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Sean Payton molesto por la polémica jugada en la derrota ante Rams

El entrenador en jefe de los New Orleans Saints, Sean Payton, no quedó satisfecho con la actuación de los oficiales durante la derrota en el Juego por el Campeonato de la NFC ante Los Angeles Rams.

Durante su conferencia de prensa posterior al juego, Payton aseguró que la decisión de no marcar un castigo contra el back defensivo de los Rams, Nickell Robey-Coleman, durante un pase de Drew Brees a Tommylee Lewis,cambió el partido.

"Se equivocaron en la llamada", declaró Payton. "Hubo muchas oportunidades, pero esa llamada habría sido primero y 10 y sólo necesitábamos tres jugadas. Fue una decisión que cambió el juego.

"No sé si alguna vez hubo una llamada de interferencia de pase más evidente. Espero que ningún otro equipo pierda un partido de la manera que nosotros perdimos. Probablemente nunca lo superaremos".

Payton aseguró, también, que la liga le llamó para reconocer el error de los oficiales y que también podía marcarse contacto casco a casco en esa jugada, en la que Brees intentó un pase a Lewis en tercera y 10 desde la yarda 13 de los Rams, sin embargo, Robey-Coleman hizo contacto antes con el receptor y el balón terminó rebotando en su espalda para decretarse pase incompleto.

Por su parte, Robey-Coleman reconoció ante la prensa que "Sí, llegué allí demasiado pronto, fui superado y estaba tratando de evitar el touchdown", de acuerdo a un reporte de Sports Illustrated.

Por su parte, el réferi Bill Vinovich señaló a NOLA.com que se trató de una decisión de juicio de los oficiales y explicó por qué no se revirtió.

"Fue una decisión de juicio de los oficiales", indicó Vinovich. "No es una jugada revisable".

Los Saints tuvieron que conformarse con un gol de campo de 31 yardas de Wil Lutz en esa serie para poner el marcador 23-20 con menos de dos minutos por jugar.

Los Rams empataron el partido con un gol de campo de 48 yardas de Greg Zuerlein con 15 segundos en el reloj y terminaron ganando con otro largo gol de campo en el tiempo extra para sellar su boleto al Super Bowl LIII.