Carlos Sainz recorre su última temporada con Ferrari y, tal vez, la mejor de su carrera profesional; al menos en las primeras citas. El español no se bajó del podio en las tres carreras que disputó (faltó en Arabia Saudita por la operación de apendicitis) y fue el único que le pudo poner un alto al dominio de Max Verstappen y Red Bull al vencer en Singapur 2023 y en Australia en el actual ejercicio. Su nombre está en la picota porque todavía no tiene una butaca confirmada para 2025 y es el deseo de muchos equipos, entre ellos, nada menos que el de las bebidas energizantes. Sin embargo, todo lo bueno que viene haciendo este año tuvo su primer tropezón en el GP de China, quinta cita.
Sainz no la pasó bien en el sprint. Primero, con su compatriota Fernando Alonso, con quien tuvo un encontronazo, pero por culpa del piloto de Aston Martin, quien porfió de más y en un lugar insólito una posición que ya tenía perdida. Pero después, el madrileño anduvo a los autazos con su compañero Charles Leclerc. “Se pasó del límite, pero yo también lo he hecho en el pasado. Siempre lo hablamos y lo solucionamos y lo haremos de nuevo”, dijo el monegasco en los micrófonos, un rato después de dejar sentada su bronca en la charla por radio con el equipo.
Ya en clasificación, sí, llegó el primer gran error de Sainz en el año. El primer intento lanzado del español en Q2 terminó en un aparatoso trompo al pisar el piano externo de la última curva, perder el control de su SF-24, destrozar los neumáticos con la bloqueada y golpe (leve) al muro. La equivocación del ganador de Melbourne obligó a parar la actividad con bandera roja y eso fue lo que finalmente lo ayudó. Porque logró volver a la pista y con su Ferrari sin alerón delantero, llegó a boxes (debió dar toda la vuelta porque ya se había pasado del ingreso a pits), el equipo le cambió la trompa, constató que no tenía daños graves y logró continuar.
El neerlandés se recuperó de una floja clasificación y, desde el cuarto puesto, escaló hasta el triunfo con superaciones sobre Fernando Alonso y Lewis Hamilton.
La cara de Frédéric Vasseur, director de la Rossa, fue la demostración cabal del día complicado que se vivió puertas adentro de la Scuderia. Para colmo, el resultado final fue pálida, con Leclerc quedando sexto y Sainz, séptimo. El team italiano perdió, además de que los dos Red Bull, con Fernando Alonso (tercero) y la dupla de McLaren (Lando Norris y Oscar Piastri).
“Fue un buen susto, la verdad. Pero he conseguido cambiar un poco la dirección en la que me iba a chocar en el último momento e impacté con un buen ángulo. Eso me permitió no dañar la suspensión, ni el ala y pude seguir para hacer una clasificación decente. Tuvimos que cambiar el alerón delantero, así que el comportamiento cambió un poco y eso no ayudó”, dijo Sainz, quien agregó: “No vamos rápidos este fin de semana, es un circuito que nos está costando bastante”.
Sainz deberá pasar rápido la página del sábado chino y volver a sus convincentes actuaciones que lo tienen hoy por hoy como la gema del mercado de pilotos libres para 2025.