Naomi Osaka (51° del ranking mundial) no pudo terminar su partido de tercera ronda del Australian Open frente a Belinda Bencic (294°) y tuvo que retirarse después de perder el primer set por 7-6 (3). La bicampeona en Melbourne debió detener el juego porque se resintió de la lesión sufrida en la final de Auckland, el torneo previo. El tour de las revanchas llega hasta acá.
Osaka llegaba a este duelo con la confianza de sus dos victorias anteriores. En su camino había a la tercera ronda de Australia, había conseguido derrotar a Caroline Garcia y a Karolina Muchova. Ambas jugadoras que la eliminaron en dos de los majors la temporada pasada. De repente, un año después de su vuelta post maternidad, todo parecía acomodarse.
La tenista japonesa arrancó firme, poniendo a Bencic a merced de sus tiros y generando winners por ambos lados. Así, se adelantó en el marcador rápidamente ganando 5-3, pero la suiza dijo no tan rápido y quebró su saque. Algo empezaba a ser raro y era la actitud de Naomi.
En ese momento, la ganadora de cuatro trofeos majors empezó a mostrar signos de frustración y un lenguaje corporal demasiado negativo para el desarrollo del partido. En paralelo, empezó a notarse su dificultad para sacar. Lo que siguió fue una atención médica y un tiebreak que, al caer a favor de Bencic, terminó sellando el destino del encuentro.
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