<
>

Viejos problemas para los Cowboys

OAKLAND -- Nuevos coordinadores; mismos dolores de cabeza.

Los Dallas Cowboys sumaron su segundo partido en la pretemporada del 2013, y los síntomas recurrentes que sufrieron en el pasado reciente persisten en el presente.

Los Cowboys mueven el balón; hacen jugadas espectaculares y dominan a las defensivas... al menos hasta que llegan a la zona roja.

Igual sucede del otro lado del balón: Frenan, se comportan a la altura y de repente permiten la jugada grande que los pone contra la pared.

Así sucedió en la derrota 19-17 que sufrieron en el Coliseo de Oakland el viernes; idéntico a lo que pasó cinco días antes en el partido del Salón de la Fama, donde al menos pudieron escapar con el resultado a su favor.

A la ofensiva, los Cowboys sumaron su segundo partido desde que el coordinador ofensivo, Bill Callahan, se hizo cargo del mando de las jugadas por completo, o al menos eso informó el equipo en abril.

Y de nueva cuenta evidenciaron problemas en la zona roja, como sucedió la temporada pasada, cuando los Cowboys fueron los penúltimos peores de la liga en efectividad en las últimas 20 yardas del campo.

"Cometimos un par de castigos que nos pusieron en un hoyo y nos costaron puntos", declaró el mariscal de campo, Tony Romo. "No se puede jugar así en zona roja".

"Fuera de eso, en realidad creo que los muchachos del primer grupo hicieron un buen trabajo", añadió. "Ahora es turnos de que los jóvenes también empiecen a jugar como se debe".

Romo, Dez Bryant y el resto de los jugadores ofensivos de Dallas hacen jugadas espectaculares, mueven el balón y dominan por completo a las defensivas.

Pero salen casi siempre con las manos vacías, como sucedió el viernes, cuando los titulares, quienes lucieron en plena forma a medio campo, sólo sacaron tres puntos en dos viajes dentro de la yarda 20 de los Cowboys.

Incluso, ahí mismo exhibieron al mismo entrenador en jefe tímido, dubitativo y falto de manejo de juego, Jason Garrett, quien en la segunda oportunidad que tuvo en zona roja prefirió intentar un gol de campo, en vez de jugársela en cuarta y uno en la yarda 18 contraria.

Era un juego de exhibición, donde lo menos importante es el resultado; al contrario es tiempo de probar todo… Y en el pecado llevó la penitencia; ni siquiera sacaron tres puntos, ya que la patada fue bloqueada.

"Creo que para nuestro primer equipo defensivo crear un balón suelto en la primera serie de partido fue buenísimo", dijo Garrett. "Pero la ofensiva no sacó provecho; tuvimos un castigo [por sujetar] temprano que nos puso en una mala posición y distancia".

"Eso nos costó un gol de campo en vez de tener oportunidad de ir por un touchdown", agregó. "Obviamente cuando te bloquean un gol de campo, algo anda mal. Son jugadas que te lastiman".

El ángulo optimista fueron Romo, Bryant y el ataque terrestre.

El mariscal de campo titular completó cuatro de seis pases para 88 yardas, sin anotación ni intercepción; Bryant, líder en recepciones de los Cowboys el año pasado, atrapó los tres pases en su dirección de manera categórica, y por tierra mostraron que hay talento atrás del frágil DeMarco Murray.

Pero volvemos al punto de inicio, sólo 17 puntos anotados y una serie de errores en los momentos importantes.

Igual con la defensiva, que en dos partidos bajo el mando de Monte Kiffin y su ya muy publicitado cambio de sistema 4-3, mostró de nuevo que puede provocar errores del rival.

Pero también enseñó que sigue permitiendo jugadas grandes en situaciones de tercera oportunidad; castigos en la secundaria; errores de fundamentos y hasta falta de profundidad atrás de sus principales jugadores.

El mariscal de campo suplente de los Raiders, Terrell Pryor, movió el balón a placer con la jugada optativa en acarreos personales. Y cuando parecía que lo detenían, sólo tenía que pasar el balón para conseguir las yardas suficientes para conseguir el primer intento.

Los equipos especiales tienen nuevo coordinador, Rich Bisaccia, quien tampoco ha mostrado mejoría en sus dos primeros partidos.

Fueron culpables de una patada bloqueada y aún están lejos de vislumbrar un regreso que ayudé a la posición de campo de su ofensiva.

Cierto, sólo son dos partidos de pretemporada de cinco que disputarán. Pero la falta de talento y atención al detalle es igual que los años más recientes, en particular entre los más jóvenes.

Al igual que la poca creatividad de la mayoría de su renovado cuerpo de entrenadores.

"No estamos en el nivel de un equipo ganador. Esos errores no son de equipos ganadores", reconoció Garrett, "Tenemos que asegurarnos de corregir eso. Es temprano, aún hay tiempo".

Si no se apura, el tiempo para Garrett se agota; el partido inaugural está a menos de un mes y sus días como entrenador de los Cowboys estarán contados, salvo que comience rápido a ganar en la campaña regular.