KANSAS CITY, Misuri - Mientras crecía en un área de Orange County, California, con muchos otros latinos a su alrededor, nunca se le dijo a Tony González que no debía jugar al fútbol americano debido a su nombre o herencia.
Eso vino después.
"Mientras me hacía mayor", dijo González, "cuando asistí a la Universidad de California e incluso, cuando empezaba en la NFL, mucha gente decía: '¿González?'".
"Recuerdo que Victor Riley (excompañero en los Kansas City Chiefs) me decía que no sabía que los latinos jugaban al fútbol americano. Me preguntaba si yo sabía hablar mexicano. Había chicos provenientes de distintas partes del país y claro que escuchaba cosas tales como: '¿Por qué juegas fútbol americano? Aquí no ves ningún Gonzalez o gente que tenga algún apellido latino'".
Los tiempos han cambiado. La carrera de González con 17 años en la NFL como ala cerrada llegó a su punto culminante el verano pasado, cuando fue exaltado al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional. Y la popularidad de este deporte entre los latinos quedará en evidencia cuando los Chiefs y Los Angeles Chargers se enfrenten en Monday Night Football (8:15 p.m. ET por ESPN/ESPN Deportes en EE.UU. y / 19:15 horas CDMX por ESPN en México y América Latina), el cual será el cuarto partido de temporada regular de la NFL que se dispute en la Ciudad de México.
Este cambio se ha manifestado en parte gracias a la presencia de jugadores exitosos, de la talla de González y el atajador ofensivo Anthony Muñoz, miembro del Salón de la Fama. González jugó 12 campañas con los Chiefs y cinco con los Atlanta Falcons, antes de retirarse en 2013 y sumó más atrapadas y yardas de por vida que cualquier otro ala cerrada en la historia de la NFL.
"Este deporte está haciendo explosión entre los latinoamericanos... están adoptando este deporte", dijo González. "Ahora, cuando voy a México, no es del todo similar a cuando voy a Kansas City, aunque quizás se asemeje a cuando voy a Atlanta, en lo que respecta a cómo me reconocen. Eso me hace sentir mucho orgullo".
Muñoz, quien jugó 13 campañas con los Cincinnati Bengals desde 1980, afirmó que en una ocasión conoció al hijo del exlíder sindical y activista de los derechos civiles de la comunidad latina César Chávez, quien le dijo que su padre se convirtió en gran aficionado del fútbol americano después de haber visto jugar a Muñoz.
"Yo escucho eso con mucha frecuencia: 'Porque tú jugaste en la NFL, porque tuviste éxito, fue algo que me esforcé en lograr, sabiendo que podía hacerlo", dijo Muñoz. "Lo sigo escuchando, que la gente aprecia lo que hicimos como latinos. Recibes muchos elogios por lo que hiciste y mostrando de verdad que la gente era capaz de lograr sus metas".
González también afirmó que escucha regularmente por parte de latinos que se sintieron inspirados en jugar al fútbol americano gracias a él.
"Cuando era más joven... enfrentémoslo... los latinos que jugaban en la liga casi siempre eran pateadores", dijo González. "No obstante, Anthony Muñoz era una persona a quien yo admiraba. Lo pude conocer bastante bien, al igual que al (ex apoyador de los Falcons y Chicago Bears Roberto Garza). Sin embargo, siempre le admiré y quería ser como él. Fui como él durante un tiempo cuando jugaba y después vino el relevo, como fue el caso de Víctor Cruz".
"La gente, los latinos, se acercan y me dicen todo el tiempo que jugaban al fútbol americano porque me vieron con los Chiefs, me admiraban y les encantaba verme jugar mientras crecían. Me agradecen por haber representado a los latinos en la NFL. Me dicen que yo fui su inspiración. Me lo dicen con frecuencia".
Alejandro Ibarra, quien coopera con la administración de un club de aficionados de los Chiefs en Ciudad de México, dijo que ambos jugadores sirvieron de inspiración a los aficionados al fútbol americano en ese país; tanto quienes se sintieron inspirados para jugar como aquellos a quienes se les despertó interés en seguir este deporte.
"Anthony Muñoz fue el primero", dijo Ibarra. "Él fue un símbolo de México para nosotros. Tony González rompió la barrera y nos mostró a todos que un jugador de origen latino podía atrapar pases y anotar touchdowns. Eso le hizo más influyente. Atrajeron mayor atención hacia los jugadores de fútbol americano de origen latino. La gente podía sentirse identificada con ellos".
Tom Flores es considerado el primer mariscal de campo de ascendencia latina. Jugó con tres equipos de la NFL en la década de 1960, incluyendo una breve estadía con los Chiefs.
Flores afirmó no contar con modelos a seguir de origen latino en el fútbol americano cuando comenzó a practicarlo en la secundaria.
"Lo practiqué porque todos mis amigos lo hacían", dijo Flores. "La mayoría de nuestros héroes de origen hispano o latino jugaban béisbol o eran boxeadores. No había ninguno dentro del fútbol americano".
Posteriormente, Flores se convirtió en entrenador jefe en la NFL durante 12 temporadas y ganó en dos ocasiones el Super Bowl con los Raiders.
"Los latinos se me acercaban y decían que se acordaban de mí por haberme visto como entrenador en el Super Bowl y que les hizo sentir tanto orgullo que terminaban llorando", dijo Flores. "Esa fue parte de la respuesta que recibí por parte del público. Fue muy conmovedor".
En el caso de Muñoz y González, según afirma Flores, "no existe dudas de que ayudaron al progreso de este deporte dentro de la comunidad latina. Yo fui su admirador. A los niños les encanta tener héroes. No importa de qué color sean, aunque ayuda si es uno de los tuyos".
González no tiene sangre mexicana. Sus raíces latinas provienen de un bisabuelo que era portugués y un abuelo de origen argentino.
"Él siempre tenía la bandera argentina", dijo González. "Todo con él giraba en torno a la cultura argentina. Bebía mate. Se fue a la tumba diciendo que era argentino de pura cepa".
Ver la pasión de su abuelo por su herencia latina y crecer en el sur de California, donde muchos de sus amigos eran de ascendencia mexicana, según recuerda, llevó a González a explorar sus raíces latinas.
"Me identifico con el pueblo mexicano", dijo González. "Ha sido gran parte de lo que soy. Se trata de algo sumamente importante para mí".
Al inicio de su etapa con los Chiefs, González pasó un mes de la temporada baja en la ciudad de San Miguel de Allende, en pleno centro de México, con el fin de sumergirse en la cultura de ese país.
"Recuerdo que, cuando fui a San Miguel en ese primer viaje, me encontraba en un parquecito del pueblo y veo un niño que corre frente a mí, vistiendo una camiseta de los Kansas City Chiefs con el número 88 y mi nombre estampado en la espalda. Él no tenía idea de quien era yo, pero eso me impactó. Fue una lección de humildad. Se sentía algo tan especial al ser un líder de una comunidad que realmente no conocía. Desde entonces, cobró mayor importancia para mí el formar parte de esa cultura".
González vivía con una familia de la localidad que no hablaba inglés. Eso le obligó a aprender español.
"Tomaba el desayuno, almorzaba y cenaba con esa familia a diario", afirmó. "Estudiaba español de día y compartía con ellos de noche".
"Mi abuelo hablaba español con fluidez. Pero mi padre nunca lo aprendió. Siempre fue muy importante para mí poder hacerlo, para así rendir homenaje a mi abuelo y mi cultura. No lo hablo fluidamente, pero lo hago bastante bien. Puedo usarlo en conversaciones, conversaciones cortas".