El tenis y especialmente los Grand Slam, en donde se reúnen los mejores del mundo, suelen regalar momentos épicos. El que protagonizó Madison Keys con la mano menos hábil en la victoria ante Mirra Andreeva en Wimbledon es digno de ser contado en detalle.
No era un partido más, era el juego que significaba el boleto a los cuartos de final del Major sobre pasto: la experiencia y la trayectoria de un lado, la juventud y el sueño de dar los primeros pasos grandes, del otro. La estadounidense iba dispuesta a cortar la racha de la rusa.
Keys estaba set abajo y se disputaba el segundo. El panorama no era sencillo porque Andreeva, la sensación del torneo, estaba 4-2, aunque con un punto le quebraría y podría acercarse en el tanteador. Luego de un intercambio de golpes, la ex N°7 del mundo y actual 18° subió a la red y, cuando parecía que había dado un paso en falso ante el passing de la rusa, cambió la raqueta de su mano derecha a la izquierda, la menos hábil, y ganó un punto memorable.
Muchos de los presentes en el estadio probablemente no lo advirtieron, de hecho en la transmisión en una primera vista no parece haber nada fuera de lo normal. Pero con la repetición tomada desde su cancha se puede ver el momento exacto en el que ejecuta ese golpe poco ortodoxo pero sumamente efectivo.
Finalmente, Keys ganó en tres sets por 3-6, 7-6 (4) y 6-2 para avanzar a los cuartos de final de Wimbledon, instancia que ya había pisado por primera y única vez en 2015.