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¿Por qué Verstappen ganó en Japón si McLaren tiene mejor auto?

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Fossaroli: Verstappen, Red Bull y su gran trabajo para imponerse a McLaren (0:58)

El corresponsal de ESPN en Japón analiza el gran desempeño del piloto neerlandés para conseguir su primera bandera a cuadros del año. (0:58)

Max Verstappen dio una clase de manejo y ganó el Gran Premio de Japón pese a que McLaren tuvo un mejor auto.


Max Verstappen sacó el pizarrón, la regla e impartió cátedra en el Gran Premio de Japón. Una lección avanzada de “Cómo ganar un Gran Premio con un auto muy inferior”.

Lo que para muchos fue una carrera monótona y plana, en realidad fue una joya de manejo del que es, hoy por hoy, el mejor piloto de la Fórmula 1 y que seguramente, al término de su trayectoria será uno de los más grandes del deporte en la historia.

El neerlandés de Red Bull ganó en Suzuka, prácticamente de cabo a rabo salvo las tres vueltas en que, fuera de secuencia lideró Kimi Antonelli, y dio una demostración de poderío y perfección.

Verstappen no tiene el mejor monoplaza de la parrilla. Red Bull dejó de tener el auto dominante de la F1 hace casi un año y desde entonces ha visto como McLaren lo ha superado notablemente, pero no sólo ellos, también ha estado por debajo de Ferrari e incluso de Mercedes.

A pesar de que el RB21 es un auto muy complejo, que puede ser rápido, pero solamente bajo una puesta a punto que dificulta mucho la conducción, Verstappen ejecutó a la perfección la calificación y la carrera en Japón, luego de batallar mucho en las prácticas.

Verstappen dio el primer paso al triunfo con una pole llena de magia

La proeza inició y se cimentó en la Qualy. Lando Norris y Oscar Piastri estaban a 4 décimas del resto, cómodos y en un mano a mano interno por la pole position y parecía que nadie podía superarlos.

Piastri fue el más rápido en los sectores 2 y 3 del circuito de 5.807 kilómetros de Suzuka, mientras que Norris lo era en el primero.

Los cronos cayeron sin sorpresa con Lando al frente de Piastri por 32 milésimas de segundo y, aunque Max Verstappen todavía no completaba su intento de vuelta rápida, sus tiempos parciales no eran mejores.

Pero ¡Oh sorpresa! Cuando Verstappen cruzó la meta su crono era 12 milésimas de segundo más veloz que el de Norris. ¿Cómo hizo eso?

Pues, Verstappen no fue el mejor en ningún parcial, pero sí estuvo a .012 de Lando en el sector 1. Ahí mismo destrozó a Piastri por .248.

En el sector 2, Max estuvo por debajo de los dos McLaren a .158 de Piastri y .054 de Norris.

En el sector 3 y último, Piastri dominó a Verstappen solamente por .036, mientras que el neerlandés le metió a Norris .095 segundos.

En resumen, Verstappen derrotó a Piastri al demolerlo en el sector 1 y a Norris por cerrar mejor en el sector 3, principalmente en la chicana que forman las curvas 16 y 17.

Consistencia, ritmo, curva a curva en un circuito de pilotos más que de autos y al hacerse de la pole position, Max Verstappen dio el primer paso, pero más importante para ganar la carrera el domingo.

Un piloto legendario como Fernando Alonso reconoció la proeza de Verstappen en el corralito de prensa.

“Sólo él puede hacerlo”, dijo el bicampeón mundial. “No hay otro piloto en este momento que pueda manejar y poner un alto tan alto, más arriba de lo que el auto merece. Fue un momento mágico”.

Porque para aquellos obtusos que aún piensan que los monoplazas de F1 se manejan solos, el piloto, más uno como Max Verstappen es capaz de extraer de un coche mucho más de lo que la telemetría dice que es el rendimiento máximo. ¿Cómo? Con destreza, sensibilidad, ese ‘feeling’ que no lo pueden explicar las máquinas.

El domingo, Verstappen no puso una rueda mal

Una cosa es ser más rápido a una vuelta, pero ese fino arte de la flying lap, en teoría, no te lleva a ganar un Gran Premio.

Las carreras de F1 se ganan con un paso estudiado y preciso, con el cuidado de los neumáticos y la aplicación de la estrategia.

Por lo que se había visto, los McLaren tenían el mejor ritmo de carrera entre los 10 equipos. Tres o cuatro décimas los separaban del resto, ¿cómo vencerlos?

Max hizo el primer movimiento clave al obtener la pole position. En todos los circuitos de la F1 es muy complicado rebasar, pero en este año en Suzuka fue un lujo que pocos pudieron darse. El DRS y el aire sucio son factores que evitan que los autos se acerquen entre sí en carrera.

Verstappen largó en la punta y la pudo mantener en las primeras curvas, a pesar del acoso de Norris, luego, aprovechó que tenía aire limpio al frente para apretar y poder salir de la zona de DRS (menos de un segundo de diferencia) respecto a Norris, antes de que se activara el dispositivo para todos.

La poca degradación de llantas en Suzuka fue aliada de Max

De ahí en adelante fueron para Verstappen vueltas tipo calificación, una tras otra, la teoría del ritmo llevaba a su máxima expresión, mientras que Norris afectado por el aire sucio que dejaba el Red Bull y por la presión de su más veloz coequipero, Oscar Piastri, se mantenía entre 1.8 y 2.0 segundos del líder.

Ese ritmo de carrera no habría sido posible sin la bajísima degradación que presentaron los neumáticos Pirelli en Suzuka. El circuito nipón tuvo un reasfaltado en varias zonas cruciales del trazado y era muy noble con las gomas que se mantuvieron en una buena ventana de rendimiento durante los turnos, principalmente las medias con las que largaron los autos que iban al frente.

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1:40
¡Lando, hay que ir por la pista para pasar!

Norris y Max Verstappen entraron en boxes en la misma vuelta y lo quiso pasar por afuera de la línea de boxes.

La parada en pits de McLaren acabó las esperanzas de Norris y Piastri

Ahora, cuando en la pista Verstappen respondía con tiempos de otro Red Bull, no del inestable RB21, McLaren tenía la oportunidad, con dos autos en el Top 3 de atacar a Max con un “undercut”.

Ahí, el equipo papaya, liderado en los pits por Andrea Stella pudo haber aguantado en la pista a Norris una vuelta más que Verstappen para intentar hacer un giro con aire limpio y pasarlo, pero entraron detrás de tetracampeón neerlandés y, con ello, redujeron sus posibilidades de robar la punta del GP.

A pesar de la decisión conservadora de McLaren, que a decir de sus ingenieros tuvo que ver con el rendimiento de sus llantas en ese momento, Red Bull tuvo un titubeo en la parada de Verstappen y se fueron un segundo más largos de lo habitual.

Verstappen se dirigía a la salida de los pits cuando a su lado salió Norris. Iban lado a lado, pero Max sobre el carril y con 40 centímetros de la nariz de su monoplaza por delante. Obviamente, el tulipán más veloz del mundo no cedió, ni podía ceder un centímetro y reingresó a la pista primero, mientras Lando tuvo que meter medio coche en el pasto.

Nuevamente la ejecución de Max fue la diferencia

El siguiente intento de Lando Norris y McLaren fue conservar las llantas duras para armar un ataque final sobre Verstappen en las últimas vueltas de las 53 pactadas.

Esta estrategia desesperó a Oscar Piastri, quien desde el tercer lugar era el más rápido de la pista, pero estaba imposibilitado para atacar a su coequipero. Bemoles de haber firmado las famosas reglas papaya de McLaren.

Tal vez, Piastri podría haber presionado más a Verstappen, pero McLaren apostó por mantener adelante al líder del campeonato sobre la posibilidad de ganar la carrera, para así mantener a Lando en el tope de la tabla.

Norris estaba seguro, que en el momento que apretara y aplicara presión, podría meterse en el DRS de Verstappen, incluso llegó a estar a 1.1 segundos de diferencia, pero no contaba con Súper Max.

Lando era mucho mejor en la curva 1 y mantenía el momento, pero en la curva 11, una variante de 180 grados, Verstappen retomaba control.

Era un toma y daca, porque Lando Norris era mejor en la Spoon, curva 14, pero donde realmente Max se separaba del resto y sobre todo de Norris fue en la chicana previa a la última curva, esa que forman la 16 y 17. Ahí, Verstappen encontró cada décima que le hacía falta antes de la recta del DRS.

Por el contrario, Norris se despistó un par de vueltas antes de la bandera a cuadros, justo en la chicana y ahí Max ya tenía su victoria 64 en la F1 y cuarta consecutiva en Japón, totalmente en la bolsa.

La belleza de la ejecución suave y delicada, como si cada giro fuera de calificación, en un auto que va a 320 kilómetros por hora, en una de las pistas más demandantes del mundo, realizada por el mejor piloto de su generación.

Hoy no es una exageración decir que si pusieras Max Verstappen en un McLaren habría ganado los tres Grandes Premios que lleva la temporada 2025 de la F1, y los habría ganado por mucho. Como tampoco es una exageración decir que si Lando Norris o cualquiera de los otros 18 pilotos de la parrilla estuviera en Red Bull, difícilmente habría pisado el podio hasta ahora.

El Gran Premio de Japón fue una carrera aburrida para muchos, pero un deleite para los amantes del manejo virtuoso.