La risa pura y cristalina, la mirada cómplice y la aclaración a la traductora, los aplausos que lo interrumpieron, y el saludo del presidente que se puso de pie para darle la mano. Ahí estaba Luis Suárez. El símbolo de la reconstrucción de Gremio, como dijo el titular del club, Paulo Caleffi, en la presentación: “Cuando comenzó esta historia todo el mundo hablaba de que era una locura, pero mi padre me enseñó que cuando se habla de Gremio nada puede ser más grande y esperamos que Suárez sea el símbolo de la reconstrucción”.
Acto seguido se dio paso a una conferencia plagada de sonrisas, aplausos e interrupciones de Luis para apuntarle a la traductora que no se olvidara de decir que llegaba para ser campeón.
“¿Por qué la decisión? Porque me gustan los desafíos, y los desafíos difíciles me gustan”, comenzó diciendo el salteño que miró a su lado para dar paso a la traducción. Pero grande fue su sorpresa cuando la traductora empezó a decir lo mismo que Suárez, ¡pero en español! Allí Suárez explotó en una risa junto al resto de la sala.
El salteño siguió con su respuesta: “¿Por qué es un desafío que me mueve? Porque Gremio viene de la Serie B y sé que es un equipo que tiene que volver a estar donde siempre debió estar. Y además, es un desafío personal demostrar que todavía puedo seguir jugando en un grande de Sudamérica”.
Cuando se le preguntó qué le prometía a la parcialidad de Gremio, el salteño respondió: “Lo que voy a prometer es compromiso, compañerismo, actitud, ganas y goles (en ese momento la sala explotó en un aplauso). Después, no soy el Luis Suárez de 2013, 2015, 2016. No soy. No soy tonto, no voy a correr 50 metros en velocidad, porque ya no soy el que era antes, pero capaz que un movimiento mío puede beneficiar a mis compañeros”.
Suárez dijo que a lo largo de toda su carrera convivió con la presión y que rinde mejor cuando lo critican:"El recibimiento de la gente me confirmó en un 100% la decisión que tomé, ahora tengo que asumir esa responsabilidad y convivir con esa presión. Que toda mi carrera fue así, con la crítica, siempre fui criticado, pero yo asumo esa responsabilidad porque es cuando más me gusta y cuando más rindo”.
Entonces, cuando un periodista le preguntó por el clásico contra Inter, Luis respondió en el mismo sentido: “Esto es lo que me gusta, que vos me metés presión y a mí me gusta rendir con presión”. Y luego agregó: “Todo el mundo conoce los clásicos de Inter y Gremio, tengo ansiedad por querer jugar ese tipo de partidos y un mensaje que siempre doy: que sea sin violencia y con espectáculo dentro de la cancha”.
A PURO SENTIMIENTO
Luis Suárez estuvo a punto de emocionarse cuando le tocó hablar de su familia. Contó que su señora y sus hijos fueron fundamentales a la hora de tomar la decisión de firmar con Gremio: “Para las decisiones tengo la suerte de tener una mujer espectacular y unos hijos maravillosos que siempre me dejan decidir, y que me dijeron que decidiera por el lugar donde estuviera feliz y seguro”, comenzó diciendo y acto seguido pasó su dedo bajo el ojo derecho en clara señal de secar una lágrima.
“Pero yo no puedo ser así, les tengo que consultar porque me gusta ver la felicidad de ellos fuera de la cancha también, porque si uno no es feliz fuera de la cancha, dentro se va a notar que no rinde. Y ver el cariño que recibe su padre, su marido, en estos actos, me dan la razón de que fue una buena decisión”.
Posteriormente se le preguntó los motivos por los cuales se emocionaba luego de haber vivido tantas cosas en el fútbol. Y Suárez respondió: “Porque no hay mayor felicidad y orgullo para un padre que ver a sus hijos felices y verlos ahí deseándome todo lo mejor. Ya vieron, son hinchas de Gremio, ya comienzan a cantar las canciones y eso me deja feliz. Por eso me sigue emocionando todo esto. Ahora me queda como padre y jugador devolverlo con alegría, títulos y goles”.
En el cierre de la conferencia, Suárez dejó en claro los motivos por los cuales el club lo toma como el símbolo de la reconstrucción, brindando un mensaje a los jóvenes del club: “Por el desafío de que mucha gente duda de que puedo jugar en este fútbol, por el desafío de que me gusta ganar, y que los jóvenes que tiene hoy Gremio vean que un jugador con 36 años entrena día a día a la par de todos sus compañeros y que quiere seguir ganando porque tiene placer y orgullo de seguir jugando al fútbol”.