Lourdes Pérez Iturraspe, Lulú -para los que siguen hockey a menudo– es una arquera nacida deportivamente en el San Isidro Club, con diversos pasos en el Seleccionado de Buenos Aires y, también el nacional, en una entrevista distendida con ESPN.com contó cómo cambió de un deporte a otro para quedar bajo los tres palos.
Lulú estuvo en Mendoza a fines de agosto, disputó el Argentino de Selecciones Mayores 2024 y se consagró campeona por cuarta vez consecutiva: “Es un torneo que me encanta, que no solo por lo deportivo, sino por lo grupal, está bueno porque en general va bastante gente, no somos siempre las mismas, suelen entran chicas nuevas y la verdad que el grupo que se forma es muy bueno”.
La importancia de hacerse con el campeonato es lo primordial para el equipo de Buenos Aires, pero Lourdes rescata algo más fundamental para la armonía del viaje: "Para mí, que soy muy de amistades, me llevo muchas de ellas, algunas que tal vez formé ahí y otras que afiancé un poco más también, para mí eso es lo que más vale. Siento que jugar con las mejores de la provincia me sirve del lado de no perder la concentración, es cierto que me llegan mucho menos que cuando atajo con el SIC, entonces tengo que estar atenta a los pocos momentos que me tiran al arco y estar concentrada al 100% durante todo el partido, me ayuda mucho a aprender desde ese lado también”.
Pérez Iturraspe estuvo la primera parte del 2024 jugando en España, en Egara más precisamente, algo nuevo para ella ejercer el hockey con otra camiseta a nivel clubes: “Volví un poco más abierta de cabeza, más relajada, pero en un inicio costó un poco”, comenzó dilucidando la arquera.
“Al principio se me hacía difícil sentir que lo estaba haciendo bien y dije, ‘bueno, estoy acá en España, jugando al hockey, andá y divertite’, así de a poquito me fue cambiando la mentalidad. En un comienzo estaba negada porque yo pensaba que iban a hablar español y después terminaron hablando catalán, pero me fui soltando, empecé a comprender más, llevarme mejor e ir más contenta a entrenar. Además, a ver… el catalán, si vos le metes un poquito de ganas y concentración, algo llegas a entender. Respecto al club, de diez y las chicas fueron un amor. Me re divertí, pero bueno, obviamente fue difícil por ser la primera experiencia", aseveró Lourdes.
Si bien la experiencia en Barcelona fue enriquecedora, lo complejo para Lulú fue partir del SIC pensando que dejaba en jaque a su propio equipo: “Al principio sentía que las estaba dejando en banda y por suerte apareció Belu (Tomei) en el arco que la rompió toda. Eso hizo que esté un poco más tranquila allá, porque viajé muy preocupada, pero ayudó a darme cuenta que a veces vas a tu club en modo automático y ahora, cuando volví, tenía muchas ganas de ir, de entrenar, estaba como muy arriba, percibí que de verdad tengo un gran club y un equipo muy lindo, con amigas y a veces lo das por hecho, pero no es tan normal".
Con su regreso también analizó la actualidad del equipo que estará luchando por la salvación en el metro de damas: “Volví a mitad de año, retorné antes pero recién podía jugar a mitad de año, y estábamos últimas. es algo que nos pasa siempre y siempre pudimos salir de ahí abajo; obviamente es algo que hay que intentar cambiarlo, pero yo creo que todavía podemos. La tabla está muy pareja, ganas dos partidos y subís. Entonces, sigo siendo muy positiva, considero que todavía tenemos chances, falta tiempo y hay muchos partidos", hizo hincapié la arquera.
Lourdes dejó tiempo para contar acerca de sus primeros pasos bajo los tres palos y la curiosa historia que hay detrás: “Antes jugaba al tenis, me quería dedicar pero mi hermana -que es de mí misma edad- ya jugaba al hockey en el SIC, entonces con una amiga decidimos meternos para probar a jugar de jugadora, las dos, y yo estaba recontenta. En un inicio me habían mandado a la D y mi hermana estaba en la A. Surgió un problema en la familia porque al ser de la misma edad, mis papás no podían separarse para ir a vernos a lugares distintos; justo en la A faltaba una arquera, y a mi mamá se le ocurre decir que yo quería ser arquera, pero en ese momento no quería, fui a probarme, me puse los pads, atajé un poco bien, querían que me quede y yo le dije al entrenador: ‘bueno, pero también juego algunos partidos’, obviamente, nunca más jugué en mi vida y ahí quedé. Hubo años complicados, que me aburría, pero después le empecé a encontrar el gustito y me cautivó", se sinceró Pérez Iturraspe.
Todo no ha sido color de rosa en el camino de Lulú dentro del club, hubo un momento bisagra que estuvo a punto de dejar la actividad pero un hecho hizo que continúe: “En mi año sexta división el SIC desciende y casi no me llegaban al arco, entonces yo no quería saber nada, quería dejar, estaba harta porque iba y me paraba. Estaba una hora parada, nada más. Ese año no dejé porque las chicas, el club, todos me habían hecho como videítos y cosas así. después de ese año habían ascendido, empezó a llegarme más la bocha y de golpe sentía que el club veía un poco de proyección en mí, empecé a ir a los Seleccionados de Buenos Aires y cuando arranqué a ver que podía llegar a hacer algo distinto, comenzó a gustarme un poco más también”.
Lulú no solo es un baluarte en el sintético, sino que dentro del San Isidro Club es una referencia del hockey del SIC y así se expresó acerca del crecimiento que intentan lograr: “A mí me encanta ver que a la institución le interesa nuestro crecimiento, porque estamos haciendo todo lo que podemos para mantenernos en la A, y que el club nos quiera acompañar desde ese lado, desde poner la cancha de agua, porque claramente hay que hacerla si queremos seguir jugando en la A. Nos estamos moviendo todas, todo el club, todas las divisiones de hockey, pero ver que nos apoyan para que podamos conseguir esto, para poder seguir manteniendo el club en la A, la verdad que es buenísimo”.
Entre tantos años y procesos que ha pasado, Lourdes se detuvo para contar lo que más le produce placer estando en el arco: “Lo que más disfruto es atajar pelotas, sentir que ayudo, generarle confianza al equipo, eso es lo que a mí más me gusta. Que ellas sepan que si la pelota va para el arco no pasa nada, eso es lo que a mí más me gusta como arquera, producir tranquilidad a todas las líneas".
Además, Lulú mencionó la forma que tiene de reiniciarse para volver a comenzar: “Siempre fui una persona como más fría, creo que eso siempre me ayudó un poco de no enfocarme tanto, obviamente que cuando me meten un gol me insulto pero cambio rápido el chip, espero un segundo y ahí arranco a hablarle de vuelta a las chicas, no es que me quedo con la pelota o con el gol, sino que pienso qué pude haber hecho distinto, después sigo, y listo".
Por último, y no por eso menos importante, la guardameta se tomó un momento para recordar a los compañeros imprescindibles en su camino: "Agradecer a mis papás, a mi novio también que me acompañó y me acompaña donde yo vaya, a mis amigas que están siempre, agradecer a todas las personas que están siempre conmigo y me ayudan a crecer", cerró Pérez Iturraspe.