A los 21 años, Lucas Beltrán se topó con un desafío tan grande como tentador. Julián Álvarez, uno de los mejores delanteros de los últimos tiempos del fútbol argentino, emigró a Manchester City y entonces su retorno desde el préstamo en Colón de Santa Fe se aceleró. Comparaciones aparte, volvió a River Plate para reemplazar al futuro centrodelantero titular campeón del mundo.
Un año después de aquel regreso apresurado al club de toda su vida, se consagró como el máximo goleador del equipo que ganó el Torneo de la Liga Profesional con autoridad y gran diferencia. Dejó de ser un suplente de aceptable nivel y se convirtió en el nueve titular de un River campeón. Es un logro casi tan grande como ese desafío primordial.
Beltrán es un futbolista de equipo. Un hombre que privilegia el bien colectivo por sobre el lucimiento individual. Las luces que iluminan a muchos de sus colegas no le interesan especialmente. Él forma parte de un sistema que lo excede. Completa una maquinaria cuyas piezas se complementan.
Corre, presiona, toca de primera hacia atrás y hacia los costados, busca siempre el pase, se ofrece. Sus virtudes más valiosas se ven en la relación con sus compañeros. No es el típico "nueve de área" de apetito voraz y egoísta. Sale de su zona de forma constante, tanto para exigir a los rivales como para sumarse al circuito de juego.
Y, además de todo eso, convirte goles. Es el artillero del campeón, con diez tantos en 23 partidos disputados. Está a tres de los líderes, Pablo Vegetti y Michael Santos, que suman 13. En River, lo sigue Ignacio Fernández, quien convirtió 5. Su promedio de gol es de uno cada 123 minutos, el mejor del torneo entre los que tienen 7 o más.
Esto significa que esa incómoda sensación de que "River no convierte porque no tiene un goleador temible" es irreal. Beltrán hace más goles que la gran mayoría de los atacantes del fútbol nacional y esta es una de las grandes virtudes del campeón.
También está entre los diez futbolistas con más disparos al arco. Remató 23 veces y en el 56 por ciento de las ocasiones su tiro fue efectivo hacia la valla rival. Ese promedio es uno de los tres mejores del certamen.
Su solidaridad y aporte al colectivo se aprecia en los números. Recuperó 64 balones, más que ningún otro centrodelantero, y suma 3 asistencias, lo que lo convierte en el tercero en la tabla de goles más asistencias.
La historia de Beltrán en primera división comenzó el 2 de diciembre de 2018, cuando Marcelo Gallardo lo hizo debutar en una victoria 3-1 sobre Gimnasia de La Plata. Tenía 17 años. Marcó su primer gol en 2021 y hasta este torneo solo tenía 11 anotaciones oficiales entre sus primeros años en River y su paso por Colón, donde jugó solo 12 de los 18 meses pautados.
Justo cuando River más lo necesitaba, tuvo su torneo consagración. Cuando ni Miguel Borja ni Salomón Rondón terminaban de convencer, apareció un joven con hambre que se hizo dueño de una de las camisetas más pesadas del fútbol argentino.