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Medvedev: de odiar el polvo de ladrillo ¿a ser candidato en Roland Garros?

Según la Real Academia Española, el desamor es una "falta del sentimiento y afecto que inspiran por lo general ciertas cosas". Y desamor es justamente lo que sentía Daniil Medvedev con el polvo de ladrillo. Pero la historia, parece, está cambiando de rumbo.

La victoria del ruso en la final del Masters 1000 de Roma modificó el "status quo" que había entre él y la arcilla. Entre 2015 (debut en un cuadro principal de un torneo ATP sobre polvo) y 2022, solo ostentaba un puñado de victorias relevantes. Las primeras de ellas ocurrieron durante el Masters 1000 de Monte-Carlo (fue semifinalista) tras vencer consecutivamente a Stefanos Tsitsipas y a Novak Djokovic (N°1 en ese momento). Una semana después, en Barcelona, alcanzó la final pero no pudo batir a Dominic Thiem en lo que fue su única final sobre esta superficie en un período de ocho temporadas.

Sin embargo, esos resultados fueron un oasis en medio de la realidad. "Mi juego no se adapta al polvo de ladrillo. Detesto todo lo que veo a mi alrededor" llegó a expresar en un momento Medvedev. Y es que sus palabras no distaban de la realidad: en Roland Garros, el torneo por antonomasia más importante sobre arcilla, tuvo sorpresivas derrotas. En 2017 su verdugo fue Benjamin Bonzi (N°266 en ese momento), en 2018 hizo lo propio Lucas Pouille, en 2019 Pierre-Hugues Herbert y en 2020 Marton Fucsovics.

La relación con el polvo no solo se venía resquebrajando desde el juego, sino también desde fuera de la cancha. Medvedev odiaba el clay y no lo ocultaba: "Compito en canchas duras o sobre césped durante ocho meses seguidos y después tengo que jugar en polvo de ladrillo por dos meses" o "Voy a ir al baño tan lento como esta cancha, voy a tomarme 25 minutos. Esta pista es lenta, así que iré lentamente".

Pero como reza una vieja canción de Vox Dei (El momento en que estás): "Todo tiene un final, todo termina". Y el desamor terminó...o eso nos hace creer Daniil. Después de campeonar en Roma las frases picantes cambiaron a un tono más amable: "Amistad. No creo que lo ame. Amo las canchas duras, mi único amor...en tenis. Pero definitivamente me gusta más el polvo de ladrillo ahora".

A tan solo una semana del inicio de Roland Garros, Medvedev se perfila como serio candidato, por primera vez en su carrera, a quedarse con la Copa de los Mosqueteros en París. Es, junto a Novak Djokovic y Carlos Alcaraz, el tridente que buscará conquistar la tierra prometida de Rafael Nadal, quien no estará presente en la edición 2023.

Pero más allá de su magnífica performance en Roma y las buenas participaciones que tuvo en Madrid y Monte-Carlo, lo que no deja de candidatear a a Medvedev es también su 2023. Este año es el mejor de su carrera y en el que más títulos lleva cosechados (5) superando a las temporadas 2019 y 2021 (4). Y por si fuera poco, un buen Roland Garros podría acercarlo al N°1 del mundo, lugar que seguramente peleará en los próximos meses con Djokovic y Alcaraz.