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Estudio halla padecimientos cardiacos en menos del 1% de atletas que padecieron COVID-19

El trabajo, avalado por seis ligas profesionales de los Estados Unidos, dio seguimiento a 789 deportistas profesionales que padecieron COVID-19 entre mayo y octubre del año pasado

A cinco de los 789 atletas profesionales infectados con COVID-19 se les detectó más tarde un padecimiento por inflamación del corazón en el último estudio a la fecha respecto al impacto cardiaco del virus en los deportes.

En datos publicados este jueves en JAMA Cardiology, médicos afiliados con seis ligas deportivas basadas en los Estados Unidos dieron seguimiento a los 789 jugadores infectados entre mayo y octubre.

Antes de regresar a jugar, los atletas se sometieron a tres pruebas no invasivas que monitorearon ritmo cardiaco, se sometieron a un ultrasonido en el corazón, y se les midió la proteína en la sangre que puede ser señal de daño cardiaco. Treinta atletas arrojaron resultados anormales a las pruebas y fueron referidos a una resonancia magnética cardiaca. Doctores diagnosticaron cinco casos de padecimiento por inflamación del corazón (un 0.6 por ciento del total), con tres casos de miocarditis y dos de pericarditis.

El Dr. David Engel, un cardiólogo del Columbia University Irving Medical Center y uno de los autores principales del estudio, dijo que los resultados estaban en línea con las actuales valoraciones de que las lesiones cardiacas por COVID-19 se relacionan con la severidad de los síntomas. El estudio incorporó a atletas infectados que fueron sintomáticos y aquellos que fueron asintomáticos. Los cinco casos de enfermedad cardiaca incluyeron síntomas que "excedieron definiciones empíricas de padecimiento leve de COVID-19", de acuerdo al estudio.

Los doctores todavía esperan mayores grupos de datos siendo recopilados por la conferencia atlética del Big Ten y la NCAA. Universidades individuales han publicados sus propios seguimientos con resultados mixtos. Un estudio de Ohio State University se ganó titulares en el otoño cuando investigadores hallaron que cuatro de 26 atletas --un 15 por ciento-- mostraron señales de miocarditis después del COVID-19. Un estudio posterior de la Universidad de Wisconsin encontró apenas dos casos entre 145 atletas.

La miocarditis es un efecto raro pero conocido de infecciones virales, incluyendo aquellas que causan el resfriado común, la influenza H1N1 influenza o la mononucleosis. Si se deja sin diagnosticar ni tratar, puede causar daño al corazón y un paro cardiaco repentino, lo que puede ser fatal.

Preocupaciones en torno a ello y otros padecimientos cardiacos generaron debates respecto a la práctica de los deportes durante la pandemia, especialmente a lo largo del verano pasado, en relación al fútbol americano colegial. Engel atribuyó parte de esas preocupaciones a una confusión respecto a cómo interpretar los estudios que emplearon resonancias magnéticas al corazón para identificar al padecimiento.

Las ligas deportivas profesionales que contribuyeron al estudio de JAMA Cardiology --la NBA, WNBA, NFL, NHL, Major League Baseball y Major League Soccer-- siguieron un procedimiento estandarizado de monitoreo recomendado por el American College of Cardiology. Incluyó pruebas sanguíneas, un electrocardiograma y un ecocardiograma en reposo, o ultrasonido al corazón. Pruebas más extensas, y diagnósticos eventuales, se basaron en anormalidades en las pruebas iniciales.

"Hubo mucha controversia acerca de cómo interpretar estos estudios de resonancia magnética, y realmente qué significaban estos hallazgos", dijo Engel. "Este estudio tuvo un método clínico muy relevante. Los pacientes que arrojaron positivo se sometieron a las pruebas del American College of Cardiology. Fue solamente después de hallarse anormalidades que se utilizaron pruebas ulteriores. Usando esta estrategia de pasos múltiples, encontramos lo que consideramos como incidentes relevantes de miocarditis y pericarditis muy bajos".

Decenas de doctores involucrados en el estudio --hay 16 autores listados-- revelaron que recibieron compensación financiera o que se encontraban empleados por una de las ligas o asociaciones involucradas. Engel es el cardiólogo consultor para la NBA.

Los cinco jugadores diagnosticados con condiciones cardiacas, que no fueron identificados para efectos del estudio, se vieron sujetos a una ausencia de sus deportes desde tres a seis meses, y seguirán siendo sometidos a pruebas para determinar los efectos a largo plazo de la enfermedad en sus condiciones físicas. A futuro, el American College of Cardiology ha recomendado eliminar las pruebas para atletas que sufrieron casos asintomáticos o leves, al tiempo que mantener el mismo procedimiento de pruebas para aquellos que sufrieron síntomas moderados o severos.

"Lo que fue tranquilizador es que de todos los atletas que se sometieron a las pruebas, los 784 de 789, fueron capaces de regresar con seguridad al juego", señaló Engel. "Esto se desconocía. A inicios de la pandemia, estas respuestas eran desconocidas... Fuimos capaces de demostrar que a través de un riguroso y sistemático procedimiento a las pruebas. fuimos capaces de conseguir un regreso seguro al deporte".

En un comunicado conjunto, las seis ligas señalaron, en parte: "Como con otras lecciones que han aprendido los deportes profesionales acerca del COVID-19, los resultados de este estudio se comparten ampliamente para contribuir al crecimiento del conocimiento del virus, un compromiso que compartimos colectivamente entre nosotros y nuestros jugadores y para el beneficio de la sociedad más allá de los deportes".

El estudio se asoma como buena noticia para los atletas que sufrieron de COVID-19, dijo el coautor Dr. Jonathan Kim, un cardiólogo deportivo de la Emory University en Atlanta que también labora como cardiólogo del equipo para los Atlanta Falcons.

"Los cuatro deportes principales han acabado con el 2020, todos ellos regresaron finalmente a una temporada --incluyendo a aquellos atletas que fueron sumados al registro-- y algunos de esos deportes como la NBA ahora empiezan una nueva temporada", dijo Kim al Kaiser Health News. "Esos atletas obviamente siguen jugando y les va bien".

El estudio no arrojó luz sobre lo que podría suceder a largo plazo con esos jugadores diagnosticados con inflamación en el corazón. Ellos seguirán siendo monitoreados con resonancias magnéticas para ver si se desvanecen los efectos a lo largo del tiempo.

"Solamente el tiempo dirá si, a cinco años, tendremos una epidemia de fallas cardiacas", admitió el Dr. Robert Bonow, un cardiólogo de Northwestern University y editor de JAMA Cardiology que no estuvo afiliado con el estudio. "Pero creo que es improbable".

Resultados de otros dos estudios pendientes sobre el posible vínculo cardiánco con el COVID se espera sean publicados pronto, pendiendo su revisión.

Información de Paula Lavigne, Mark Schlabach y el reportero de Kaiser Health News, Markian Hawryluk, fue utilizada en la redacción de esta nota.