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Yoan López, el ingrato trabajo del relevista intermedio

MIAMI -- Mientras los abridores se llevan los grandes contratos y los cerradores la gloria del out final de la victoria, el relevista intermedio tiene uno de los trabajos más ingratos de todo el béisbol.

Estos obreros casi anónimos son los encargados de construir el puente entre el iniciador y el matador, aunque casi nunca son reconocidos por el gran público con todo el peso que en realidad su labor tiene en cada triunfo.

El cubano Yoan López lo sabe, pero no pierde el sueño con eso y mientras sale cada día a hacer su trabajo, espera el momento en que le llegue su oportunidad.

Su debut en Grandes Ligas, el 9 de septiembre del 2018, no pudo ser peor: enfrentó a tres bateadores de los Atlanta Braves y permitió jonrón de Luca Duda, triple de Ronald Acuña Jr. y bambinazo de Johan Camargo.

“Ese es un día que no quisiera recordar nunca, pero al mismo tiempo fue una experiencia inolvidable porque estaba debutando en el mejor béisbol del mundo, donde siempre soñé lanzar”, rememoró el derecho de 26 años, a quien los Arizona Diamondbacks le dieron un bono récord de firma por 8.27 millones de dólares en el 2015.

Pero sacudido el nerviosismo inicial del debut, López se convirtió en un intocable y en sus siguientes nueve apariciones completó nueve episodios sin carreras y apenas cuatro hits, con 11 ponches y una base por bolas.

“Ese día me sirvió de enseñanza para poder sobreponerme e ir marcando mi propio historial en cada una de las salidas siguientes”, agregó el cubano.

La racha de nueve episodios en blanco del 2018 la extendió en el 2019 hasta 15.2, pues tampoco toleró anotaciones en sus primeras ocho apariciones en la presente campaña, hasta que el 16 de abril aceptó su primera rayita.

Al completarse el mes de junio, ya se había establecido como uno de los apagafuegos más confiables de todo el béisbol, con apenas cuatro limpias en 32 y un tercio, con 23 abanicados y 11 pasaportes.

“Yo me mantengo todo el tiempo enfocado y preparado para salir y entregarle al cerrador el juego con ventaja. Es verdad que el trabajo del relevista intermedio no es muy reconocido, pero alguien tiene que hacerlo y este es apenas el principio de mi carrera, así que me toca salir a tratar de hacerlo bien”.

Julio ha sido para López un choque con la realidad, un recordatorio de que no todo será siempre color de rosa y en ocho capítulos y dos tercios ha sido castigado con nueve carreras, ocho de ellas limpias, aunque contradictoriamente, este mes consiguió el primer salvamento de su carrera.

“Había tenido dos malas salidas anteriores, pero el manager confió en mí. Estábamos ganando por tres carreras y el cerrador (Greg Holland) empezó mal el noveno frente a los Orioles, con dos bases por bolas”.

“Cuando me llamaron del bullpen, mi mentalidad era que por nada del mundo esas carreras podían anotar. Por suerte pude localizar mis pitcheos donde quería y con sólo cuatro lanzamientos saqué los tres outs”.

“Fue una sensación muy buena, porque creo que fue un paso de avance importante en la gran meta que tengo en mi carrera, que es llegar a convertirme en el cerrador del equipo”, concluyó López, quien en 47 juegos en el 2019 tiene una efectividad de 2.66 y un WHIP de 1.03, con 28 ponches y 11 boletos en 40.2 innings.