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La Novena: De ángeles o demonios, fake news y la invasión de Jake Paul

1. HAY UN REFRÁN en mi tierra que dice así: "Sorullo, suelta lo que no es tuyo". No creo que necesite explicarlo en nuestro contexto. Quizás si requiera un poco más de tiempo para parafrasearlo, llevarlo al idioma japonés y que la estrella de Los Angeles Angels me entienda, o al menos comprenda el objetivo del mensaje. Sería algo así: あなたのものではない大谷ジャンプ. (Me impresiona mis conocimientos del lenguaje nipón) ¡Nah...! Es broma, bendito Google Translate. Lo que traduje fue "Othani, salte que eso no es tuyo". Y es que aturde ver cómo un pelotero de su estatura deportiva tiene que jugar con el bodrio de equipo de Angels. Si a Mike Trout eso nunca le ha importado, espero que el pelotero asiático sí tenga esa hambre de perseguir campeonatos y hacerse grande donde se forjan las grandes historias: en octubre.

2. ¿A QUÉ SE DEBE ESTA CATARSIS? Sencillo, el grupo de ESPN Stats & Info me facilitó el dato que el llamado "otro equipo de Los Angeles" llevaba seis derrotas consecutivas (siete, sumando la del partido el jueves 25 agosto) y 10 derrotas en los últimos 11 partidos. Entre el 25 de mayo y el 24 de agosto presentaron balance de 25-56, que representa el peor récord en ambas ligas (Americana y Nacional) y el más malo de la franquicia en un lapso de 81 juegos (media temporada) dentro de una misma campaña desde 1983. ¿A qué más va esperar Ohtani? ¿Un milagro? No creo que suceda, por mucho que su equipo se llame Angels y esté en Los Angeles. Más bien parecen demonios. Él simplemente debería poner pies en polvorosa. Presionar todo lo que pueda para ser intercambiado apenas acabe la temporada 2022 y no tener que llegar a 2023 cuando golpee la agencia libre.

3. PARA AGREGARLE más sazón a la posible decisión futura de Ohtani, me encantaría recordarle que su ilustre compañero de equipo, Mike Trout, considerado desde hace varios años como el pelotero más completo de las Mayores ha jugado apenas tres partidos en postemporada. ¡Tres juegos en 12 años de carrera! Su promedio ofensivo es de .083 (12-1), con 15 comparecencias oficiales al bate. Su único hit fue un jonrón solitario. Nada más. Ohtani debería mirarse en el espejo de su compañero de equipo, a quien le recordarán durante toda su existencia (si las cosas no cambian pronto) que fue el "mejor" de una época, pero nunca el más grande porque simplemente prefirió tomar el camino fácil: jugar con un equipo perdedor, en vez de perseguir un cambio que le colocara con la posibilidad de probarse bajo la presión de octubre.