Verstappen necesita un compañero de equipo que lo ayude contra Norris y Piastri, algo como lo que hizo Checo en 2021.
A Max Verstappen no le basta con ganar el Gran Premio de Abu Dhabi para conseguir el pentacampeonato mundial de la F1, el neerlandés, por más que es el piloto más poderoso de la parrilla necesita que un par de sus colegas se interpongan entre él y Lando Norris, que lo bajen del podio, lo incomoden, estorben o ayuden en una estrategia.
Desafortunadamente, para el número uno de la Fórmula 1 y de Red Bull, en 2025 su compañero de equipo es Yuki Tsunoda, de poco o nada le puede servir en el circuito Yas Marina, a menos que, de pronto, en la última carrera del año, pueda tener el rendimiento que no se la ha visto en 23 fechas ya consumadas.
Ahí, es cuando Verstappen desearía tener un piloto en su escudería al estilo de Sergio Pérez en 2021, aquel que, en más de una ocasión, pero la más importante en Abu Dhabi, trabajó para él, peleó rueda a rueda con Lewis Hamilton y, en parte, gracias a esa colaboración lo ayudó a ceñirse la corona de la F1 en ese año.
Sería demasiado decir que Verstappen fue campeón de la F1 sólo porque Checo lo ayudó, pero si es justo de decir que el apoyo que recibió del mexicano fue clave para que Hamilton estuviera en la situación desventajosa que lo puso a merced de Max en las últimas vueltas de aquel histórico –para algunos nefasto (sobre todo si eres seguidor de Mercedes)—12 de diciembre de 2021.
Checo Pérez no sólo fue jugador de equipo en Abu Dhabi, también en Turquía, Brasil, todo el año. No era mejor que Hamilton en la qualy, pero los domingos se metía en los primeros puestos algo que en ese dramático desenlace fue factor.
El japonés Tsunoda, ya sea por su inconsistencia o por lo complejo que es conducir el auto desarrollado para Verstappen y con el cual han padecido todos los coequiperos del tetracampeón, pero nunca ha podido subir a un podio o siquiera estar en el Top 5 de una Gran Premio en 2025.
Verstappen necesita meterse en el podio y entre más alto lo haga, mayor será su chance ligar su quinto título, pero en cualquiera de los tres escenarios posibles, a Max le hará falta que, al menos, dos autos superen a Lando Norris al cruzar la meta en el Yas Marina.
Max está solo en ese sentido. En charlas distendidas de café no falta la mente acalenturada que sugiere que Tsunoda haga un movimiento kamikaze contra los McLaren, pero dejémonos de disparates eso no pasará, esto es la F1 no una película de animación. Es más, para que un complot así pudiera hacerse (que no pasará, al menos premeditadamente) Tsunoda tendría que estar cerca de Norris u Oscar Piastri y eso no se ha visto desde Baku, en que obtuvo el mejor lugar de la temporada.
Hadjar y Lawson, la ayuda para Verstappen
La última alternativa la forman los pilotos de la escudería hermana, Racing Bulls: el francés Isack Hadjar y el neozelandés Liam Lawson.
Tanto como diseñar una estrategia que involucre a los dos equipos para batallar contra los McLaren eso no es legal, pero si se deja de lado la candidez, sí podrían, ¿por qué no?, ser competitivos y tratar de meterse, por méritos propios en el espacio que requiere Verstappen.
En el supuesto de que Verstappen lidere el Gran Premio de Abu Dhabi, no sería sencillo, pero Hadjar podría lidiar en el Top 5, por lo menos se antoja como algo más factible que ver a Tsunoda en esos territorios que donde su auto no puesto ni la nariz.
Si Hadjar puede pelear o defender su posición con un McLaren lo hará, seguramente, como un diputado defiende su ‘bien ganado’ bono anual en tiempos de austeridad. Con ello la ayuda a Max no será como una colaboración entre equipos, algo que está prohibido en el reglamento de la FIA, sino el legítimo derecho a correr contra cualquier auto en la pista.
Hadjar será, ya oficialmente, piloto de Red Bull en 2026 y reporta, de facto, al director de Red Bull, Laurent Mekies, quien empezó el año como team principal de Racing Bulls. El francés no requiere charlas ni mensajes para inferir de qué lado debe disparar en esta batalla.
Lo mismo pasa con Lawson, quien no ha subido a un podio como Hadjar, pero quien hizo dos Grandes Premios con Red Bull en 2025, ha tenido varias calificaciones brillantes en la Q3 y si se topa con un McLaren en una secuencia normal de carrera es un hecho que no levantará el pie del acelerador. De por sí, el kiwi no tiene fama de piloto dócil y menos del más confiable cuando se corre junto a él auto a auto, rueda a rueda.
En 2022, 2023 y 2024, Verstappen no necesitó de mucha ayuda, sobre todo en los dos primeros años, porque su dominio fue cómodo.
A su favor, según lo que dictan las infaustas ‘Papaya Rules’, los pilotos de McLaren tienen carta abierta para pelear en la pista, sin importar que entre Lando Norris y Oscar Piastri haya 16 y ‘un Verstappen’.
Que no haya una colaboración expresa no significa que del ‘pitwall’ no vayan a emanar estrategias o mensajes que, convenientemente, hagan ‘justicia’ y den preferencia a Norris, lo cual, a estas alturas de la temporada y con lo que hay en juego, no sólo sería lógico sino hasta apropiado.
Verstappen deberá rascarse con sus propias uñas, esta vez no hay un Checo Pérez que pueda jugar directamente una estrategia colaborativa con él y todo es consecuencia del descuido de Red Bull hacia el garaje de a lado.
McLaren ha tenido el mejor auto todo el año, Norris lideró cada una de las 58 vueltas al circuito de 5,281 metros de longitud en 2024, y tuvo una carrera tranquila, gracias un contacto entre Piastri y Verstappen que los dejó muy fuera de las aspiraciones de triunfo. Lando sólo tuvo que preocuparse por los Ferrari, que lo escoltaron en el podio.
¿Qué pasará en 2025? Ya no falta mucho para saberlo.
