Los vientos de cambio soplan en Estados Unidos y la NFL se deja llevar.
La liga parece acomodar a su conveniencia la vela del barco que comanda Roger Goodell cuando se trata de decidir apoyar causas sociales.
Los últimos días, la NFL ha adoptado una postura de apoyo a la comunidad afroamericana de Estados Unidos que ha levantado la voz y salido a la calle por el hartazgo provocado por los incesantes actos de violencia en su contra por autoridades, pero, la postura parece ser más “políticamente correcta” que una verdadera voz de protesta por lo que le sucede a una comunidad de donde sale, al menos, el 70 por ciento de sus jugadores.
“Condenamos el racismo y la sistemática opresión de la gente de color”, dijo Goodell en un video publicado días después del inicio de las protestas en ciudades de todo Estados Unidos.
La duda es si esa condena realmente es sincera.
Hace cuatro años, cuando Colin Kaepernick comenzó sus protestas contra la brutalidad policiaca e injusticia social contra miembros de la comunidad afroamericana, la NFL no supo cómo reaccionar.
O no quiso.
Donald Trump estaba en la última etapa de su campaña electoral para llegar a la Casa Blanca y usó las protestas de Kaepernick como un último impulso para lograr su cometido. Ya en la presidencia de Estados Unidos, comenzó a presionar a la NFL para tomar acciones contra los jugadores que se arrodillaran durante la ceremonia del himno.
Varios dueños de la NFL, quienes son los jefes de Goodell, apoyaron económicamente a Trump durante su campaña y lo respaldaron públicamente.
La NFL cedió.
En 2017, Kaepernick decidió anular su contrato con los San Francisco 49ers, al cual le quedaban dos años y desde entonces, no ha sido contratado.
En el video de la semana pasada, Goodell no mencionó a Kaepernick.
Desde 2017, hemos visto un desfile de quarterbacks de calidad cuestionable que han sido contratados para ocupar, en su mayoría, puestos como suplentes. Si Kaepernick fue mencionado en alguna plática de algún equipo sobre posibles contrataciones, quizá haya sido ganancia. La realidad es que varios equipos decidieron contratar pasadores de menor calidad que él.
El entrenamiento público que la NFL preparó para Kaepernick en noviembre de 2019 pareció más un recurso para mejorar su imagen tras la demanda por colusión que el quarterback interpuso y por la que en febrero de ese año, ambas partes llegaron a un acuerdo.
Al ver estos antecedentes, parece que la NFL se mueve a su conveniencia en el tema de la injusticia social contra los afroamericanos.
En medio de las protestas en Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd, la NFL emitió un comunicado que dejó molestos a jugadores y, según reportes, a empleados de la liga, por considerarlo superficial.
Ante el descontento de empleados afroamericanos de la NFL y hasta después de un video en el que varios jugadores de renombre exigieron una postura más tajante ante el problema social que vive Estados Unidos, Goodell publicó el video en el que condena la violencia racial.
El video del comisionado es un avance importante, pero, después de que se le exigiera una postura más contundente, ¿puede creerse que es sincero?
Trump no tardó en reaccionar y cuestionó si el mensaje de Goodell dice entre líneas que la NFL permitirá que los jugadores protesten arrodillados durante el himno y, según la óptica del inquilino de la Casa Blanca, “falten el respeto a la bandera y al ejército de Estados Unidos”.
La popularidad de Trump no es tan alta como hace tres años y Goodell lo sabe. No es lo mismo ceder a las exigencias de un presidente que llega al puesto, que enfrentar a uno que debilitado por las crisis de salud y económica que han golpeado a Estados Unidos y al mundo.
Goodell es empleado de los 31 dueños de la NFL, pero sabe que no se puede echar encima, al menos, al 70 por ciento de su fuerza laboral más quienes decidan apoyar la causa de ese sector.
Quizá con algunas excepciones, entre ellas la familia Rooney, dueña de los Pittsburgh Steelers, es probable el que comisionado haya hecho enojar al resto de dueños de la NFL con el video donde fijó una postura más firme contra la violencia racial.
En 2020, parece más viable y redituable apoyar la causa noble que la política.
Lo único que habría que decirle a Goodell y a los dueños de la NFL es que los aficionados permanecen y el inquilino de la Casa Blanca, a los cuatro u ocho años, se va.
Si llega la oferta para volver a la NFL, ¿debe Kapernick aceptarla?
Al arrodillarse en 2016, el entonces quarterback de los San Francisco 49ers se convirtió en un activista social visionario, adelantado a su tiempo.
Kaepernick vio que el problema de violencia contra la comunidad afroamericana crecía y decidió arriesgarlo todo, incluso su trabajo en la NFL, para advertirlo a todo un país.
A tres años, Kaepernick prácticamente se ha convertido en un mártir del movimiento contra la injusticia social en Estados Unidos y aún sin estar en la NFL, mantuvo su activismo y su presencia fue permanente.
En medio de las protestas, varias figuras en la NFL han exigido la contratación de Kaepernick como una prueba de que la liga realmente está comprometida en la lucha contra la injusticia social.
Sin embargo, tras ver que Goodell reacciona a presiones para condenar el racismo e injusticia social, quizá convenga más a Kaepernick mantener su activismo fuera de la NFL.
Si algún equipo decide ofrecerle un contrato, ¿quién asegura que esa franquicia no lo hace sólo para beneficiarse con su presencia?
Si es un equipo que no necesite un quarterback titular, Kaepernick permanecería más tiempo en la banca como suplente y jugaría poco o a menos de que se presente una lesión.
Quizá le sea más útil deportivamente a Kaepernick recibir esa oferta de un equipo sin aspiraciones de Playoffs para jugar con regularidad, sin embargo, volvemos al primer punto: ¿sería sólo para ganar adeptos publicitarios por ser el equipo que le dio oportunidad a Kaepernick de volver?
En el aspecto general, volver a la NFL sería un riesgo para Kaepernick, porque no faltarían las voces que lo señalen como comparsa o “títere” de una liga que busca mejorar su imagen con su presencia.
También hay riesgo en lo deportivo. Kaepernick se ha mantenido en forma y asegura estar listo para volver a la NFL, pero si volver tras un año fuera de acción resulta complicado para varios, tres años parecen demasiado.