"Con Messi bastaba con mirarnos". De esta manera tan gráfica describía hace unos meses Jordi Alba su conexión en el césped con el astro argentino.
Dos temporadas pasaron desde que Messi, forzado por las dificultades económicas de Barcelona para inscribirlo, se fue a París.
Dos campañas en los que su socio habitual en la banda izquierda perdió protagonismo en el equipo azulgrana, especialmente en los últimos meses, cuando el joven Alejandro Balde le arrebató la titularidad que tenía asegurada desde que en 2012 aterrizó en el Camp Nou procedente de Valencia.
Pese a ello, Alba asumió con dignidad y madurez su nuevo rol, convirtiéndose incluso en un mentor de su relevo en el lateral izquierdo, quien en los últimos meses agradeció los consejos del capitán.
Y fue precisamente la irrupción de Balde, sumada a la necesidad de Barcelona de desprenderse de una de las fichas más altas del plantel, lo que precipitó el adiós de Alba, que llegó a un acuerdo para rescindir el contrato que lo ligaba con la entidad azulgrana hasta junio de 2024.
Alba pone punto final a once temporadas en el primer equipo, si bien su vinculación con el Barça viene de lejos. Ingresó siendo un niño en La Masia. De hecho, en el año 2000 fue uno de los jóvenes elegidos para poner la primera piedra en la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
Pero después de siete años en las categorías inferiores del Barça, fichó por Cornellà (2006), que lo conduciría años después al juvenil A de Valencia y al filial del equipo de la capital del Turia.
Tras jugar cedido en Nàstic de Tarragona, Alba se asentó en el primer equipo valencianista a partir de la temporada 2010-11, lo que llamó la atención del club en el que se formó, que desembolsó 14 millones de euros para recuperarlo en junio de 2012.
Desde su llegada al primer equipo azulgrana, Alba casi siempre fue un futbolista imprescindible para los siete entrenadores que tuvo en las once temporadas que militó como profesional en el Barça. Solo en el último año de Luis Enrique (2016-17) perdió protagonismo en las alineaciones.
El técnico asturiano cambió el esquema para jugar con un 3-4-3 y eso relegó al futbolista. Pero con la llegada de Ernesto Valverde volvió a recuperar el protagonismo que solo perdió en la última temporada bajo la batuta de Xavi Hernández.
Esta última campaña, de hecho, superó la cifra de los 450 partidos oficiales y se convirtió en el noveno futbolista que más veces vistió la camiseta azulgrana.
Alba se va de Barcelona tras 11 temporadas, en las que consiguió 18 títulos: 6 Ligas, 5 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 1 UEFA Champions League, 1 Mundial de Clubes y 1 Supercopa de Europa.
Pero además de los títulos y su papel protagónico en una de las etapas doradas del Barça y la Selección española, el lateral será recordado por la sociedad futbolística que creó con Leo Messi.
Durante casi una década, la jugada del '10' buscando el desmarque de su socio en la banda izquierda y este esperando la llegada del argentino para devolverle la pelota al área fue una de las armas más utilizadas por Barcelona.
Pase al espacio, centro hacia tras del lateral y remate de Messi. Todos los rivales conocían la jugada pero pocos equipos la supieron defender. Alba le regaló al argentino 23 asistencias en partidos oficiales y dejará el club catalán habiendo repartido casi 100 pases de gol.
Palabras mayores para un lateral que era uno de los últimos supervivientes del Barça que brilló en Europa en la segunda década del siglo XXI.