Malestar y silbidos, cantos contra los jugadores, directiva dividida y la permanencia del entrenador otra vez en juego, forman parte de las consecuencias que generó la eliminación de Nacional de la Copa AUF Uruguay.
Los tricolores vuelven a estar en una encrucijada. La derrota ante Plaza Colonia volvió a poner al técnico Pablo Peirano en la mira, como ya ocurrió tras la derrota en el clásico ante Peñarol.
Las condiciones no cambiaron. El DT parece ir partido a partido. Y claro, bajo ese panorama surge una interrogante: ¿Cómo se hace para convivir con un técnico cuestionado de acá hasta que lleguen las finales?
Si bien los entrenadores tienen la piel curtida y saben a la perfección que son rehenes de los resultados, no debe ser sencillo dirigir todos los fines de semana con la espada de Damocles. Porque si no es este, es el que viene, y si no es el que viene, es el otro. A ello se debe sumar, el maquillaje que se aplica con los resultados de su eterno rival. Para ser claros, si Peñarol gana, la presión aumenta.
Por estas horas, los dirigentes de Nacional conviven con la encrucijada de mantener o no a Pablo Peirano en su cargo. Vale recordar que el proceso del DT ya fue analizado tras la derrota clásica. Allí, ocho de los once dirigentes votaron por cesar a Peirano. Esto determina que las opiniones en la directiva estén divididas.
A ello se suma la presión de la gente. La tribuna se expresa en la cancha y a través de las redes sociales. El vicepresidente de Nacional, Flavio Perchman, reveló a La mañana del fútbol de El Espectador que los hinchas no quieren a Peirano: “Ya me escribieron un montón y el 90% me pide su salida”.
Pensando a futuro, para los dirigentes tampoco debe ser sencillo convivir hasta las finales bajo ese grado de alteración.
¿Qué hacer?
En la búsqueda de soluciones hay varias cuestiones a tener en cuenta. Como dijo el vicepresidente del club, hasta la derrota con Plaza, Nacional había resuelto con luz los partidos contra los equipos que no pelean el título. En ese sentido, el porcentaje de puntos ganados es grande.
Pero el hecho de no haber ganado clásicos generó dudas sobre la continuidad de Peirano ya que algunos directivos entienden que no le ganó al equipo con el que, eventualmente, se cruzará en la definición del Campeonato.
Otro aspecto es la cantidad de técnicos que desfilaron en los últimos tiempos, situación que planteó el vicepresidente diciendo: “Siempre digo lo mismo: que venimos fulminando técnicos desde hace años y que tampoco ha sido la solución”.
Lo que mal empieza…
Este año, el manejo de Nacional con los entrenadores ha sido confuso. Basta con recordar lo que vivió Martín Lasarte. La campaña electoral, en diciembre de 2024, llevó a varios candidatos a realizar promesas.
En pleno proceso, Lasarte fue dado de baja por el entonces candidato a vicepresidente de la Lista 8, Flavio Perchman, que declaró en Sport 890: “Ya tengo alternativas. Martín (Lasarte) en este momento no entra. Tenemos la relación media bloqueada. Se enojó bastante con el tema de los jugadores. Le escribí un par de veces, pero nada más. Cada uno lo maneja y lo siente como quiere. Me costó mucho tomar decisiones, pero dije que venía a Nacional a una cosa. Yo dije después del partido con Danubio que para mí el cuerpo técnico tenía un crédito y lo perdió”.
Apenas finalizado el acto electoral y conocido el resultado de que la lista 8 había ganado, el flamante vicepresidente del club, Flavio Perchman, anunció un principio de acuerdo por dos años con el técnico Jorge Bava.
Pero la realidad marcó otra cosa. Resulta que el delantero Nicolás López comunicó que, si venía Bava, él se iba. Y Nacional quedó metido en un laberinto. Bava no fue contratado y se extendió el vínculo con Martín Lasarte.
A fines de marzo Lasarte fue cesado del cargo. Y comenzó una danza de nombres para hacerse cargo del plantel de Nacional.
La lista incluyó a Alexander Medina, Pablo Repetto, Marcelo Méndez, Marcelo Broli y Jadson Viera, que ya tenía acordada de palabra su continuidad en Boston River. Por si fuera poco, los deseos de Juan Ramón Carrasco para volver al club, fueron rechazados. Y por los palos, como en el turf, apareció Pablo Peirano.
Así las cosas, a nadie escapa que el actual técnico de Nacional vuelve a estar en una situación extrema porque, bajo las condiciones que se plantean de ir partido a partido, flota siempre la misma interrogante: ¿Qué pasa si no gana el domingo?