota, me pongo nervioso porque es mi naturaleza querer participar y jugar con mis compañeros. Después adquirí lo de tener cabeza fría y esperar el momento para estar en el área cuando me toque porque es donde me necesitan”, explicó.

Avenatti anotó su único gol de momento con Peñarol en el triunfo contra Boston River, y reconoció que el tanto le sacó un peso de encima. “Si bien entendía en qué posición venía a Peñarol porque era un plantel definido, sabía que iba a tener oportunidades contadas por cómo estaba jugando el equipo y los resultados que venía teniendo, y porque era nuevo y me faltaba rodaje. Me sigue faltando. Llegué con dos meses de inactividad en los que entrenaba solo, pero no es lo mismo. Teniendo un físico grande necesito continuidad, pero entiendo y acepto la situación en la que estoy. Venía de Bélgica, una liga que no se mira mucho acá entonces sabía que venía con un signo de interrogación grande sobre mi cabeza. El gol siempre da confianza y en los momentos que me tocó estar, lo pude hacer bien”, expresó el delantero.

La experiencia Libertadores

Avenatti también habló de cómo vivió el paso de Peñarol por la CONMEBOL Libertadores, donde fue eliminado en semifinales contra Botafogo. “Fue tremendo por lo que se vivió. Me tocó jugar poco, pero el ambiente y la manija, fue algo espectacular. Vivirlo desde adentro con los compañeros, apoyando desde afuera, viendo cómo se entregaban al máximo… Lo viví como un sueño, con los recibimientos se te caían las lágrimas”, contó.

A su vez, dijo que “tendría que empezar a normalizarse” que Peñarol alcance instancias decisivas de los torneos internacionales. “Hace mucho no se llegaba y a partir de este año dejamos la vara bastante alta por lo que en los años que vienen tendríamos que llegar a donde llegamos. Es un objetivo, tendría que ser ese, no solo pasar de fase de grupos”, señaló.

Hablando sobre la derrota en la llave ante Botafogo y por qué pensaba que se había perdido, dijo que en el partido de vuelta en Montevideo se dieron cuenta de que “el 5-0 era muy mentiroso”, en referencia al resultado de la ida en Río de Janeiro. “Perfectamente podríamos haber estado en la final, esa es mi percepción, si no hubiesen pasado esos 10 minutos allá. No sé si fue una desconcentración porque una cosa es verlo de afuera y otra sentirlo desde adentro. El equipo sentía que podía ir a empatarlo en el 0-1 o acortar en el 0-2. No habíamos estado abajo en el marcador en toda la Copa. Antes del partido planteamos no volvernos locos, sabiendo que el rival era bueno, pero que podíamos. Entonces en el 1-0 o 2-0 decíamos que podíamos acortar, seguir presionando, y quizás si hubiésemos tenido mente más fría y nos cerrábamos completamente, acá en Uruguay podríamos haber dado vuelta la historia, pero con un 5-0 es muy difícil”, planteó Avenatti.