PITTSBURGH -- El coqueteo público de Ben Roethlisberger con el retiro parece tener un tema subyacente adherido a él: la ventana de oportunidad no estará abierta para siempre, así que hay que ganar ahora.
Pero mientras los Pittsburgh Steelers no deben dar por sentados los años restantes de Roethlisberger, es posible que el fin abrupto a la campaña del 2016 encienda al quarterback mientras se acerca a la mitad de sus 30s.
Déjenlo a uno de los jugadores favoritos de 'Big Ben', Tom Brady, poner el ejemplo.
Brady cumplirá 40 años de edad en agosto, pero su nivel de juego no ha disminuido en lo mínimo. Durante la remontada de 25 puntos en el Super Bowl LI, Brady estaba lanzando difíciles pases en el cuarto periodo con convicción y velocidad. Colocar el ovoide en espacios cerrados no fue problema. Quizás el declive pronunciado sea inevitable en el siguiente año o dos, pero Brady ha hecho un trabajo magistral al demorar la caída gracias a regímenes intensos de trabajo y una dieta intensa.
Esperar que cualquier mariscal de campo duplique los resultados de Brady a sus 39 años de edad suena ilógico.
Pero Roethlisberger, a sus 34 años de edad, puede tener su propio plan para cierre de trayectoria, algo que pareció mostrar el año pasado cuando perdió cerca de 10 libras con una pesada rutina de ejercicio cardiovascular. Los Steelers todavía creen que Roethlisberger tiene dos o tres años más en su mejor momento, por entregar.
Primordial para el panorama a largo plazo de Roethlisberger es el efecto acumulado de sus lesiones. Roethlisberger ha jugado pese a problemas en virtualmente todas las partes de su cuerpo. Pero existe esperanza en esta área: una línea ofensiva de élite. Los sólidos cinco al frente mantuvieron a Roethlisberger lejos del suelo en todos excepto 17 de sus retrocesos para pasar en la campaña regular.
Pese a las 456 capturas que acumula Roethlisberger en su carrera, la directiva de los Steelers ha priorizado la protección para momentos como este: asegurar que el quarterback esté cómodo y se mantenga efectivo para los siguientes años.
La humillante derrota en el Juego de Campeonato de la AFC puntualizó la necesidad que tienen los Steelers de mejorar ante os pasadores de élite y una mejor producción de zona roja por parte de su ofensiva. El promedio de Roethlisberger de cerca de un touchdown y una intercepción por juego de visita que se remonta hasta mediados del 2015 cae sobre todos. La ejecución cerca de la línea de gol ha sido errática.
Pro tener un arsenal completo de armas ayudará. Sumamos a Martavis Bryant de la suspensión, recluten alto a un jugador explosivo, recen para que Ladarius Green se recupere, y los pases estarán allí.
No nos equivoquemos, la urgencia se apodera de las instalaciones de los Steelers. Pero este quarterback y esta ofensiva pueden competir.
Si la frustración por el modo en que terminó la pasada campaña ocasionó las evaluaciones para el futuro de Roethlisberger, quizás esa misma frustración pueda servir como catalizador en el 2017 si se canaliza hacia los oponentes.