FORT MYERS, Fl. – El martes fue el primer día en que se implementó la política de vestidores cerrados a los miembros de la prensa en los campamentos de entrenamiento primaveral en Arizona y Florida, con los peloteros abordando a periodistas sólo fuera del camerino, y con una recomendación de pararse al menos a seis pies de distancia.
Con la propagación del coronavirus por todo el mundo, la Major League Baseball se unió a las asociaciones profesionales de balompié, fútbol americano y hockey en Estados Unidos en vetar el acceso a periodistas y visitantes a los camerinos. MLB afirmó que dicha restricción será temporal y que los reporteros volverán a tener acceso al clubhouse cuando sea determinado que es seguro hacerlo.
“Todo es cuestión de prevención e intentar aprender un poco más sobre lo que debemos hacer, no sólo en las Grandes Ligas, sino en el país y en todo el mundo, para detener la propagación”, explicó el dirigente de los Boston Red Sox, Ron Roenicke, previo al partido del martes contra los St. Louis Cardinals.
“Obviamente hay mucha preocupación por esto, no sólo en el béisbol, sino en todas partes”, ofreció el bateador designado de los Medias Rojas, J.D. Martínez. “Creo que todo el mundo está preocupado con todo lo que está sucediendo y es inteligente que tratemos de hacer lo que podamos para protegernos a todos”.
Por ahora, se les recomienda a los peloteros que limiten su interacción con personas fuera del camerino, incluidos los fanáticos, que se laven las manos con frecuencia, no se toquen los ojos y la cara, y que traten de limitar saludarse con las manos.
“Yo todavía estoy chocando manos con los jugadores después de dar un buen hit o algo así y luego lo pienso y creo que debería ir a lavarme las manos con un desinfectante o lo que sea”, añadió Roenicke. “Ya sea se trate del coronavirus o de un resfriado u otro tipo de gripe, siempre está ahí porque siempre nos tocamos las manos. Así que estamos tratando de saludarnos con los codos y con los puños”.
“Lo hemos convertido como en una broma”, ofreció por su parte Martínez. “Hacemos como que chocamos las manos de forma invisible en el aire y todos se ríen de eso. O si nos tocamos las manos, nos decimos, ¡Desinfectante de manos!" y comenzamos a gritarnos. Así que es una especie de broma en este momento, pero es una manera ligera de divertirnos y recordarnos unos a otros que tenemos que tener las manos limpias y cuidarnos”.
El martes, casi todos los oficiales, peloteros y entrenadores entrevistados de los Medias Rojas y Cardenales hablaron un poco más lejos de los reporteros, aunque no todos a la distancia recomendada de por lo menos seis pies. Los portavoces de prensa de todos los equipos se han comprometido con trabajar con los periodistas para facilitar las entrevistas con los individuos deseados, y pidieron paciencia.
“Ustedes tienen que hacer un trabajo que es muy importante para la diseminación y promoción del béisbol y es importante que todos podamos hacer nuestro trabajo y mantenernos seguros”, explicó el dirigente de los Cardenales, Mike Schildt. “Esto es una prioridad a nivel mundial y queda de todos nosotros el cuidarnos, en todos los lugares que estamos, no sólo en el parque, para hacer nuestra parte para evitar la propagación del coronavirus”.
Los partidos de béisbol no se verán afectados, al menos por ahora, aunque aún podrían cancelarse o jugarse en estadios sin aficionados. La Oficina del Comisionado de Grandes Ligas afirma que continúa monitoreando la situación y que está en contacto con representantes gubernamentales y especialistas en salubridad para hacer los ajustes pertinentes.
MLB espera jugar el resto de los partidos de primavera, celebrar todos los juegos de exhibición en agenda, y abrir la temporada regular como programado el 26 de marzo, pero existe una legítima preocupación de que la propagación del virus obligue a la liga a alterar esos planes.
La indudable probabilidad de que partidos del torneo principal de básquetbol colegial conocido coloquialmente como “March Madness”, el cual inicia la próxima semana, se jueguen a puerta cerrada será una de las indicaciones mayores de que podría haber un cambio de planes.
“Jugar en un estadio sin fanáticos sería muy difícil”, explicó Martínez. “Recuerdo que se celebró un partido en Baltimore a puerta cerrada hace unos años por disturbios en la zona, y estoy seguro de que fue extraño. Es difícil no jugar frente a los fanáticos; te dan tu adrenalina todos los días y hacen que venir al parque sea divertido. Esperamos que no suceda, pero comprendemos al mismo tiempo que es un tema de seguridad, y la preocupación número uno en este momento es asegurarse de que todos estemos saludables”.