Desde que el Chelsea eliminó al Barcelona y el Milan al Manchester United en la temporada 2004-05, nunca Lionel Messi y Cristiano Ronaldo se habían quedado fuera, a la vez, de los cuartos de final de la Champions League. A partir de ahí se repartieron nueve trofeos (2006, 2009, 2011 y 2015 el argentino; 2008, 2014, 2016, 2017 y 2018 el portugués) para convertirse en los grandes dominadores del futbol mundial... Hasta que se cruzaron en sus caminos PSG y Porto. Se acabó una era, ¿o será un punto y seguido?
Sea como fuere, la caída de los dos cracks coincidió con la eclosión de quienes aparecen en todos los pronósticos como sucesores de futuro inmediato. Mbappé fue un huracán en el Camp Nou para sentenciar al Barça y Haaland fue vital en la clasificación del Borussia Dortmund ante el Sevilla. Se acabaron los octavos de final con Luis Suárez ampliando su maldición en Europa, y señalado por un Simeone que le cambió cuando debía remontar el Atlético, y una sensación de que casi todo se resolvió como se esperaba.
Casi, porque el KO de la Juventus de Cristiano Ronaldo, su enésimo tropezón (no sería justo llamarlo fracaso) escapó de la lógica general. Porto, Borussia Dortmund, Liverpool, PSG, Manchester City, Real Madrid, Bayern Munich y Chelsea entrarán el viernes en el bombo que sorteará los cuartos de final. Un sorteo puro con tres clubes ingleses, dos alemanes y uno portugués, francés y español en el que habrá favoritos... pero ya no cenicientas.
CHELSEA 2-0 ATLÉTICO MADRID. Un golazo de Giroud congeló las esperanzas del Atlético ya en la ida, disputada en Bucarest, y convirtió el reto en mayúsculo de cara a la vuelta, que este miércoles, en Stamford Bridge, se demostró imposible. Salió a por todo el equipo de Simeone pero su empuje y ánimo se fue diluyendo y se enterró a partir del gol de Ziyech, poco después de la media hora de partido, momento en el que los de Tuchel, que ya suma doce partidos al frente de los blues sin conocer la derrota, se hicieron dueños de la situación. Punto y aparte merece Luis Suárez, sustituido por su entrenador a la hora de partido y que ya acumula 2 mil 160 minutos sin marcar en Champions como visitante. El gafe que no cesa...
BAYERN MUNICH 2-1 LAZIO. Solventada la eliminatoria tras el 1-4 con que aplastó el Bayern a la Lazio en la ida, el choque de vuelta fue apenas un trámite sin más historia. Un penalti transformado por el inefable Lewandowski, quien ya había abierto la victoria en Roma, cerró toda discusión, ampliando la ventaja Choupo-Moting antes de que Parolo recortase una ventaja que no daba más de si para la eliminatoria.
REAL MADRID 3-1 ATALANTA. Mendy dio el primer paso en la ida y Benzema, aprovechando una gran asistencia de Modric tras el error garrafal de Marco Sportiello, encaminó la clasificación en la vuelta. Atrevido y vertical en su apuesta el Atalanta, el Madrid se impuso sin más dificultades anteponiendo la solvencia de su juego, sentenciando la eliminatoria un penalti de Sergio Ramos para convertir la recta final del choque en un tiempo sin importancia. Gustar, que gustó el Atalanta, no suele ser suficiente para retos de tal consideración. Y menos estando enfrente un equipo como el Madrid.
MANCHESTER CITY 2-0 BORUSSIA MÖNCHENGLADBACH. Como el Bayern ante la Lazio o el Liverpool frente al Leipzig, el Manchester City de Guardiola disfrutó de un partido de vuelta muy cómodo. El Borussia quiso, de entrada, recuperar alguna opción con un esquema muy ofensivo, pero se diluyó con rapidez a partir del gol, golazo, de Kevin de Bruyne, que dejó sin opción al conjunto alemán, arrodillado ya definitivamente tras el inmediato 2-0 de Gundogan. Como la felicidad nunca es completa, la nota discordante la puso el Kun Agüero, quien se quejó amargamente de ser ignorado en el césped por sus compañeros.
PSG 1-1 BARCELONA. Se enfrentaba el resucitado Barcelona a una misión imposible en París y se despidió con buena cara pero triste, y contundente, eliminación. La clave se adivinó en el desemboque de la primera parte, cuando con 1-1 en el marcador Keylor Navas, el gran protagonista de la noche con atajadas magníficas, le rechazó un penalti a Leo Messi que habría podido, quien sabe, dar otro color a la segunda mitad. El 1-4 de la ida, sin embargo, era una losa demasiado pesada como para soñar con la machada y el PSG se tomó cumplida revancha cuatro años después de sufrir la peor remontada de la historia del torneo en el Camp Nou.
LIVERPOOL 2-0 LEIPZIG. Durante más de una hora se mantuvo agarrado al milagro el Leipzig, con el 0-0, pensando en, quizás, marcar un gol que pudiera darle esperanzas de remontar el 0-2 de la ida, pero en cuanto Salah puso en ventaja a los reds se acabó todo. Sin tiempo a reaccionar Mane logró el 2-0 y el Liverpool regresó con absoluta consistencia, y tranquilidad, a los cuartos de final.
JUVENTUS 3-2 PORTO. El golpe de los octavos. Si en la ida la Juve respiró aliviada con el 2-1 gracias a la tardía diana de Federico Chiesa para tomar el papel de favorito, un penalti transformado por Sergio Oliveira en Turín que avanzaba al Porto provocó un estado de nervios absoluto en los italianos, que le dieron la vuelta en la segunda mitad con un doblete del propio Chiesa para llevar el duelo a la prórroga. Huérfano de los goles de Cristiano Ronaldo, el equipo de Andrea Pirlo entró en pánico en el tiempo añadido, sin soluciones en ataque y desmoralizado hasta que el propio Oliveira igualó. A la postre el 3-2 definitivo de Rabiot no le sirvió para nada a una Juventus que sumó una nueva decepción, y ya son incontables, en Europa.
BORUSSIA DORTMUND 2-2 SEVILLA. Si Haaland fue trascendental en el 2-3 logrado por el Borussia en el Sánchez Pizjuán, Haaland fue la puntilla que comenzó a enterrar las esperanzas del Sevilla en Dortmund. Marcó el 1-0 a la media hora de partido y de penalti, a la segunda intentona (falló uno en la primera mitad), amplió la ventaja ya tras el descanso. En-Nesyri descontó y él mismo igualó en el último suspiro, logrando un empate insuficiente y que, para nada, provocó que pudiera pensarse que el equipo de Lopetegui pudiera soñar con alcanzar la prórroga.