Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 enfrentaron a Rafael Nadal y Novak Djokovic en una pulseada memorable. Allí, el español le arrebató el sueño glorioso al serbio e ingresó en la historia al escalar hacia lo más alto del podio. El repaso del único enfrentamiento entre ellos en una cita olímpica.
Rafael Nadal llegaba a los Juegos Olímpicos de Beijing como el segundo mejor tenista del momento con la confianza en alza gracias a sus consagraciones en Roland Garros y Wimbledon durante la temporada 2008. En la cita olímpica superó los desafíos propuestos por Potito Starace, Lleyton Hewitt, Igor Andreev y Jurgen Melzer para clasificarse a la zona de medallas.
En las semifinales aguardaba la tercera raqueta del planeta: Novak Djokovic. Temprano ese año, el serbio había levantado su primer Grand Slam en el Australian Open y llegaba a sus primeros Juegos Olímpicos con la ilusión de representar a su país de mejor manera. Con ese lema en mente, derrotó a Robby Ginepri, Rainer Schuettler, Mikhail Youzhny y Gael Monfils hasta instalarse en las semifinales.
En la anteúltima instancia de la competencia, Nadal y Djokovic protagonizaban el decimocuarto capítulo de la rivalidad del siglo. Allí, luego de dos horas y once minutos de batalla, el manacorí le arrebató la chance del oro al de Belgrado: 6-4, 1-6 y 6-4.
Finalmente, Nadal se subió a lo más alto del podio triunfando ante el chileno Fernando González en la conclusión por 6-3, 7-6 (2) y 6-3. Mientras que Djokovic lo acompañó unos escalones más abajo con el bronce, su única medalla hasta el momento, que adquirió frente al estadounidense James Blake por 6-3 y 7-6 (4).