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Para Forlán, Atenas será un equipo "a tener en cuenta" si sigue así, con él u otro entrenador

'Cachavacha' está ilusionado con el proyecto de Atenas. @DiegoForlan7 (TW)

Diego Forlán asumió como entrenador de Atenas de San Carlos para dirigir al equipo en la próxima temporada de la Segunda División Profesional. En entrevista con el programa Derechos exclusivos (Radio Uruguay), el DT dijo que le parecía “un desafío importante” y que no le pesa trabajar en la segunda categoría del fútbol local.

Forlán mencionó que desde que lo contactaron siempre estuvo convencido de asumir el puesto y que sus objetivos pasan por “lograr un buen funcionamiento, poder brindar cosas que uno aprendió a lo largo de la carrera y poder volcarlo acá en tu propio país, tener jugadores que estén con ganas de aprender, estar en el día a día, estar en la cancha que es algo muy lindo”.

El ex entrenador de Peñarol elogió la forma en la que el grupo Pachuca, que maneja a Atenas de San Carlos, lleva adelante su planificación a largo plazo del club y dijo que tarde o temprano, les irá bien. “Si es con nosotros o con quien sea, no tengo ninguna duda que si siguen liderando el gerenciamiento Atenas va a estar en la A y va a ser un equipo para tener en cuenta”, comentó.

Forlán dijo que tenía un plantel con buenos jugadores jóvenes y que llegarán algunas incorporaciones, que comulga con la idea y el camino de quienes manejan el club, y que se siente muy ilusionado con lo que se viene.

También se refirió a la poca paciencia que hay en el fútbol actual con los entrenadores, reconoció que eso pasa en todos lados y que en su caso, él lo tenía bien claro cuando firmó con Peñarol. “En el momento que firmé sabía que tenía que ganar tiempo para después tener ese trabajo... como el caso de (Marcelo) Gallardo, que hoy en día tiene una espalda, puede trabajar mucho más tranquilo, aunque obviamente tiene necesidad de ganar, te lo demanda la gente el periodismo y vos mismo”, apuntó. Dijo que en River Plate entendieron el trabajo que hacía el “Muñeco” y eso le dio espalda para continuar luego de perder una final de CONMEBOL Libertadores, por ejemplo.

Lo que la gente piensa vs. la realidad
Forlán fue consultado sobre si los entrenadores que logran superar la demanda resultadista son los que son capaces de involucrarse y tener incidencia en aspectos más allá de la cancha, como el caso de Gallardo o al Maestro Tabárez. Para el exdelantero del Manchester United, se subestiman muchas cosas y “a veces, el uruguayo, en vez de aprovechar a gente que tuvo la oportunidad de estar en otros lados, conocer, y escucharlo y poder hacer esos cambios, no, todo lo contrario, cada uno quiere hacer su impronta”.

Mencionó que muchos de los seguidores del fútbol piensan que conocen el deporte, pero la realidad para por mil aristas que la hacen muy compleja. “La gente no entiende que el jugador no tenga que estar nueve horas en la ciudad deportiva. Vas a Europa y pasan tres, cuatro o cinco como máximo, toda la mañana o toda la tarde. ¿El jugador tiene que quedarse? ¿Para qué? Si no lo hacen los mejores jugadores del mundo, y rinden como rinden”, planteó.

Consultado sobre qué no haría en Atenas que sí llevó a cabo en Peñarol, dijo que uno siempre va aprendiendo y que cuando llegó al Aurinegro tenía una forma pensada de trabajar y la fue variando al ir encontrándose cosas de acuerdo a los partidos y entrenamientos. “Acá pasa lo mismo, venís con una idea diferente a la que capaz que ibas a Peñarol, que me llevó a cambiar las formas de llegarle al jugador. Como la gente recibe el mensaje que vos le das, es importante: puedo saber mucho de fútbol, yo puedo saber 100, pero si al jugador le llego al 30, no sirve”, contó.

Para Forlán, es difícil explicar que un jugador puede comer, entrenar y dormir bien pero no sentirse en su cabeza al 100% de su capacidad. Además, también criticó a quienes comparan determinadas situaciones de los futbolistas amateur con las de los profesionales, y dijo que esa equiparación “no existe” y lo explicó con una anécdota.

“En 2000 o 2001 jugamos un clásico Independiente-Racing. Ese día calentábamos afuera. Yo estaba a 200 pulsaciones sin haber empezado a calentar, parado solo en el momento esperando que el profe dijera vamos a calentar. La manera en que me latía el corazón, era imposible transmitirlo a una persona. Yo estaba subiendo la escalera y ya estaba ahogado y con las piernas hinchadas y no había pisado la cancha. Imagínate después con la presión”, contó.