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Rafael Zamorano 6y

Un nuevo quarterback es la clave en la campaña de los Redskins

Los Washington Redskins tiraron los dados en la posición más importante del juego, y permitieron emigrar al prolífico Kirk Cousins vía agencia libre para entregar el puesto titular al veterano Alex Smith, quien llegó por la vía del canje desde los Kansas City Chiefs.

Desde luego, la movida conlleva su riesgo, aunque para el head coach Jay Gruden, se trata de un riesgo calculado. Cousins tuvo números espectaculares en sus tres temporadas como titular de tiempo completo en Washington, pero nunca pudo ganar un partido de postemporada al frente del club.

Gruden, lo mismo que su hermano Jon, confían en quarterbacks veteranos que saben cuidar el ovoide y no temen al cliché de "administrador de juego". Eso es exactamente lo que reciben los Redskins en Smith. A partir de un nuevo quarterback y modificaciones en el backfield ofensivo, Washington apuntan a ganar un partido de postemporada por primera ocasión desde el 2005.

Aquí están las cinco preguntas de temporada regular que los Redskins deben responder en el proceso:

¿En qué nivel llega Smith a los Redskins?

La longevidad de los quarterbacks de la NFL se ha estirado significativamente en la última década y media, y ya no sorprende tanto ver a pasadores jugando a un alto nivel cuando se acercan a los 35 años de edad. En el caso de Smith, quien tiene 34, podríamos estar viendo su mejor nivel desde que fuera reclutado primero global en el draft del 2005, hace ya bastantes ayeres.

Smith fue elegido en tres ocasiones al Pro Bowl durante sus cinco temporadas en Kansas City, incluyendo las últimas dos. Eso no ocurrió en sus ocho años previos con los San Francisco 49ers. Además, rebasó las 3,000 yardas por aire en sus cinco años con los Chiefs, incluyendo su primera temporada de más de 4,000 yardas como profesional, en el 2017. Previamente, solo había tirado para más de 3,000 yardas en una ocasión.

Pero esos números no son lo más importante para Gruden y los Redskins. Las cifras que importan para Gruden son las intercepciones, y Smith tiró apenas 20 en los últimos tres años, comparado a las 36 de Cousins en el mismo plazo. Por si fuera poco, Smith redujo ese total mientras Cousins lo aumentó, año con año, en ese lapso. Lo mismo va para el porcentaje de pases completos, donde Smith mejoró en cada una de las últimas tres campañas, mientras Cousins empeoró.

Y si el temor es que la ofensiva de los Redskins se convierta en un ataque demasiado horizontal, basta recordar que Smith promedió 8.0 yardas por intento el año pasado, comparado a las 7.6 de Cousins. Para Gruden, el cambio de quarterback tiene que ver sobre todo con tener a un jugador en el que sienta puede confiar ciegamente como una extensión suya sobre el campo. De haber sentido esa conexión con Cousins, los Redskins le hubieran entregado un contrato a largo plazo hace años, en vez de retenerlo mediante la etiqueta de jugador franquicia a lo largo de las últimas dos campañas.

Quién será el receptor abierto N° 1 para en Washington?

En un mundo ideal, Josh Doctson. Al hablar de receptores abiertos, se suele decir que el tercer año es cuando realmente logran a entender los detalles finos de la posición y llega el destape. Para Doctson, el tercer año es el que viene, luego de ser elegido en la primera ronda del draft del 2016, procedente de TCU.

Después de solamente 18 partidos a lo largo de dos campañas en las que ha acumulado 37 recepciones para 568 yardas y seis touchdowns, Washington espera un impacto grande de Doctson.

Sin embargo, Washington se cubrió con un plan-B, firmando en la agencia libre a Paul Richardson, proveniente de los Seattle Seahawks. Aunque Richardson jamás ha cumplido el rol de receptor abierto N° 1, los Redskins creyeron lo suficiente en él como para firmarlo por cinco campañas y 40 millones de dólares. No sobra decir que Richardson fue más productivo en recepciones y yardas por recepción el año pasado que Doctson pese a iniciar un partido menos.

Jamison Corwder fue el receptor más productivo el año pasado para Washington, pero la realidad es que su mejor rol podría ser como tercero en el orden si Doctson y Richardson cumplen con sus expectativas.

¿Qué se puede esperar del juego terrestre de los Redskins?

En una palabra: mejoría. Samaje Perine lideró a los corredores de Washington el año pasado como novato con apenas 603 yardas, y por si fuera poco anotó solamente una vez por tierra. Chris Thompson fue una especie de revelación en el 2017, pero su aporte ofensivo llega más por aire en situaciones de tercera oportunidad.

Por eso fue crucial para los Redskins encontrar a un buen corredor en el draft, y eso fue exactamente lo que hicieron con Derrius Guice, quien fue fichado en la segunda ronda procedente de LSU. Se trata de un corredor muy completo que probablemente estará entre los líderes en yardas terrestres entre novatos, dependiendo de cómo se defina la rotación en el backfield.

Finalmente, no hay que olvidar el nombre de Rob Kelley, quien solamente pudo jugar siete partidos el año pasado, pero quien ilusionó a más de un fanático de los Redskins en el 2016 con 704 yardas terrestres y seis touchdowns como novato no reclutado.

¿Quién acompañará a Ryan Kerrigan a la hora de presionar a los quarterbacks?

La apuesta de los Redskins se llama Preston Smith, un apoyador que viene de su segunda temporada de ocho capturas en el 2017, en apenas tres años de NFL. Smith ha jugado en todos los partidos de temporada regular de Washington desde que ingresó a la NFL en el 2015, e inició los 32 de los dos últimos años.

Se trata de un joven defensivo que a menudo vuela bajo el radar, pero con el que los Redskins están asumiendo cierto riesgo. Smith --quien entra al último año de su contrato de novato-- vuelve a responder con una temporada sólida, su precio se elevará exponencialmente; nadie es más valorado en la agencia libre que un jugador joven con la habilidad de presionar al quarterback.

Por otro lado, se espera que tanto Kerrigan como Smith reciban ayuda del ala defensiva Jonathan Allen, el recluta de primera ronda del año pasado que se perdió la mayor parte de su temporada debut por lesión. La vuelta de un Allen sano deberá ayudar a liberar a los apoyadores externos y brindarles mejores opciones para atacar a los pasadores rivales.

¿Quién será el esquinero al lado opuesto de Josh Norman?

Nos encontramos ante un caso donde seguir al dinero no necesariamente nos lleva a la respuesta. Los Redskins perdieron a dos de sus mejores tres esquineros del año pasado en el pasado receso de campaña. Bashaud Breeland, el titular habitual al lado contrario de Norman, caminó vía agencia libre, y Kendall Fuller, el especialista en la ranura, se fue como parte del canje que trajo a Smith.

Entonces, los Redskins firmaron como agente libre a Orlando Scandrick por dos temporadas y 7 millones de dólares, semanas después de otorgar a Quinton Dunbar una extensión de contrato por tres años y 5.7 millones de dólares. El que gana más tendrá que tomar el lugar más importante en la plantilla, ¿no es así? No esta vez. Scandrick se convirtió en un especialista en la ranura con los Dallas Cowboys, y se espera que mantenga ese mismo rol en Washington, supliendo la salida de Fuller, mientras que Dunbar tendrá la primera oportunidad para ponerle su nombre a la segunda esquina.

El comodín aquí es Fabian Moreau, un esquinero de segundo año que participó en todos los partidos de la temporada pasada, y que seguramente encontrará más minutos de juego tras la salida de Breeland. Moreau podría terminar por convertirse en una competencia interesante para Dunbar.

Pronóstico

A diferencia de otros equipos que hicieron cambio en la posición de quarterback, los Redskins no esperan que el resto de la ofensiva tarde mucho en acoplarse a Smith. La mejoría en el juego terrestre deberá ayudar a acelerar el proceso, y si los receptores abiertos responden con un nivel decente, Washington tendrá la posibilidad de aspirar a una marca de 10-6 y pelear por un puesto de comodín en la NFC.

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