El neozelandés quedó en la picota después de otra actuación decepcionante en China y ya suena la posibilidad de que lo reemplace Yuki Tsunoda en la próxima carrera.
La Fórmula 1 puede deglutirse al más pintado en un santiamén. No hay tiempo, no se espera, hay que rendir porque detrás hay un montón de candidatos a ocupar ese preciado lugar. Son apenas 20 butacas en un mundo de 8.000 millones de habitantes. Y si se trata de Red Bull, equipo con una larga foja de antecedentes de haber revoleado pilotos por la ventana, la historia es aún más compleja. Esa situación límite la está viviendo Liam Lawson en apenas dos de las 24 fechas de la temporada 2025.
El neozelandés fue ungido como piloto del equipo de las bebidas energizantes para reemplazar al eyectado Checo Pérez. El mexicano debe tener en algún cajón de su casa guardado el contrato que firmó en mayo de 2024 para correr con los austríacos en 2025 y que ni siquiera llegó a estrenar. Al cierre del ejercicio pasado fue cesanteado por la falta de resultados. Christian Horner, director del team, y Helmut Marko, asesor deportivo y hombre fuerte puertas adentro, entendieron que la mejor apuesta era Lawson, con apenas 11 carreras disputadas en F1, en dos temporadas distintas, en el equipo menor de la compañía (hizo cinco en Alpha Tauri y seis en Racing Bulls). En ese peregrinar de pocas citas, el joven oceánico había mostrado virtudes muy interesantes: velocidad, valentía, firmeza mental, arrojo y resultados interesantes teniendo en cuenta el potencial del equipo. Su rival para ocupar la butaca de compañero de Max Verstappen era Yuki Tsunoda, quien en 2024 completó su cuarta temporada con el equipo B de Red Bull. El japonés giró en Abu Dhabi, durante los ensayos de postemporada y los popes se inclinaron por Lawson.
Arrancó el 2025 nomás y comenzó el vía Crucis para el neozelandés. El RB21 es un auto diseñado para Max Verstappen. O, quizás, sea un coche muy complicado de llevar y que solo el talento inagotable del crack que es el neerlandés pueda llevarlo. Ya había ocurrido con el RB20, especialmente en la segunda parte de la temporada 2024, el período en el que Checo dejó de ser competitivo, el que le firmó la sentencia de salida. El tapatío se quejaba de que el auto era difícil de llevar, pero, claro, su compañero salió campeón del mundo. En el arranque de 2025 la historia se repite con Lawson.
Números: el ex Racing Bull disputó tres clasificaciones con el RB21 y en ninguna pasó el filtro de Q1 (se suma la qualy para el sprint de China). El chasis nacido en Milton Keynes puede ser difícil de llevar, pero de ahí a quedar último en clasificación… La característica que se ve en el Red Bull es un auto que tiene mucha trompa y la parte trasera bastante suelta. Y sí, Max lo lleva, como probablemente llevaría lo que fuera. Pero Lawson no puede. En la carrera larga de china, el mejor registro de vuelta del neerlandés fue 1m35s488, conseguido el último giro. Liam logró 1m35s985, casi medio segundo más lento. Max fue cuarto y Lawson, 15º.
En China, sí, ya en la segunda fecha, comenzaron los rumores de cambios. ¿Sorpresa? Pasen y vean antecedentes de pilotos que fueron revoleados por la familia Red Bull en los últimos años: Daniil Kvyat, Daniel Ricciardo, Pierre Gasly, Alex Albon, Nyck de Vries, Brendon Hartley, Checo Pérez… Muchos de ellos, en el medio de la temporada. Algunos fueron enviados de vuelta a casa, otros, bajados de Red Bull y reposicionados en el team menor. Sí, Lawson están en riesgo y algunos osados ya hablan de Japón, la próxima cita.
La opción más cercana y concreta es hacer un enroque con Tsunoda. Consultado en China sobre si estaba listo para pegar el salto a Red Bull, el japonés dijo: “Sí, ¿por qué no? Y si es para Japón, estoy listo 100%, el coche es más rápido”. Rápidamente, la gente de prensa del equipo Racing Bull lo alejó de los micrófonos.
Lawson es el primero que acepta las reglas de juego. “Desafortunadamente no tengo mucho tiempo, pero poder manejar bien un auto de Fórmula 1 requiere de 100% de confianza. No es que no me sienta seguro, honestamente es muy duro”, dijo. “La ventaja de rendimiento del auto es muy pequeña, pero no es excusa. Tengo que poder controlarlo”.
Cuando le preguntaron a Marko sobre la situación, su discurso viró radicalmente durante el fin de semana. Después del “necesita tiempo” del viernes, sus palabras fueron más al hueso ante el micrófono de Sky Alemania. “La Fórmula 1 es un deporte competitivo y esto no es lo que esperábamos. Hablaremos con calma, todavía tenemos algunos pilotos en nuestra academia”. Verstappen intentó darle una mano, o no. “Si estuviera en un Racing Bull seguramente iría rápido”, dijo. ¿El problema para Max es el RB21 o Liam?
Los próximos días serán clave para saber si Lawson tendrá una chance más en Japón, justo la casa de Tsunoda. Pero, ¿quién puede asegurar que Yuki sabrá cómo llevar el complicado RB21?