Naomi Osaka (49° del ranking mundial) supo ser la dominadora del circuito profesional, y sus números lo confirman: cuatro títulos de Grand Slam (dos veces en el Abierto de Australia y otras dos en el US Open) y ex número 1 del mundo. Sin embargo, se encuentra en un bache que le impide regresar a los primeros focos.
La tenista japonesa, de 27 años, viene de perder en la segunda ronda de Washington, ante Emma Raducanu, y anteriormente en la tercera de Wimbledon. Sin embargo, tras la eliminación en el certamen estadounidense, Osaka tomó una fuerte decisión: prescindir de los servicios de Patrick Mouratoglou, quien ahora es su ex entrenador.
Así lo confirmó en sus redes sociales en las últimas horas: "¡Gracias, Patrick! Fue una experiencia maravillosa aprender de vos. Te deseo lo mejor. Eres una de las personas más geniales que he conocido, y estoy segura de que nos volveremos a ver".
"Nada es para siempre. Lo que importa es lo que nos hemos aportado mutuamente en una colaboración y lo que perdura después. Después de 10 meses trabajando juntos, hemos decidido separarnos profesionalmente. Estoy agradecida por la confianza, el camino recorrido y lo que hemos construido juntos. Siempre te apoyaré y te desearé lo mejor", cerró Naomi.
Tras 10 meses de trabajos juntos, no lograron los objetivos que seguramente se habían trazado de antemano. Solamente se consagraron una vez, en el WTA 125 de Saint-Malo y no lograron hacer pie en los torneos de Grand Slam, ya que no pudieron acceder a la segunda semana en ninguno de ellos.
Por lo pronto, Osaka se prepara para hacer su debut en el WTA 1000 de Montreal, donde se medirá ante la jugadora local Ariana Arseneault (122°).
