El pugilista brasileño Robson Conceicao se convierte en campeón mundial por primera vez en su cuarto intento.
Robson Conceicao subió al cuadrilátero al ritmo de la samba, simulando un carnaval, aunque el verdadero carnaval lo tuvo cuando finalizó el combate y se convirtió en nuevo campeón mundial de las 130 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), derrotando a O’Shaquie Foster en una decisión dividida (116-112, 112-116 y 115-113).
Para Conceicao la tercera no fue la vencida sino la cuarta. El pugilista brasileño que ya sabía lo que era colgarse un oro en Juegos Olímpicos, deseaba consagrarse como campeón mundial y, aunque siempre había tenido todas las cualidades para serlo, quedaba a la orilla: primero contra Oscar Valdez, luego ante Shakur Stevenson, más tarde frente a Emanuel Navarrete y ahora su historia dio un giro de 180 grados, arrebatándole el cetro absoluto a Foster, quien tenía lágrimas en sus ojos porque nunca pensó en despedirse de su amuleto.
La técnica del estadounidense parecía imponerse sobre la fuerza del sudamericano. Un primer asalto de estudio. Aunque Conceicao buscaba la pelea, Foster punteaba y se acomodaba en la distancia. Foster ganaba cada asalto como si fuera un cirujano en una sala de operación. Con el jab por delante marcando el camino, sus piernas moviéndose en todo el cuadrilátero para quedar alejado de las escopetas de Conceicao.
7/6 ESPN- Conceicao W 12 Foster. Conceicao was busier, but landed in single digits in 10 of 12 rounds vs. Foster, who landed 34% of his power punches, while Conceicao landed just 11% of his total punches. pic.twitter.com/o2IbUbJzgu
— CompuBox (@CompuBox) July 7, 2024
El problema del brasileño era que no hacía variantes en su estrategia, no encontraba la forma de cerrarle los espacios, cortarle el ring y abrir una defensa impenetrable de Foster. No obstante, poco a poco fue cortando esa diferencia, aterrizando más su mano derecha y esa insistencia de ir siempre hacia el frente fue premiada por los jueces. Asimismo, el noveno asalto fue clave. Un cabezazo no intencional agitó el combate. La sangre brotó en ambos peleadores y como si fuera el combustible que Conceicao necesitaba, activó sus sentidos y aumentó el volumen de su golpeo para complicarle el cierre de la pelea al ahora excampeón.
Desbordado de emoción Conceicao repetía que le había cumplido la promesa a su hija. “Cuando prometo algo lo cumplo. Le agradezco a mi familia y a mi equipo que ahora somos campeones del mundo. Me consideraba el ganador. Él (Foster) estaba corriendo y corriendo y yo lo estaba buscando. Fui capaz de conectarlo más. No lo conecté más porque se estaba moviendo, sino hubiera sido aún más clara la victoria”, indicó el brasileño en medio de la algarabía de su esquina por haber conseguido el título.
En la otra esquina había un velorio. “No sé lo que pasó, pensé que estaba haciendo fácil. Ni siquiera me golpeó. Regresaré, quiero la revancha. Pensaba que había hecho lo suficiente pero no fue suficiente para los jueces. Quiero la revancha”, solicitó Foster al igual que su entrenador.