MÉXICO -- Hace no mucho tiempo, los New York Giants eran la clase de equipo que nadie quería enfrentar en postemporada: un cuadro con una defensiva agresiva y un ataque terrestre sólido que le brindaba suficiente oportunidades al mariscal de campo Eli Manning de hacer la jugada adecuada cuando era necesario, siempre rodeado de un grupo de receptores que si bien no era espectacular, al menos se podía describir como confiable.
Mediante esta fórmula, los Giants fueron capaces de duplicar el número de Trofeos Lombardis en sus vitrinas, conquistando los Super Bowls XLII, y XLVI, ambos en contra de los New England Patriots.
Aunque no ha pasado mucho tiempo desde que los neoyorquinos obtuvieron su último anillo de campeonato, la plantilla actual luce muy diferente a una unidad de campeonato. Se han marchado múltiples contribuyentes a los equipos de campeonato: los linieros Chris Snee y David Diehl anunciaron sus retiros respectivos después de la campaña pasada, y David Baas podría seguir el mismo camino después de ser cortado. Los backs defensivos Aaron Ross y Terrell Thomas emigraron en la agencia libre, lo mismo que el tackle defensivo Linval Joseph, el ala defensiva estelar Justin Tuck, y el receptor abierto Hakeem Nicks.
Eso sin contar deserciones de temporadas bajas anteriores que incluyen a tipos como el corredor Ahmad Bradshaw, al ala defensiva Osi Umenyiora, y al ala cerrada Jake Ballard, todas piezas importantes en la consecución de los títulos.
La purga de plantilla era necesaria en New York, no hay duda. Pero el recambio por sí solo no asegura ningún avance para "Big Blue".
¿QUÉ ESPERAR DE LA OFENSIVA?
Por primera ocasión en su carrera, Manning no contará con Kevin Gilbride como entrenador. Quien fuera coach de mariscales de campo durante los tres primeros años de la carrera de Manning, y más tarde coordinador ofensivo de los Giants, fue despedido por la franquicia al término de una campaña donde el equipo culminó Nº 28 en ofensiva total y en puntos anotados en la liga, y en que Manning lideró a la NFL en intercepciones con 27, cinco más que cualquier otro pasador.
Llega ahora Ben McAdoo con un currículo sólido, formado al lado del mariscal de campo Aaron Rodgers de los Green Bay Packers. Manning ha admitido sentir la presión por tener que aprender un nuevo sistema ofensivo, pero también ha aceptado que el cambio fue necesario después de los resultados de la campaña pasada.
Lo primero en lo que deberá ocuparse McAdoo debe ser la línea ofensiva. Manning fue capturado en 39 ocasiones el año pasado, y los Giants terminaron Nº 28 en ofensiva terrestre el 2013. Los tres linieros interiores serán nuevos, con J.D. Walton asumiendo el centro, flanqueado por los guardias John Jerry y Geoff Schwartz. Los Giants esperan que los cambios en el interior también ayuden a solidificar el juego de los tackles, Will Beatty y Justin Pugh, por el exterior.
El backfield también lucirá distinto. Rashad Jennings tendrá su primera oportunidad como titular de tiempo completo después de cinco temporadas profesionales, pero jamás ha acarreado más de 163 veces el ovoide ni acumulado más de 733 yardas en un año. Detrás de él, Peyton Hillis y el novato Andre Williams se tomarán turnos llevando el balón.
Entre los receptores, fuera de Víctor Cruz, no hay muchas certezas. Los Giants no dejaron pasar la oportunidad de reclutar a Odell Beckham Jr., en la primera ronda del pasado draft --Nº 12 global-- pero como sucede con la mayoría de los receptores jóvenes, es probable que haya que esperar para ver gran producción. Rueben Randle debe iniciar al lado opuesto de Cruz, y aunque parece que la flecha apunta hacia arriba para el jugador de tercer año, apenas registra cuatro inicios de por vida. Jerrell Jernigan y Mario Manningham podrían completar la unidad.
Manning ha demostrado la capacidad de jugar a nivel de élite, pero es un pasador de rachas. Como las hay buenas, hay también unas para el olvido. La mejor manera de exprimirle algo de consistencia a Manning es apoyarlo con un ataque terrestre dominante para que no sienta la necesidad de hacerlo todo con su brazo. Cuesta trabajo imaginar que Jennings sea un corredor de 1,400 yardas y 10 touchdowns por temporada, pero la clave podría estar en la rotación. Con menor presión para mover las cadenas, Manning tendría las probabilidades a su favor en el juego aéreo.
¿QUÉ SE PUEDE ESPERAR DE LA DEFENSIVA?
Perry Fewell arranca su quinta temporada al frente de la defensiva neoyorquina, y por primera vez lo hará sin la sólida rotación de alas defensivas que caracterizaron los años pasados. Tuck se marchó a los Oakland Raiders como agente libre, y los Giants han depositado su confianza en que Jason Pierre-Paul recupere el nivel que lo hizo brillar intensamente en el 2011, su segunda campaña profesional. Al lado opuesto, Damontre Moore, Mathias Kiwanuka y Robert Ayers podrían repartirse las repeticiones defensivas, pero la unidad luce menos intimidante que en otras épocas. El interior de la línea queda en manos de los tackles Cullen Jenkins, Mike Patterson y Jonathan Hankins.
Entre el grupo de apoyadores, el equipo espera contar con el regreso del veterano Jon Beason antes del arranque de la temporada regular, luego de pasar las últimas semanas en la lista de imposibilitados para participar por problemas físicos debido a una lesión en el pie durante la primavera. La presencia de Beason en crucial para un cuadro que carece de talento de Pro Bowl en las demás posiciones de apoyador.
En la secundaria, Dominique Rodgers-Cromartie es el rosto nuevo a seguir, jugando la esquina opuesta a Prince Amukamara. Walter Thurmond llega de los Seattle Seahawks para conformar una tripleta de esquineros de respeto, mientras que Antrel Rolle seguirá con el papel de líder entre los profundos, junto a Quintin Demps y Stevie Brown.
Los Giants fueron la octava mejor defensiva en cuanto a yardas permitidas en el 2013, pero Nº 15 en cuanto a puntos permitidos, una muestra clara de que la categoría estadística de defensiva total puede ser engañosa. En cuanto a capturas, los Giants se colocaron apenas en el lugar Nº 25 en la liga, un rubro un el que solían colocarse entre los líderes. El conjunto de linieros defensivos de los Giants no promete gran mejoría en este departamento sin un salto cuantitativo en el juego de Pierre-Paul.
DESDE LA ENFERMERÍA
Beason el jugador más importante entre los lesionados, pero ya ha empezado a entrenar al 100 por ciento y se espera que se integre al trabajo del grupo a la brevedad, abandonando la lista de imposibilitados para participar por problemas físicos.
Por el otro lado, Beckham parece ir en el sentido inverso. El novato arrastra problemas en el tendón de la corva, una lesión que podría frenar al producto de LSU en su primer año.
Mención aparte merece el caso del corredor David Wilson, quien trabajaba fuerte para regresar de una severa lesión en el cuello sufrida en octubre pasado. El corredor se volvió a lesionar el cuello durante una práctica, y los médicos del equipo, así como su especialista, le recomendaron abandonar el deporte de contacto para prevenir una posible tragedia. Wilson anunció su retiro, y al mismo tiempo, su deseo de emprender otro sueño: el ex corredor de Virginia Tech tiene a los Juegos Olímpicos en la mira, donde piensa competir en pruebas de pista. Los Giants reclutaron a Wilson en la primera ronda del 2012 con la esperanza de que fuera su corredor franquicia, pero las lesiones impidieron que ese proyecto fructificara.
PRONÓSTICO PARA EL 2014
El mejor trabajo de Tom Coughlin como entrenador en jefe ha sido cuando está bajo amenaza de despido. De ese modo comenzó las dos temporadas que culminaron con el alzamiento del Lombardi. Aunque la afición y los medios en la Gran Manzana están desesperados por otro equipo ganador, esos dos anillos le han comprado a Coughlin una campaña del 2014 sin aparente riesgo laboral. En el peor de los escenarios, imagino primero a Coughlin renunciando que siendo despedido por los Giants.
El primer paso para mostrar avance en el nuevo año, será evitar a toda costa un inicio de 0-6 como el del año pasado. Enfrentar a la Oeste de la Nacional será un reto complicado, hablando de los partidos fuera de su división, pero esos partidos podrían compensarse con duelos ante la débil Sur de la Americana.
Sin embargo, como sucede todos los años, la NFC Este podría definirse hasta la última fecha. Los Philadelphia Eagles, contra quienes cierran los Giants su temporada regular, parecen ser el equipo a vencer, mientras que las distancias entre Washington Redskins, Dallas Cowboys y los neoyorquinos no parecen ser muy grandes. Lo cierto es que esta división puede ser para cualquier, e incluso se podría ganar con una marca que no alcance los 10 triunfos.
Habiendo dicho eso, pienso que los Giants terminarán el año con una marca que oscile entre un pesimista 6-10, y un optimista 9-7.