Ya excede los límites. Hasta los propios jugadores locales (que se supone deberían defender el producto nacional) se quejan y la escalada de bronca no se detiene. Las canchas del Chile Open están "injugables".
Cristian Garin, quien perdió con Tomás Barrios, destruyó la cancha. Le pegó producto de la frustración. Pero, ¿cuál? ¿La de su juego o con poder hacer pie? "Gago no escatimó en gestos de desaprobación. Luego, en conferencia de prensa, dijo lo suyo : "No me gusta decirlo porque disfruto mucho este torneo, pero es la peor en la que jugado por lejos en torneos ATP".
Jaume Munar, de constante malestar a lo largo de toda la gira sudamericana: "Como profesional es verdad que la pista está en mal estado y es muy complicado para nosotros desarrollar un buen tenis. No se hace fácil".
El también español Pedro Martínez, incluso, se cayó en su debut: "Está un poco blandita. Hay veces que metes la pierna y hacer un agujero, y hay que parar a arreglarla. Se pone incómodo y peligroso, porque te puedes trabar el pie como me sucedió en la caída".
Corentin Moutet, el díscolo francés, era imposible que evite el tema pero se lo tomó como se toma los partidos. Con gracia: "Soy honesto: la cancha no es la mejor, pero es igual para los dos jugadores y tenemos que dar lo mejor de nosotros".
Y hasta los argentinos se refirieron al tema pero le bajaron el tono sabiendo la importancia de mantener la plaza sudamericana en el circuito ATP. "Acá es donde no sé, me gusta ser político, porque tal vez por las críticas (el ATP de) Córdoba termina desapareciendo, entonces... Sí entiendo que la cancha no está en las mejores condiciones, pero trataría de cerrarlo ahí porque sino es enterrarnos solos nosotros", firmó Federico Coria.
"No es la mejor cancha, no ayuda el clima tampoco, es un clima muy seco, la cancha se pone muy blanda, se rompe para correr. Es un gran torneo, nos tratan muy bien. Hay que adaptarse", completó Juan Manuel Cerúndolo.
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