En Pittsburgh, Ben Roethlisberger no solamente debe demostar que la lesión del año pasado no le afectará, sino que puede ganar antes de que se le agote su tiempo en la NFL
De la mano de Mason Rudolph y Devlin Hodges, los Pittsburgh Steelers nos brindaron algunos de los peores momentos en la posición de quarterback el año pasado. Aunado a lesiones que disminuyeron la efectividad del corredor James Conner y el receptor abierto JuJu Smith-Schuster, sus dos mejores jugadores en la ofensiva, Pittsburgh quedó fuera de la postemporada por segundo año consecutivo.
Eso fue lo malo. Lo bueno, fue que, a pesar de esos problemas, Pittsburgh fue capaz de exprimirle a su calendario un registro de 8-8, que muchos algunos otros head coaches hubieran aceptado con gusto. Es bajo esas circunstancias que Mike Tomlin, uno de los entrenadores en jefe más subvalorados en la NFL, vuelve para dirigir por decimocuarto año consecutivo a los Steelers.
¿Qué debemos esperar de Ben Roethlisberger en su regreso de lesión?
No sé si se habla suficiente de este tema fuera de Pittsburgh. Quizás, se está dando por sentado que Roethlisberger volverá como si nada de la cirugía en el codo que le arrebató prácticamente la totalidad de su temporada pasada. Aquí es donde debe haber cautela en Pittsburgh.
De acuerdo al propio Roethlisberger, no está al tanto de ningún quarterback que haya regresado de este tipo de intervención, en la que tres tendones se desprendieron del hueso y debieron volver a ser sujetados.
"Por lo que me han dicho, nunca ha sucedido a un quarterback de esta magnitud", dijo el pasador de Pittsburgh a la prensa, aproximadamente hace un mes. "Creo que hubo un quarterback al menos que sufrió uno [tendón desprendido], quizás dos, pero por lo que entiendo, no tres".
Asumiendo que los tendones en el codo de lanzar a Roethlisberger no le causan problemas físicos para lanzar --y los reporteros desde el campamento de los Steelers han sido positivos en este sentido-- también vale la pena cuestionar en qué nivel regresará el quarterback de 38 años de edad después de prácticamente un año sin jugar, cirugía o no. Seguro, la última temporada que jugó completa Roethlisberger fue de 5,129 yardas por aire para liderar a la NFL. No obstante, Roethlisberger se acerca al final de su trayectoria profesional, y eso es innegable. La lesión en el codo del año pasado bien puede terminar precipitando ese final.
Roethlisberger ha hecho suficiente en Pittsburgh para ganarse toda la paciencia del mundo, si es que tiene un arranque lento. El dos veces ganador de Super Bowl tendría que ofrecer actuaciones trágicas para que Pittsburgh decida sacarlo e insertar a Rudolph, algo que no vislumbro que suceda. Una buena temporada del quarterback lo meterá a la conversación por Regreso del Año, pero si vuelve a un nivel inferior que tenía cuando jugó su última temporada completa, no debemos sorprendernos, tampoco. El tiempo siempre vencerá a todos, eventualmente; incluso al 'Big Ben'.
¿Quién es el rostro nuevo a seguir?
Cuando se trata de receptores abiertos novatos, es recomendable tener presente que se trata de una de las posiciones que mayor ajuste requieren durante el paso del colegial al profesional. ¿La razón? muchos jugadores dependen más de sus habilidades físicas crudas --particularmente una combinación de velocidad y tamaño-- que de una técnica depurada para brillar en el juego universitario. Al llegar a la NFL, el nivel de los esquineros es significativamente mejor, y ser simplemente rápido o grande no siempre basta.
Pero, incluso como parte de una camada donde, aparentemente, los receptores abiertos fueron la posición con mayor talento en el pasado draft --una aseveración que se comprobará en un par de años-- los Steelers parecen haber encontrado a un jugador especial en Chase Claypool.
El producto de Notre Dame ha deslumbrado tanto en el campamento de Pittsburgh, que ya se empieza a mencionar entre los posibles candidatos al premio de Novato Ofensivo del Año, a pesar de que fue el undécimo receptor abierto reclutado en el draft.
Lo cierto es que la afición de Pittsburgh esperaba más de Smith-Schuster en su primer año como definitivo receptor abierto primario, después de la telenovela que protagonizó Antonio Brown desde finales de la campaña del 2018 y que se extendió innecesariamente a lo largo de todo el año pasado.
Si Claypool resulta tan bueno como se viene anunciando, Smith Schuster deja atrás las molestas lesiones del 2019, y Diontae Johnson mantiene su trayectoria ascendente, repentinamente los Steelers contarán con una de las mejores cuadrillas de receptores abiertos en la NFL, redondeada por el aporte de James Washington y el escurridizo Ryan Switzer.
¿A quién van a echar de menos?
Si alguien evitó un colapso total de Pittsburgh en el 2019 fue la unidad defensiva, con los linebackers externos T.J. Watt y Bud Dupree cazando quarterbacks y Minkah Fitzpatrick convirtiéndose en un agente explosivo en la defensiva secundaria.
Sin recibir tanto reconocimiento como esas figuras estelares, el tackle nariz Javon Hargrave desempeñaba el rol de pilar de la unidad, flanqueado por Cameron Heyward y Stephon Tuitt. Hargrave aceptó una oferta de agencia libre por tres años y 39 millones de dólares con los Philadelphia Eagles, dejando un vacío importante.
La lógica dictaría que el veterano Tyson Alualu podría ocupar ese puesto en primera instancia, compartiendo minutos con Dan McCullers, quien con sus 352 libras de peso podría tener el físico idóneo. Otra alternativa podría ser Chris Wormley, adquirido por la vía del canje con los Baltimore Ravens en marzo pasado. El liniero ofensivo de 6 pies con 5 pulgadas y 300 libras parece estar mejor construido para el puesto de ala que de tackle en el sistema 3-4 de Pittsburgh, y esa fue la posición que jugó primordialmente en Baltimore el año pasado. Pero, en el 2018, pasó tiempo jugando el puesto de tackle nariz para los Ravens, así que hay algo de experiencia allí.
¿Qué dicen las casas de apuesta?
El Caesars Sportsbook tiene asignado a Pittsburgh las terceras mejores probabilidades para conquistar la AFC (+475), únicamente por arriba de los Cincinnati Bengals. Sin embargo, la misma casa tiene a los Steelers con las terceras mejores probabilidades para ganar la AFC; en empate con los New England Patriots, con un +900.
Por su parte, Caliente coloca la línea de ganados para Pittsburgh en 8.5, pagando -182 a las altas y +135 a las bajas.
Pronóstico para el 2020
Sin Roethlisberger, los Steelers fueron un equipo sorpresivamente competitivo el año pasado. Con Roethlisberger, si es que el pasador regresa en la forma en que le recordamos la última vez que jugó una temporada completa, debemos de estar ante un candidato a los playoffs, como mínimo.
Pittsburgh suma dos temporadas consecutivas sin postemporada y, al menos en el 2019, no fue sencillo reemplazar la producción que tenían cuando Le'Veon Bell y Brown todavía vestían este uniforme. Aun así, la defensiva está entre las mejores de la liga, y el ataque parece tener las piezas adecuadas para acercarse a ese nivel de calidad. Veo a este equipo rondando una marca de 10-6 en el año, aunque no a la altura de lo que se espera de Baltimore, en su sector. Esos 10 triunfos, no obstante, deben dejarlos con buenas probabilidades de ganarse un boleto de regreso a la postemporada.