Con un tenis que fue de menos a más, Andrey Rublev (8º del ranking ATP) logró sacar una de las victorias más importantes de su carrera ante Félix Auger-Aliassime (35º) para coronarse campeón del Masters 1000 de Madrid tras imponerse por 4-6, 7-5 y 7-5.
Un encuentro que se reflejó como una verdadera montaña rusa, en donde por momentos parecía estar el juego a favor del canadiense, hasta que las molestias físicas comenzaron a pasar factura. Y fue ahí cuando el ruso recobró su nivel de siempre para quedarse con el segundo M1000 de su carrera.
El punto del partido tiene nombre y apellido: Félix Auger-Aliassime. Tras luchas con problemas físicos en la final, el canadiense logró ver un poco de luz entre tanta oscuridad con una gran definición tras un revés paralelo en la red.
Y mientras el ruso trata de hacer todo lo posible para mantener el partido con vida, el canadiense se las ingenió para desplegar un drop fenomenal y quedarse con los aplausos de todos los presentes en el Estadio Manolo Santana.
Luego de haber cedido el primer set, de a poco Rublev va recuperando su tenis para implantar así la esencia y agresividad que lo llevaron a la tan ansiada final. Una catarata de derechas que fueron imposibles para Auger-Aliassime en Madrid.
Como en su mejor época cuando era Top 10, el canadiense desplegó un tenis deluxe que hace mucho no se veía, para dejar al ruso perplejo y sin respuestas en Madrid.
Quien comenzó con el pie derecho en la definición final fue el propio Auger-Aliassime, demostrando una gran soltura en su tenis, en contraposición de un Rublev bastante errático y frío a la hora de disputar los puntos.