El canterano de 16 años volvió a ser protagonista del Barça y clave en la remontada ante el Villarreal, al grado de que Xavi ya no tiene que extrañar a Dembélé ni preocuparse por la baja de Raphinha.
BARCELONA -- Xavi dijo,repitió y proclamó, que Ousmane Dembélé tenía (tiene se supone) todas condiciones para ser uno de los mejores futbolistas del mundo en su puesto. Cuando el francés forzó su marcha al PSG lamentó en voz alta el entrenador su pérdida y reclamó (en voz baja pero con insistencia), un fichaje con el que ocupar su puesto. Jugadas tres jornadas de Liga nadie en el Barça se acuerda de Dembélé. Y pocos, se supone, deben suspirar con el regreso de Raphinha, una vez cumplida su sanción.
En el verano de 2007 Ludovic Giuly rehusó una oferta de renovación del Barça porque, argumentó, no quería acabar su carrera viendo desde el banquillo a aquel joven que le había quitado el puesto y que se llamaba Leo Messi. El francés entendió rápido que ‘La Pulga’ iba a hacer historia de azulgrana y con toda la humildad prefirió marcharse a Roma... Al cabo de 16 años, un chaval de 16 años al que no se puede, desde luego, comparar con el mejor futbolista de la historia del club, ha llegado al primer equipo derribando toda clase de lógica.
Si en su debut como titular fue el mejor futbolista ante el Cádiz, la victoria en Villarreal no podría entenderse sin su participación. Tan atrevido y descarado como brillante, no necesitó marcar para volver a ser el más destacado, determinante y clave para explicar la victoria del campeón. Tal es así que antes de llegarse al mes de septiembre nadie recuerda a aquel irreverente Dembélé y aumentan las voces que contemplan muy dudosa la vuelta de Raphinha a la titularidad porque, con 16 años, Lamine Yamal se ha ganado el puesto con una autoridad escandalosa.
Inédito en el estreno de Getafe, Xavi le concedió cinco minutos contra el Cádiz y estrenó su casillero goleador, celebrando con rabia su tanto... Y volvió a ser suplente en Villarreal... Y volvió a marcar, un gol trascendental, el 3-3 en un momento determinante. Marcó y, al margen de ello, desde que entró en el puesto de Oriol Romeu, le dio en la media hora final mayores opciones de ataque al Barça, agradeciendo Lewandowski su ingreso porque el equipo, además de combinar en el medio lo hizo también en ataque.
Celebró su renovación encajando tres goles... Pero siendo fundamental bajo los palos. Salvó al equipo de entrada con dos grandes intervenciones y a pesar de los dos primeros de Foyth y Sorloth no se vino abajo, como tampoco cuando le marcó el 3-2 Baena. El renacer del Barça se debe entender en la confianza global y, también, en la salida de balón del portero alemán, nunca precipitado y siempre con criterio.