El Super Bowl LIV ofrece un duelo contrastante de ofensivas que, al mismo tiempo y cada una a su estilo, son igual de eficientes.
La ofensiva de los Kansas City Chiefs, con su versatilidad y velocidad, representa la modernidad de los ataques en la NFL, mientras que los San Francisco 49ers emplean un sistema convencional, físicamente desgastante y, quizá, menos atractivo para las nuevas generaciones.
Sin embargo, el que ese plan de juego basado en el ataque terrestre haya ayudado a los 49ers a volver al juego por el título de la NFL debe ayudar a que la estrategia de correr y luego lanzar (si es necesario) repunte alrededor de la liga.
Por lo pronto, el Super Bowl LIV se perfila como un duelo entretenido con base en lo que Chiefs y 49ers han usado para llegar a la disputa por el Trofeo Vince Lombardi.
Mientras los Chiefs surcaron los aires para llegar a Miami, los 49ers, literalmente, labraron su camino al sur de Florida a las carreras.
El poder del brazo derecho de Patrick Mahomes se refleja en el hecho de que los Chiefs han ganado el 73 por ciento de su total de yardas en Playoffs por la vía aérea, mientras que los 49ers han generado el 71 por ciento de su producción ofensiva por tierra.
El dato más relevador de cómo estos equipos han basado su trabajo ofensivo recae en los quarterbacks.
En dos juegos de Postemporada, Jimmy Garoppolo ha lanzado sólo 25 pases, mientras que Mahomes ha intentado 20 pases en cada una de las primeras mitades de sus encuentros.
A diferencia de los 49ers, a Kansas City, en específico al coach Andy Reid, no le gusta basar el ritmo de su ofensiva con el ataque terrestre.
En ese aspecto, la movilidad le permite a Mahomes extender las acciones, crear caos en los perímetros rivales y por ende, encontrar amplios espacios que puede explotar con las piernas, como sucedió con su anotación en impresionante carrera de 27 yardas ante Tennessee en el Juego de Campeonato de la AFC.
Mahomes es el líder corredor de los Chiefs en la actual Postemporada con 106 yardas.
A su vez, en dos juegos de Playoffs, San Francisco han tenido a dos corredores con al menos 100 yardas en cada uno de esos encuentros.
Al ser el ataque terrestre la base del plan de juego ofensivo de los 49ers, recordemos que Garoppolo no tiene por qué lanzar si no es necesario y por ello, sólo cinco receptores de San Francisco han atrapado al menos un pase en Playoffs y ninguno ha llegado a las 100 yardas en algún partido.
En Kansas City, cinco jugadores distintos tienen al menos una recepción para touchdown y tres han llegado a las 100 yardas por recepción en Postemporada.
Con métodos distintos durante la temporada regular, los Chiefs y 49ers alcanzaron un nivel similar de eficiencia.
Kansas City anotó touchdown en el 28 por ciento de sus series ofensivas durante el calendario regular, generó 379 yardas en promedio y anotó 21.9 puntos por juego. Por su lado, las cifras de San Francisco son 27.9 por ciento de touchdowns anotados en sus series y 381 yardas y 21 puntos en promedio por partido.
Los estilos contrastan, pero la eficacia de ambos es indiscutible y mientras el método empleado por los Chiefs es espectacular y atractivo al ojo, el sistema ofensivo de los 49ers es metódico y agotador para las defensivas rivales.
El estilo ofensivo y explosivo de los Chiefs se ajusta a la modernidad de la NFL, mientras que el de los 49ers es uno que se niega a morir y que podría repuntar en su uso alrededor de la liga gracias a que San Francisco está en la pelea por el Trofeo Vince Lombardi gracias a él.