Dar batalla hasta el final, ese es el lema que mejor se amolda a la exitosa carrera del tenista británico Andy Murray (121°), que este martes, junto a su compatriota Daniel Evans (58°), regaló otra función épica al salvar dos match points, imponerse 6-4, 6-7 (8) y 11-9 ante los belgas Sander Gille (35° en dobles) y Joran Vliegen (35° en dobles), clasificar a cuartos de final en los Juegos Olímpicos de París 2024 y postergar su retiro en dobles masculino.
Cualquier adjetivo calificativo se queda corto para describir la marca indeleble que ha dejado en el deporte blanco el ex número 1 del mundo, de 37 años y dueño de 46 títulos, quien parece estar decidido a culminar su recorrido con una cuarta medalla en la emblemática cita, exhibió nuevamente una frialdad de otro planeta para mantener la templanza en los momentos decisivos y decantar la balanza a su favor a través de su categoría.
Por ende, el nacido en Glasgow, Escocia, que ya había salvado cinco puntos para partido en su estreno versus los japoneses Taro Daniel (90°) y Kei Nishikori (435°), escribirá al menos un capítulo más en su gloriosa histora en el complejo de Roland Garros, en el cual accedió a cuatro semifinales y una definición, en 2016, cuando falló contra el serbio Novak Djokovic en cuatro parciales.
En la próxima instancia, el dos veces consagrado en singles, en Londres 2012 y en Río 2016, oportunidades en que superó al suizo Roger Federer y al argentino Juan Martín Del Potro, respectivamente, y Evans enfrentarán a los ganadores del duelo entre los estadounidenses Taylor Fritz (12°) y Tommy Paul (13°), y los neerlandeses Robin Haase (56° en dobles) y Jean-Julien Rojer (27° en dobles), verdugos de los argentinos Mariano Navone (37°) y Tomás Etcheverry (36°).