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Puig a Braves: Apuesta arriesgada y ¿peligro o beneficio? para Acuña Jr.

Los Atlanta Braves y el jardinero agente libre Yasiel Puig acordaron los términos de un contrato para la temporada recortada del 2020, un movimiento riesgoso en el que ambos lados apuntan a las mayores ganancias y deja en el aire la interrogante: ¿Será Puig buena o mala influencia para Ronald Acuña Jr?.

Para Atlanta, uno de los principales favoritos para representar la Liga Nacional en la próxima Serie Mundial, Puig es un complemento para los jardines y el rol de bateador designado, aprobado para el viejo circuito por primera vez en la historia, debido a las condiciones especiales de un torneo en medio de la pandemia del coronavirus.

Pese a la decisión del veterano Nick Markakis de no jugar este año por asuntos de salud, Atlanta seguía teniendo un buen grupo de opciones para los jardines, comenzando por el megatalentoso venezolano Acuña Jr. y el recién llegado dominicano Marcell Ozuna. El especislista defensivo venezolano Ender Inciarte y el norteamericano Adam Duvall también estaban señalados para tener roles primarios en esas posiciones.

Con Puig, quien puede jugar en cualquiera de los tres jardines, pero principalmente en el bosque derecho --el puesto que dejó vacante Markakis--, los Braves agregan profundidad para enfrentar una temporada trepidante y diferente con un calendario recortado a 60 partidos.

Para Puig, uno de los jugadores con mejores herramientas físicas que menos impacto tiene en el juego, un torneo corto en un gran equipo es una magnifica oportunidad de recuperar el valor perdido en el mercado y colocarse en posición de reclamar un pacto multianual cuando regrese a la lista de desempleados en noviembre.

Puig bateó .267 con 24 jonrones y 19 robos con Cincinnati Reds en la última temporada del contrato de $42 millones por siete años que firmó con los Los Angeles Dodgers en junio del 2012. Una temporada en la que el toletero solamente sacó dos pelotas del parque en más de 200 apariciones al plato desde que pasó a Cleveland y, en sentido general, tuvo su peor desempeño (0.4 WAR) desde que llegó a las ligas mayores.

Con 29 años de edad, Puig aún está a tiempo, sino de ser el súper fenómeno que alborotó el mundo del béisbol con su juego espectacular en 2013 y 2014, al menos de ser un buen pelotero de Grandes Ligas.

Pero (siempre hay un pero), Puig no tendrá mucho tiempo para ponerse en forma y ritmo de juego, tomando en cuenta que los Braves jugarán su primer partido oficial del año en una semana, el viernes 24 en el Citi Field contra los rivales divisionales New York Mets, y que la temporada apenas tendrá dos meses de duración.

Por otro lado, "El Caballo Loco", quien ha acumulado una serie de episodios bochornosos (que van desde llegar tarde al estadio en reiteradas ocasiones, múltiples detenciones por manejar a exceso de velocidad, hacer gestos obscenos a los aficionados y ser uno de los pocos atletas millonarios que tuvo que ser despedido por sus agentes), podría no ser la mejor influencia para Acuña, quien en poco tiempo con los Braves ya ha tenido que lidiar con la controversia.

Acuña, de 22 años, ganó el Novato del Año de la Liga Nacional en el 2018 y peleó el Jugador Más Valioso en el 2019, cuando fue electo al Juego de Estrellas por primera vez. En 267 juegos en Grandes Ligas, Acuña tiene 67 cuadrangulares y 53 bases robadas. Y un contrato de $100 millones de dólares.

En agosto del año pasado, el mánager Brian Snitker sacó a Acuña en la quinta entrada de un partido en Dodger Stadium como castigo por quedarse en el plato admirando un batazo que se quedó dentro del parque. Snitker dijo entonces que había mandado a la banca a su joven estrella porque era inadmisible que no corriera y Acuña admitió su error.

Luego en la postemporada, Acuña enfureció a su mánager y sus compañeros por no correr adecuadamente después de pegar un batazo contra el muro en la séptima entrada del primer juego de las Series Divisionales contra los St. Louis Cardinals, que terminaron ganando el encuentro y la serie.

Está claro que Puig no fue contratado para cuidar a Acuña y que el talentoso chico venezolano está al tanto de las áreas que necesita mejorar si quiere reclamar el puesto de mejor jugador del béisbol, pero es imposible no ver la relación entre una y otra cosa.

Con su reciente acuerdo, Puig y los Bravos están asumiendo una apuesta bastante arriesgada para ambos lados.