F1
José Antonio Cortés | ESPN Digital 3y

¿Por qué se le da tan bien el GP de Bakú de F1 al mexicano Sergio 'Checo' Pérez?

Sergio “Checo” Pérez ha conseguido en Bakú, Azerbaiyán, dos de los 10 podios de su carrera dentro de la Fórmula 1 y siempre ha calificado entre los ocho primeros, pero, ¿por qué se le da tan bien este circuito callejero al piloto mexicano?

Eso se puede explicar con varios hechos y situaciones que rodean al que ahora es volante del equipo Red Bull Racing.

Pista de motor, pero con muchos rebases

Primero, un dato que podría servir a quienes creen que los autos lo hacen absolutamente todo en la F1: en las cuatro ediciones de Grandes Premios en Bakú, una como GP de Europa y tres como GP de Azerbaiyán, Pérez contó con un motor Mercedes, esto, cuando conducía para el equipo Force India-Racing Point.

Esto es importante para quienes adoran los detalles técnicos, porque Bakú es una pista de 6,003 metros de longitud con una recta de casi 2 kilómetros donde el motor más potente tiene ventaja sobre el resto. Esa unidad de potencia ha sido y es Mercedes, pero eso no define totalmente lo que pasa en este exótico punto del calendario, porque así como hay una recta larguísima, hay un sector de curvas con ángulo de 90 grados precedidas por otras rectas cortas y luego un tercer sector trabado, de ritmo y curvas lentas. Es decir, no sólo es acelerar, el tema es saber frenar, ritmo y hay muchas más zonas de rebase que en otros circuitos.

Ese es el verdadero motivo por el que “Checo” Pérez anda bien en Bakú siempre, porque es una pista donde las fuertes frenadas se deben hacer con maestría y tal vez Sergio posea el pie izquierdo más fino de la Fórmula 1 y si no, que lo digan los maratónicos “stints” que ha logrado en todo tipo de circuitos.

También está su valentía y ritmo en tramos como el sector tres de Bakú, donde las curvas 8, 9, 10 y 11 forman un pasillo rodeado por los muros históricos de la ciudad y donde se antoja que hay que aguantar la respiración y hacerse flaco para pasar, incluso en bicicleta.

Aquí, Pérez calificó segundo en 2016 y luego de una penalización, largó séptimo para terminar en el tercer escalón en el podio. En 2017, calificó sexto y se retiró por un contacto. En 2018, regresó a recoger el trofeo del tercer sitio tras calificar octavo y en la más reciente edición, 2019, largó quinto y terminó sexto en un Racing Point que nomás no andaba en ningún lado.

Sin el motor Mercedes, ¿tiene “Checo” oportunidad en Bakú?

Totalmente. Uno, por Red Bull, aunque en apariencia, el motor Honda no es el más potente, al menos no tanto como el Mercedes por aerodinámica en su polémica ala trasera, cuya flexibilidad da y dará mucho más que hablar.

Dicho alerón evita que el auto pierda tanta velocidad en rectas y al mismo tiempo, es muy superior a Mercedes en las partes de curvas donde se necesita agarre.

Dos, porque “Checo” posee un ritmo de carrera al mismo nivel de los mejores en Fórmula 1 y eso, en una pista donde se puede rebasar, es oro molido. Además, está la cualidad del mexicano en el manejo de los neumáticos y profundas frenadas sin lesionar las gomas.

Tercero, porque de alguna manera, hay pistas que se le dan mejor a unos pilotos que a otros, pues Bakú es una de las que favorece al estilo de manejo de “Checo” por temas intangibles, incluso para él mismo, pero pasa.

En suma: cuidado con Pérez en Bakú.

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