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Ferrari: ¿Quién es el culpable de la falta de victorias en F1?

No es solo otra temporada sin títulos para Ferrari en F1, es una campaña sin victorias.


Ferrari lleva 18 años sin ganar un campeonato de pilotos desde Kimi Räikkönen en 2007. Pero 2025 se siente diferente: No es solo otra temporada sin títulos, es una campaña sin victorias,

¿Quién o quiénes son los responsables del momento actual de Ferrari?

La apuesta de Ferrari que salió mal

El equipo dirigido por Fred Vasseur llegó a 2025 después de una temporada donde el SF-24 a pesar de tener una competitividad intermitente logró llevarse cinco victorias lo que llevó a los de Maranello a competir por el campeonato de Constructores hasta la última fecha. La decisión fue radical: cambiar el 99% del carro. Nueva filosofía aerodinámica, nuevo concepto de piso, cambios fundamentales en la suspensión, ¿el problema? Demasiados cambios para el último año de un reglamento técnico.

Como agravante a que 2025 es el último año del actual reglamento técnico también agreguemos que se sabía desde antes de que iniciara la campaña de 2024 que Lewis Hamilton se uniría a la organización, agregando otro grado de complejidad a la temporada 2025 más allá del nuevo concepto para el SF-25.

El problema del SF-25

El SF-25 tiene un problema que define toda su temporada: cuando está en una ventana de configuración óptima, desgasta la plancha (plank) excesivamente y sobrecalienta los frenos de manera catastrófica. Cuando intentan solucionarlo subiendo el ride height, pierde todo su rendimiento aerodinámico y complica la entrada a curvas.

Es el dilema perfecto: puedes ser rápido y abandonar, o lento y terminar. Ferrari eligió ser lento, obligando a Charles Leclerc y Lewis Hamilton a hacer lift and coast desde la vuelta 2 o 3 de cada Gran Premio. No es exageración. Literalmente desde las primeras vueltas tienen que gestionar frenos como si manejaran un Toyota Prius en modo eco.

Para dar algo de contexto, los pilotos de F1 frenan digamos que al revés de la que el resto de mortales: mientras nosotros vamos aplicando el freno de manera gradual, para frenar un F1 primero se pisa el freno a fondo y luego se va liberando conforme se va aplicando el acelerador, esta técnica se llama “Trail-Braking” y hace que los pilotos sean más rápidos en entrada y salida de curvas.

El problema de Hamilton y Leclerc es que si hacen esto, se arriesgan a sobrecalentar los frenos del monoplaza arriesgándose a una falla mecánica y para compensar hacen el “Lift and Coast”, que consiste en soltar el acelerador mucho antes de donde se frena normalmente y navegar hasta el punto de la frenada para hacer la curva sin poder acelerar donde deberían, lo que ayuda a mantener la temperatura del motor y de los frenos controlada.

El asunto es que mientras los demás equipos van a fondo en cada carrera, tanto Leclerc como Hamilton deben empezar a manejar los frenos desde las primeras vueltas, eliminando cualquier tipo de competitividad que pueda tener un monoplaza que de por sí no es eficiente porque obviamente en Maranello no entendieron el concepto que crearon desde para esta temporada.

Y no podemos olvidarnos del GP de China donde Ferrari se convirtió en el primer equipo en tener a sus dos pilotos descalificados de la misma carrera por razones distintas en la historia de la Fórmula 1: Leclerc por violación del peso necesario después de carrera y Hamilton por desgaste excesivo de la plancha, lo que ha obligado al equipo a ajustar la altura del monoplaza eliminando la competitividad con la que fue concebido.

Para contrarrestar el desgaste se anunció una nueva suspensión trasera que supuestamente debutaría para el GP de Silverstone pero que finalmente lo hizo en Bélgica con peores resultados; la suspensión trasera nueva arrojó otro fallo que apuntó a la suspensión delantera.

¿Quién aprobó cambiar 99% de un carro que funcionaba parcialmente por uno que no funciona en absoluto? La alta dirigencia, podríamos apuntar a Fred Vasseur, pero una decisión así no se toma a la ligera así que Benedetto Vigna, director ejecutivo de Ferrari, y John Elkann, presidente de Ferrari, también están dentro de los culpables de dicha debacle.

Hamilton: fichado para ser ignorado

Lewis Hamilton llegó a Ferrari con una lista de mejoras estructurales. Identificó problemas en comunicación, deficiencias en desarrollo, sugirió cambios en gestión de sesiones. Ferrari ignoró la mayoría. En su arrogancia característica, decidieron que el siete veces campeón probablemente no sabía de lo que hablaba.

Resultado: cero podios en 2025. Abandonó en Brasil después de que un choque con Carlos Sainz le dejara daños graves en el piso. Ha pasado carreras haciendo lift and coast, viendo a pilotos en carros inferiores pasarlo. Hamilton dejó seis campeonatos en Mercedes para ser tratado como Fernando Alonso y Sebastian Vettel: empleado para manejar, no activo estratégico.

John Elkann: el verdadero culpable

Todo vuelve a John Elkann, presidente de Ferrari desde 2018, y la junta directiva que aprueba estas decisiones.

Elkann aprobó el cambio radical del SF-24 al SF-25. Aprobó dejar ir a Carlos Sainz mientras revolucionaban el carro. Preside un equipo que ficha a Lewis Hamilton y para ignorar sus sugerencias.

La cultura de Ferrari bajo Elkann es clara: prefieren mantener procesos internos intactos aunque estén rotos, antes que escuchar a pilotos que han ganado campeonatos en otros equipos. Prefieren apostar por cambios radicales sin plan de contingencia.

Y cuando sale mal, como el SF-25 en 2025, no hay consecuencias reales para quienes tomaron esas decisiones. Fred Vasseur carga con la culpa pública. Los ingenieros trabajan horas extras. Los pilotos hacen magia pero hasta esa tiene sus límites.

Pero Elkann y la junta que aprobaron cambiar 99% del carro y decidieron ignorar a Hamilton siguen en sus puestos, sin rendir cuentas, preparándose para prometer que 2026 será diferente.

El desastre de 2025: un fracaso de liderazgo

Ferrari en 2025 no es un fracaso de talento. Leclerc y Hamilton son talentos generacionales. No es un fracaso de recursos. Es un fracaso de liderazgo. La alta dirigencia tomó decisiones catastróficas: cambiar radicalmente el carro, ignorar la experiencia de Hamilton, y no tener plan B cuando todo salió mal.

Lo preocupante es que en vez de enfocarse en 2026 y el nuevo reglamento, la escuderia trabajó en el SF-25 hasta entrada la temporada 2025 lo que obviamente afectará el desarrollo del nuevo Ferrari que a decir verdad, no parece venir por buen camino.

Dieciocho años sin un campeonato de pilotos. Hasta que Elkann y la alta dirigencia acepten que el problema son ellos y sus decisiones, Ferrari seguirá siendo el equipo más grande en historia y el más grande fracaso de las últimas dos décadas.