Por más que Dak Prescott crea estar listo para volver a la acción y quiera hacerlo lo más pronto posible, la realidad es que Cooper Rush ha dado tres razones, la defensiva 62 y hay un papel con 160 millones más para que los Dallas Cowboys sean pacientes y no apresuren el regreso a la titularidad del quarterback con el No. 4 en su jersey.
Es claro que Prescott no perderá su trabajo como quarterback titular de la franquicia que le dio un contrato por cuatro temporadas y $160 millones y si algo ha hecho Rush con su desempeño y las tres victorias que suma como su suplente, es comprar tiempo para no apresurar el inminente regreso de Prescott.
Es normal la inquietud de Prescott por volver lo más rápido posible de la cirugía en el dedo a la que se sometió el 12 de septiembre, más porque los Cowboys ganan sin él y los aficionados están contentos con Rush, factores que pueden crear temor en Prescott por perder su trabajo, algo natural y más si se recuerda que hace seis años, una lesión le abrió a él las puertas al puesto de quarterback titular en Dallas.
Sin embargo, a diferencia de 2016, si algo debe darle tranquilidad a Prescott es el hecho de que la defensiva de los Cowboys ha sido la mejor aliada de Rush y no tendría por qué no serlo también del líder natural del equipo.
Por primera vez desde 1973, la defensiva de Dallas ha permitido 20 o menos puntos en los primeros cuatro juegos de la temporada (15.5 por partido), además de un estilo implacable que se refleja en las 15 capturas que los colocan segundos en la NFL en esa categoría.
La actuación de la defensiva ha sido clave para que Rush juegue sin tanta presión y debe ayudar a que el coach Mike McCarthy y el dueño y gerente general del equipo, Jerry Jones, sean pacientes con Prescott y esperen a que el No. 4 se recupere al 100 por ciento y tenga el agarre y fuerza necesarios en la mano para lanzar con precisión.
Los Cowboys tienen un complicado juego en la Semana 5 ante Los Angeles Rams, que llegarán heridos tras la clara derrota que sufrieron ante los San Francisco 49ers el lunes por la noche y buscarán quién pague los platos rotos.
Ante un rival herido que, además, es contendiente en la NFC, lo más sensato para los Cowboys es usar a un quarterback físicamente entero y no exponer a Prescott a un ambiente adverso y a la presión de Aaron Donald, Bobby Wagner o Leonard Floyd. Incluso, aunque Rush batalle en Los Angeles, McCarthy debe resistir a la tentación de mandar a Prescott al campo.
Lo mejor para los Cowboys es pensar a mediano plazo, en el viaje que tendrán que hacer en la Semana 6 ante los Philadelphia Eagles en un duelo clave en la NFC Este.